Oriol Maspons, más allá de la ‘gauche divine’
El MNAC despliega, con 530 fotos, la enorme producción del fotógrafo que renovó la imagen en la España de los cincuenta
En un reciente encuentro con cinco miembros de la generación de oro de la fotografía española: Colita, Leopoldo Pomés, Carlos Pérez Siquier, Ramón Massats y la fallecida Joana Biarnés, todos coincidían en calificar a Oriol Maspons (Barcelona, 1928-2013) como a uno de los fotógrafos que más les había influido. En la España de los cincuenta, y antes que ninguno de ellos, Maspons revolucionó el lenguaje fotográfico, dando la espalda a la fotografía artística y pictorialista practicado hasta ahora en los conservadores cenáculos de aficionados. Lo que él tildó de “salonismo” en un artículo publicado en 1957 en la revista Arte Fotográfico que le costó la expulsión de la Agrupación Fotográfica de Cataluña (AFC) de forma inmediata. Calificado por los que le conocieron de provocador, directo, inteligente, curioso, sensible, poseedor de un carácter ácido y sin prejuicios y dueño de una alta sensibilidad y estilo, Maspons es el autor de un buen número de fotografías icónicas de estos años, como la de la primera turista en biquini en Ibiza (Monique Koller) o la de los miembros de la élite cultural barcelonesa de la gauche divine, a la que él pertenecía. Pero también de una vasta producción que abarcó el reportaje, la ilustración, el mundo editorial, el retrato, la moda y la publicidad, entre otros géneros.
Radical y contundente, Maspons mantenía que fotografía y estética estaban reñidas. Sus fotos son útiles, como la arquitectura y el diseño, y tienen sentido porque acaban siendo portadas de libros, carátulas de discos o ilustran el reportaje de una revista o venden un producto. “Yo me dediqué a la fotografía por su culpa. Le veía trabajar, le ayudaba en sus sesiones y decidí empezar a hacer retratos por él. Yo no fui a ninguna escuela, pero aprendí de los mejores, como él”, aseguraba Colita.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) tenía una deuda con Maspons y su familia después de que el fotógrafo depositara en el museo en 2011 su archivo —7.000 imágenes en papel, además de negativos y diferentes materiales fotográficos—. Ocho años después la deuda queda saldada con la gran retrospectiva Oriol Maspons. La fotografía útil, que ha abierto sus puertas (hasta el 12 de enero) con 530 imágenes de cuatro décadas de intensa actividad, muchas inéditas o muy poco conocidas, además de más de 200 objetos: carátulas, libros y documentos.
“Maspons defendió la fotografía aplicada o útil”, explica Cristina Zelich. Y la comisaria de la muestra lo explica de una forma gráfica, colocando junto a las fotos originales —todas copias vintage o realizadas con la supervisión de Maspons—, su destino último y la recepción de su obra en los medios especializados y generalistas de la época. Como
Antes repasa su estancia su periodo de fotógrafo aficionado, su descubridor viaje a París en 1955 donde conoció a Brassaï, Cartier-Bresson y Doisneau que luego dio a conocer en España. Su participación en el grupo AFAL, con sede en Almería, de Siquier y José María Artero y sus logros tras profesionalizarse y asociarse con Julio Ubiña. También sus trabajos para revistas como La Gaceta Ilustrada, con reportajes como Los perros tienen un cementerio en París y Las mentiras de la lucha libre, donde las imágenes llevan el peso de la información, o en Destino, donde se limitan a ilustrar el texto, pero también en Triunfo, Interviu, Bocaccio y Paris-Match, entre otras publicaciones.
Como integrante de la gauche divine, fue amigo de todos ellos. Con Esther Tusquets puso en marcha la editorial Lumen. Aquí publica en 1963 su primer libro, La caza de la perdiz roja, con textos de Delibes. Zelich expone las fotos orginales, el libro, el making off (Delibes, su mujer y Tusquets, en pleno viaje) y cómo la prensa habla del libro. Otros trabajos son Barcelona pam a pam (1971), Personajes de compañía (1995), donde 68 personajes se retratan junto a sus mascotas, la mayoría perros, como Pasqual Maragall y su pastor alemán Llop. También sus fotos para la colección Biblioteca Breve, de Seix Barral, desde 1958.
En la muestra pueden verse muchas fotos inéditas como las realizadas en París, Londres o Ibiza en los años 50, donde captó la vida cotidiana de sus habitantes, en calles y playas de la isla. También, las realizadas en los años setenta en Cuba y Sudáfrica, que nunca se publicaron. Es el caso de las imágenes del terremoto de Managua de 1972. “A Maspons no le gustó el texto que escribió José Agustín Goytisolo para el libro conjunto que iban a publicar”, explica Zelich.
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