Contaminación política

PP, Cs y Vox son ahora el “cambio”. Así se presentan. Un cambio de marcha hacia atrás, al pasado y en sentido contrario al del resto de las ciudades europeas en uno de sus grandes retos: la lucha contra la contaminación. Es una cuestión de salud pública, que afecta a todas las personas y que debería dejarse al margen del revanchismo y la polémica improductiva si el objetivo realmente es vivir en una ciudad mejor. Tampoco deberíamos olvidar que la contaminación es el segundo problema de la ciudadanía, según el CIS madrileño.

El nuevo alcalde de Madrid se ha comprometido a aprobar una moratoria de multas en Madrid Central y a abrir el tráfico en los grandes ejes, cambios que acabarán con la tendencia de mejora de los niveles de contaminación en la ciudad —especialmente en el centro—; con la reducción del tráfico privado, o con el aumento de la demanda y la eficiencia en la EMT.

¿Puede un Gobierno responsable suspender Madrid Central sin tener un modelo alternativo, aumentando las emisiones sine die y poniendo en peligro la salud de la ciudadanía? ¿Podemos tirar por la borda la confianza que depositó la Comisión Europea en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático y su cumplimiento cuando nos dio más tiempo para cumplir con Europa antes de imponernos una multa millonaria?

Cualquier modificación que altere la consolidación de la medida o desvirtúe su diseño, como permitir el tráfico de paso, supondrá su fin. La campaña electoral acabó, y un alcalde y su equipo no pueden seguir interpretando la realidad desde el sectarismo y la falta de rigor. Deberían antes, al menos, escuchar a los expertos y a sus propios equipos técnicos. Los tienen y son ejemplares. Si la mentira y la irresponsabilidad nunca son buenas, son letales si se practican desde el Gobierno.

Madrid necesita seguir avanzando, no involucionar. Urge actuar en las vías de entrada y en las conexiones transversales favoreciendo el transporte público; o un gran pacto entre Administraciones para invertir en nuevos bus-VAO, metro, cercanías y EMT. Y no plantear túneles anacrónicos en pleno centro o la eliminación de algunos carriles bici. Hablamos de salud, hablamos de espacio público y hablamos de calidad de vida, como en el resto de grandes ciudades.

En cuatro años, Madrid se había convertido en un referente de políticas efectivas de movilidad. En menos de cuatro días, hemos pasado a ser la vergüenza internacional por retroceder en medidas que funcionan y que nos coloca en el siglo pasado.

Si este Gobierno a tres quiere actuar desde el sectarismo y sin atender al interés general, nos tendrán enfrente y en todos los frentes. Si lo que quiere es trabajar por la salud y el futuro desde el rigor —aunque a nosotros jamás nos dieron tregua—, trabajaremos con lealtad y por el bien común de una magnífica ciudad y de una ciudadanía que ya va por delante de muchos de sus políticos en compromiso y concienciación.

Inés Sabanés es concejal municipal por Más Madrid y exdelegada de Medio Ambiente de la capital.