La auxiliar de enfermería de Alcalá acusada de asesinar a dos ancianas no sufre patologías mentales
Las autopsias revelan que las pacientes murieron en minutos
Beatriz L. D., la auxiliar de enfermería del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares acusada de dos asesinatos consumados y otro en tentativa, no sufre ninguna patología mental. Esto supone que sus capacidades cognitivas y volitivas no están alteradas. Así lo han expuesto los forenses y las psiquiatras que la atendieron, durante la cuarta jornada del juicio que se celebra contra ella en la Audiencia Provincial.
Los facultativos han afirmado que, tras someterla a varios test y entrevistas, la auxiliar de enfermería no sufre “ninguna alteración psicopatología ni trastorno de personalidad”, por lo que sabe y conoce al detalle todo lo que hace. “Está adaptada a una vida normal, distingue el bien del mal y su inteligencia, atención, concentración y memoria son normales”, ha concluido la forense Belén Santo Tomás.
Durante una de las entrevistas, la paciente les preguntó a los forenses si, al introducir en una persona aire de forma masiva en las venas, se producía “una muerte dulce”. Cuando los médicos le dijeron que era muy violenta y que la persona sufría al tener una parada cardiaca, Beatriz se quedó muy intranquila, muy inquieta y comenzó a hacer movimientos de rechazo en la silla, según el relato de la forense. “Nos fue imposible reconducir la entrevista porque solo quería información de cómo era morir con aire en las venas”, ha añadido la especialista.
La forense ha mantenido que la muerte de la abuela de Beatriz al sufrir una leucemia “la dejó marcada”. A partir de ahí, tiene una profunda admiración por los médicos que se preocupan “por la calidad de vida de sus pacientes”, según la profesional. “Ella tiene las ideas muy claras sobre la vida y la muerte y su opinión es favorable a la sedación, aunque después reconoce que ella no tiene autoridad para administrar esos fármacos”, ha mantenido Santo Tomás.
“Eso es mentira”
La acusada ha protestado en bajo desde su asiento: “Eso es mentira”. Después ha añadido: “Yo no he dicho nada de eso”. Su abogado ha formulado una protesta al presidente del tribunal, al entender que esa declaración excedía del informe de los peritos. Estos han dicho que Beatriz sufre falta de remordimiento y de empatía.
Los forenses también han expuesto que la muerte de las dos ancianas se produjo por una inyección masiva de aire en el flujo sanguíneo. Los facultativos se desplazaron el 3 de agosto de 2017 al hospital Príncipe de Asturias y hablaron con el doctor Arranz, que atendía a la paciente fallecida. Este les dijo que le habían hecho un escáner al cuerpo y que habían detectado una presencia de gas en las venas. Tras ver la prueba, determinaron que era obligatorio realizar la autopsia a Consuelo D. “En este caso, el objetivo era descartar que hubiera otra patología que hubiera causado la muerte”, ha reconocido el forense adscrito al Juzgado de Instrucción número 4, Eduardo Pérez.
Los médicos, que han confesado que jamás se habían enfrentado a una autopsia similar, hallaron gran cantidad de aire en el corazón. También remitieron muestras al Instituto Nacional de Toxicología, cuyos especialistas rechazaron que las enfermedades previas de las víctimas les causaran la muerte. Los forenses también han descartado que ese aire en la vena lo hubiera podido producir el propio cuerpo tras la muerte. “Si hubiera sido así, se habría registrado por todo el cuerpo y no solo en el sistema venoso, afectando al corazón y el cerebro”, han concluido.
La defensa ha presentado un informe de parte suscrito por dos forenses. Ambos han mantenido que la muerte sí se produjo por la embolia masiva de aire, pero también han señalado que las pacientes sufrían patologías previas muy graves. La forense del Juzgado número 3 de Alcalá, Olga Huertas, lo ha atajado claramente para que lo entendiera el jurado: “Es como si alguien le ha atropellado un tren y luego hubiéramos visto que sufría de hipertensión y colesterol”.
El fiscal descarta el uso de jeringuillas
El fiscal ha anunciado que modificará el próximo lunes su relato de hechos. En él mantenía que la supuesta autora, Beatriz L. D., utilizó jeringuillas para introducir el aire en las venas de sus tres víctimas. Los testimonios de los forenses han descartado este hecho, ya que se necesitaría mucho tiempo y bastante fuerza para introducir la cantidad de aire que mató a las dos pacientes y dejó en coma a la tercera.
Esa maniobra resulta más fácil si se utiliza el sistema de oxígeno de la habitación. Los médicos calcularon que con 20 o 30 segundos bastaría para inundar el sistema venoso de gas, dado que el aire sale con un flujo continuo de dos o tres kilos por minuto. Además, las cánulas del oxígeno se pueden adaptar con facilidad a las entradas de las vías sanguíneas de los pacientes.
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