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La ingobernabilidad sobrevuela Nuevo Baztán

Diez candidaturas concurren a las elecciones municipales en este singular pueblo de 6.500 habitantes

Palacio de Nuevo Baztán.
Palacio de Nuevo Baztán.Carlos Rosillo

La España vacía está a solo 50 kilómetros de Madrid. El término podría aplicarse a Nuevo Baztán, un pueblo fantasma al sureste de la capital. En su casco histórico apenas viven 200 vecinos, aunque hay 6.500 empadronados. La mayoría reside en las cuatro urbanizaciones diseminadas que forman el municipio: Eurovillas, Las Villas, Monte Acevedo y El Mirador. Sus habitantes mantienen un férreo compromiso político que en el pasado motivó luchas cainitas: mociones de censura, tránsfugas y peleas. A las elecciones del 26 de mayo concurren 10 candidaturas (siete partidos y tres agrupaciones de electores). Todos coinciden en que esta situación dificultará la gobernabilidad.

Nuevo Baztán es un enclave singular. Su fundación, a principios del siglo XVIII, corresponde al empeño personal de Juan de Goyeneche, que decidió crear una zona industrial y repoblar este páramo cercano a Alcalá de Henares. Goyeneche encargó los planos al arquitecto José de Churriguera, que dotó al núcleo urbano de palacio, iglesia, plazas, viviendas y fábricas. Aquí se elaboraron productos muy apreciados por la Corte, hasta que décadas más tarde el invento decayó. El complejo sigue aún en pie. En 1941 fue declarado monumento histórico artístico y en 2000 Bien de Interés Cultural. Unas 200.000 personas se acercan cada año a conocerlo.

“Nuestro problema es que somos un municipio sin pueblo”, revela Manuel Moreno, un jubilado de 70 años que pasó 17 como concejal de IU. Esta formación fue la segunda más votada en 2015. Obtuvo tres de los 13 concejales en liza y a la postre sería decisiva en la implosión del PP, que ganó las elecciones, aunque sin mayoría absoluta. Los dos representantes de UPyD invistieron a Mariano Hidalgo como alcalde, pero le retiraron el apoyo en junio de 2017.

Un PP dividido

En noviembre, Hidalgo cerró un acuerdo de estabilidad con Luis Pérez, único concejal que se mantuvo en el grupo municipal de IU después de que la dirección nacional desafectara a la federación madrileña dos años antes. Sus otros dos compañeros, que se afiliaron a la nueva IU, pasaron a engrosar el grupo de los no adscritos, pero no respaldaron la decisión de su antiguo compañero. “Pérez nunca representó a IU, que quede claro”, matiza Moreno. Tampoco el regidor las tuvo todas consigo: contó con el apoyo de tres de sus concejales, pero otros dos se mostraron en contra.

Las disidencias les hizo separar sus caminos. En las municipales se reparten entre dos candidaturas: una de reciente creación, la Agrupación de Electores Independientes de Nuevo Baztán (INB), integrada por tres ediles y el alcalde como número 10; y la del PP, que lideran la concejal disidente Begoña Barturen y José Manuel Espinosa, presidente local del partido desde diciembre de 2017. En verano, Hidalgo, un ingeniero de minas de 64 años, retiró todas competencias a Barturen, una veterinaria de 56 con media dedicación.

La candidata del PP sostiene que Pérez “solo quería medrar” y que se convirtió en el alcalde de facto en Nuevo Baztán: “A él se debe que el Ayuntamiento recepcionara dos urbanizaciones, Las Villas y Monte Acevedo (que ha presentado una demanda para evitar que se complete el proceso). Espinosa y yo votamos en contra y ahí comenzaron los problemas”. Hidalgo replica que el Consistorio tenía capacidad para asumir el coste del mantenimiento de ambas entidades y que esta era una exigencia que defendían también otros partidos. Además, explica que los acuerdos con Pérez eran puntuales, que nunca formó parte del gobierno y que no cobraba más remuneración que la de asistencia a pleno.

La dirección regional ha abierto un expediente de expulsión contra el alcalde y otros dos concejales. Barturen les acusa de montar una candidatura con familiares y amigos. El aún regidor replica que es “una lista independiente de gente muy preparada”. En lo que sí se ponen de acuerdo es en que con 10 candidaturas la gobernabilidad será muy complicada. “Habrá que jugar a la ruleta rusa”, bromea Moreno, histórico de IU, que se presenta por separado de Podemos. No es la primera vez que pasa algo así: en las municipales de 2011 ya concurrieron 11 formaciones, aunque solo cinco lograron representación. En aquella ocasión el PP tuvo mayoría absoluta. En caso de ganar y no tenerla, Hidalgo no cierra las puertas a un entendimiento.

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