

Solo Stuani es capaz de arreglar al Girona ante el Valencia
Tras el gol de Diego López, el ariete uruguayo, suplente por definición, sella el empate nada más entrar al campo


Sólo un viejo rockero como Stuani es capaz de corregir al Girona, de explicar que al fútbol se gana con goles. Ante el Valencia, como acostumbra, jugó poco, pero fue suficiente para cazar un balón y poner el empate definitivo. Con Rioja en el banquillo por molestias musculares, Corberán optó por alinear a un Valencia con una defensa de cinco, señal de que priorizaba no encajar a someter al rival. La pelota, pues, pasó a ser un coto privado del Girona, cómodo con la propuesta; feliz por marcar el ritmo del duelo. Porque el equipo de Míchel, con buenos o malos resultados, ante rivales de pedigrí o quizá más atribulados, mantiene inflexible su filosofía, una que se define con la pelota entre los pies, con la posesión por bandera. Sucede, sin embargo, que ha perdido fogosidad porque carece de la alegría del gol, un delantero que sea santo y seña, que valide la apuesta. Miovski no da una, Abel Ruiz apenas media, y Stuani ya no está para muchos trotes, por más que nunca se le remoje la pólvora. Así lo aclaró una vez más ante el Valencia, suplencia y gol.


Le quemaba el esférico de inicio al conjunto valenciano, abrumado ante la presión tras pérdida del contrario, casi un hombre a hombre que le impedía tejer tres pases seguidos, acaso un balonazo en largo y que fuera lo que Sadiq pudiese, ariete que ha reanimado al Valencia, que de la mano de Corberán le ha hecho ver que la permanencia es más que posible; la efervescencia del gol. Pero Almeida y Guerra se rebelaron al guion, preocupados en poner la pausa, balón al pie, auxilio a tiempo porque Sadiq por poco no festeja su diana, remate desde la frontal que Gazzaniga repelió con acierto. Un aviso que despejaba la incógnita: sí, había porterías. Pero parecían de utilería, por más que Arthur probara fortuna con un chut que le guiñó el ojo al travesaño.
Pretendió el Girona, ya en el segundo acto, practicar un fútbol más directo, balones que saltaran líneas de presión. Pero se topó con un muro, encasquillado Danjuma en la izquierda y anulado Tsygankov por la derecha. Aunque le quedaba el laboratorio, un saque de esquina al segundo palo que reconvirtió Van de Beek y que Arnau picó a contrapié de Mamardashvili, capaz sin embargo de recomponerse y sacar una mano milagrosa. Una parada que revitalizó al Valencia, menos timorato con la pelota entre las botas, habilidoso para montar una contra que catapultó Foulquier hasta la línea de fondo y que remató Diego López a la red. Para su infortunio, Stuani ya estaba en el césped y le bastó un único centro de Miguel para poner la cabeza, hacer inútil la estirada del portero y fijar el empate.
Apretó entonces el Girona, al fin creyente de la religión stuanista. Lo intentó Danjuma con un remate cruzado que por poco no cogió portería; Van de Beek voleó alto un rechazo; y Asprilla probó un chut con efecto. Pero ya no hubo más tantos, aunque el envite se volviera un correcalles. Bueno para el Valencia, que sigue viendo el sol; malo para el Girona, que suma seis partidos sin ganar, que no tiene gol a no ser que Stuani juegue un rato.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
9
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36 | 27 | 9 | 9 | 9 |
10
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36 | 27 | 9 | 9 | 9 |
11
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34 | 28 | 9 | 7 | 12 |
12
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34 | 27 | 10 | 4 | 13 |
13
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33 | 27 | 8 | 9 | 10 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
14
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33 | 26 | 7 | 12 | 7 |
15
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28 | 27 | 7 | 7 | 13 |
16
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28 | 28 | 6 | 10 | 12 |
17
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27 | 28 | 6 | 9 | 13 |
18
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27 | 27 | 6 | 9 | 12 |
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