Los vecinos, en contra del Hermitage en la Barceloneta
Las entidades creen que la construcción de la infraestructura artística esconde un proceso especulativo
“Colectivos de la Barceloneta, Ciutat Vella y de toda Barcelona denunciamos un nuevo ataque del Port de Barcelona contra el interés público”, así Pepa Picas, de la Asociación de vecinos de L'Ostia, anunciaba ayer la creación de una nueva plataforma bautizada Por un Puerto Ciudadano. La nueva entidad tiene como principal objetivo paralizar el proyecto que el museo Hermitage tiene previsto construir en la Barceloneta junto al Hotel W. En la plataforma está también integrada la entidad La Barceloneta Diu Prou y la Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS) y denuncian que el proyecto museístico “es solo la piel de un modelo de explotación turística y de especulación”. “El proyecto de museo privado es una burda pantalla para la enésima operación especulativa que tendrá graves consecuencias en temas de turistificación, movilidad, gentrificación, transformación de comercio, expulsión de los vecinos e impacto en la salud”, denunciaba Picas. La plataforma asegura que el Hermitage no es más que el “caballo de Troya” de un modelo que pretende transformar la nueva bocana en “una especie de Eurovegas disfrazada de cultura” y piden abrir un proceso ciudadano que permita definir el espacio destinado al museo.
La Autoridad Portuaria publicó el 17 de abril en el BOE la concesión de la parcela a la sociedad Museo Hermitage Barcelona que es la que desarrollará el proyecto museístico. En el plazo de un mes desde la publicación del BOE se admiten nuevos proyectos para esa parcela. Transcurrido ese tiempo la Autoridad Portuaria es la encargada de dar la aprobación y al Ayuntamiento solo le correspondería dar el visto bueno.
La plataforma asegura que el museo pretende construir restaurantes en el edificio y critican que el Port siempre ha apostado “por los intereses económicos y contra las reivindicaciones y necesidades de la población”. Los vecinos recuerdan que en el año 1989 consiguieron “salvar del derribo” el Palau de Mar. “Veinte años después, la campaña contra el hotel Wela reunió varias sensibilidades para intentar impedir esta vergüenza poliurbanística en forma de hotel de lujo. En 2012 nos volvimos a movilizar en oposición a un despropósito urbanístico con la transformación de la Marina del Port Vell en la actual marina de lujo de megayates”, lamentaba Picas.
