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Maragall se ofrece como la única candidatura que le puede ganar a Colau

“Se acabó la ambigüedad”, dice el líder de la lista de Esquerra

Camilo S. Baquero
El candidato por ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall (2d), y su número dos, Elisenda Alamany (2i), juntos a los candidatos a las elecciones europeas Diana Riba y Jordi Solé.
El candidato por ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall (2d), y su número dos, Elisenda Alamany (2i), juntos a los candidatos a las elecciones europeas Diana Riba y Jordi Solé.Alejandro García (EFE)

Los números siempre han sumado a favor de Esquerra Republicana en las citas electorales pero, a la hora de la verdad, la cosa se tuerce. Una maldición que el partido de Oriol Junqueras quiere conjurar. Los republicanos llegan a las municipales con más candidaturas que nunca, animados por su triunfo en las generales y esperando que, esta vez, las encuestas y los resultados concuerden. ERC ha puesto toda la carne en el asador en Barcelona, donde espera que el exsocialista Ernest Maragall le quite la alcaldía a Ada Colau. Maragall se ha ofrecido en el inicio de campaña como el único candidato que le puede ganar a la alcaldesa.

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El candidato republicano ha cargado contra Colau, a la que le ha afeado su posición contraria al independentismo pero a favor del derecho a decidir. “Se acabó la ambigüedad”, ha asegurado Maragall frente a unas 300 personas, según la organización, que se ha congregado en un acto en la playa de Bogatell de la capital catalana. “Barcelona clama por ser gobernada”, ha asegurado el candidato que ha compartido escenario con la cabeza visible de las elecciones europeas, Diana Riba. Junqueras, en prisión preventiva por un presunto delito de rebelión hace 553 días, es también el cabeza de lista para esa cita electoral.

“No vamos a huir de las responsabilidades ni escudarnos en lo que hacen o dejan de hacer otros”, ha rematado Maragall, en una clara alusión a la última polémica de la alcaldesa, que acusó a la Generalitat de abandonar su compromiso con la seguridad de Barcelona y que le ha graneado varios reproches de sus opositores políticos. Le acusan de usar un tema sensible para buscar réditos electorales con un tema muy sensible y que lidera la preocupación de los ciudadanos según el barómetro de la ciudad.

Los republicanos prevén el tête à tête que muestran las encuestas con Colau y que se juegan liderar un pacto cuya preferencia no ocultan. De ahí que sus ataques a la alcaldesa sean controlados. La más dura ha sido la excompañera de partido de Ada Colau, Elisenda Alamany que dejó el Parlament y su partido y ha terminado recalando en Esquerra. “Barcelona no puede ser liderada por una sola persona”, ha dicho, criticando el personalismo que se le achaca a la alcaldesa. “Tenemos un Gobierno municipal que se han ido cerrando más y más”. Ni una mención a los otros partidos, salvo a Joaquim Forn. Maragall ha recordado a su rival de Junts per Catalunya para recordar su condición de “preso político”.

Los últimos cuatro años en el Ayuntamiento han sido un periodo de crecimiento para el partido independentista. Tras asomarse al abismo durante el mandato de Xavier Trias –Jordi Portabella en coalición con Solidaritat Catalana obtuvieron dos escaños con 33.900 votos-, la llegada de Alfred Bosch en 2015 y el impulso del procés hizo que ERC doblara en votos y obtuviera cinco asientos en el pleno del Ayuntamiento.

Pese a los coqueteos de los comunes, necesarios de un socio estable, Bosch optó por no entrar al Gobierno municipal. Su posición en temas como el de la conexión de los tranvías sin duda bloquearon uno de los temas más importantes del mandato. No fue hasta que Maragall fuera designado como candidato, tras cambiar cromos con Bosch en el Govern y después de unas primarias bis en ERC, que la posición se hizo más flexible. Los republicanos aseguran que querían mejorar el planteamiento de Colau y asegurarse más control público de la infraestructura.

El aterrizaje de Maragall en la candidatura certificó la apuesta de ERC por Barcelona. En septiembre pasado, los de Junqueras decidieron hacer un giro a su estrategia política y, en su lucha fratricida por la hegemonía independentista con el espacio neoconvergente, optaron por poner toda la carne en el asador. Esto pasó por hacer cambios en la capital catalana pero también poner a Junqueras como candidato a las generales y a las europeas.

La figura de Maragall, además del apellido, encarna una de las pretensiones del discurso republicano de ensanchar la base independentista. Sin embargo, a nadie se le escapa de quién es hermano el candidato republicano y que eso suma. Pero nadie mencionó su nombre ayer, ni él mismo. Solo hizo una referencia el líder in pectore del partido, Pere Aragonès, a que el líder de la candidatura “ha participado en las mejores transformaciones de esta ciudad”.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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