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Buch esquiva una reunión con Colau sobre el aumento de Mossos en Barcelona

La alcaldesa iba a reclamar 150 agentes en la Junta de Seguridad de la capital catalana pero el consejero fue a presidir la de la Seu d'Urgell

Alfonso L. Congostrina
Una patrulla de Mossos y otra de Guardia Urbana se cruzan en El Raval.
Una patrulla de Mossos y otra de Guardia Urbana se cruzan en El Raval.Albert Garcia

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reclamó ayer a la Generalitat 150 agentes de los Mossos d’Esquadra antes del verano. La primera edil hizo esa petición en la Junta Local de Seguridad, pero no encontró interlocutor: el consejero de Interior, Miquel Buch, decidió no asistir al órgano de seguridad de la capital catalana y presidió, a la misma hora, la Junta Local de Seguridad de La Seu d’Urgell (Lleida). Es la enésima a ocasión en que Colau solicita más efectivos. Nunca ha obtenido una respuesta positiva de Interior.

La relación de la primera edil con Buch no es buena. De hecho, la alcaldesa ha hecho pública en varias ocasiones que la relación institucional fue mucho más fluida y leal con Jordi Jané y con Quim Forn. Colau y Buch solo han mantenido dos reuniones oficiales —una en la primera junta de seguridad del consejero y otra en una reunión en Interior— y en ambas la alcaldesa ha reclamado más mossos y Buch, las dos veces, los ha negado.

Ayer se celebraba la Junta de Seguridad de Barcelona, el órgano en el que se reúnen junto a la alcaldesa y los representantes de Interior los jefes policiales, de emergencias y de justicia. Colau quería exigir, de nuevo, más agentes para que este verano no se repitan las imágenes de robos, narcopisos y venta ilegal. La junta debía celebrarse el 10 de abril pero, según fuentes municipales, a Buch no le cuadraba la agenda y trasladaron la reunión a ayer. Pese al cambio de fechas, el consejero no asistió a la cita. Lo hizo, en su lugar, el director general de policía, Andreu Martínez. Colau exigió esta vez 150 mossos, pero solo topó con interlocutores técnicos y policiales pero no políticos.

A la misma hora que se celebraba la reunión en Barcelona, Buch presidía la Junta de Seguridad de La Seu d’Urgell. El consejero publicó ayer en su cuenta de Instagram que el municipio leridano es “seguro”, lo que es beneficioso para “el bienestar de los ciudadanos y favorece el turismo en el territorio”. Unas afirmaciones que acabaron de crispar al equipo de gobierno de Colau. Desde la consejería de Interior justificaron ayer a EL PAÍS la ausencia de Buch en la junta barcelonesa alegando que el consejero se ha reunido en varias ocasiones con Colau y no lo había hecho con el alcalde de La Seu d’Urgell, Albert Batalla. Desde la consejería justificaron que Buch intenta visitar todos los municipios catalanes.

Tampoco acudió ayer a la junta barcelonesa ningún miembro de la Dirección General de la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), algo que criticó al equipo de gobierno al encontrarse en plena crisis de los llamados Mena (menores extranjeros no acompañados).

El desencuentro entre Colau y Buch se arrastra desde junio de 2018, cuando se celebró en el Consistorio barcelonés la primera Junta de Seguridad tras la restitución de la Generalitat. En plena crisis de los narcopisos y en una primavera que ya apuntaba a un repunte de la delincuencia, la primera edil pidió más agentes y Buch respondió al instante negándolos. Semanas más tarde, la inseguridad llevó a los vecinos —y a la oposición en el Consistorio— a manifestarse en las calles. Los hurtos se dispararon un 22% en la ciudad.

En septiembre, Colau forzó una nueva reunión con Buch, con la consejera de Justicia, Ester Capella y con miembros de la judicatura. Colau lanzó un SOS, admitió que la ciudad tenía problemas de seguridad y pidió que los Mossos investigaran a las bandas organizadas dedicadas a los robos y los narcopisos. Buch volvió a dar la espalda a Colau y sentenció: “El fenómeno de los narcopisos no pasa por tener más mossos en la calle”.

A finales de octubre se celebró una nueva junta de seguridad en Barcelona. El consejero estaba enfermo y en su lugar acudió el secretario general de Interior, Brauli Duart. Ya había pasado el verano y Duart se comprometió entonces, sin aumentar el número de agentes, a incrementar la presencia de mossos uniformados en El Raval. A los pocos días, 700 agentes desmantelaron 26 narcopisos y detuvieron a 55 personas. Pese a ello, los vecinos denuncian que los Mossos han vuelto a desaparecer y la situación vuelve a ser preocupante.

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