San Cristóbal, el caladero socialista
El PSOE arrasa (44,8%) en el barrio de San Cristóbal, el segundo con más extranjeros de la capital
El barrio de San Cristóbal, en el distrito de Villaverde, creció a finales de los 50 al calor de los hornos de la fábrica de ladrillos Norah, de la que solo queda su enorme chimenea, construida en 1907. Esta destaca sobre los bloques de viviendas, que están apilados como grandes cajas de cartón. Apenas quedan vecinos que vivieran el éxodo en los sesenta desde el centro hasta este lugar, donde viven casi 15.000 personas. Un tercio de ellas, el 32,21%, son extranjeras -solo Pradolongo, en Usera, tiene más (33,97%)-. Y esto, dicen, es lo que explica que la flor socialista en este barrio sea la más grande de Madrid; el 44,8% de los sufragios la regaron. “Voté al PSOE porque es un partido que no discrimina por raza o etnia”, dice Walter Valdés, puertorriqueño de 39 años.
“Les han votado para que no vengan los racistas y les echen”, dice Francisco Molina, de 64 años y vecino desde 1968. Tampoco duda de que el miedo de sus vecinos inmigrantes a la derecha ha aupado las siglas socialistas en las pasadas elecciones. Este chapista en un taller de vehículos cuenta que llegó al barrio porque le realojaron desde la Paloma por una operación urbanística para construir la Gran Vía de San Francisco.
Marisol Méndez, dominicana de 49 años también cree que el éxito del PSOE en este barrio se debe al apoyo masivo que ha recibido entre sus compatriotas que, como ella, temían que el éxito de Vox les pusiera las cosas difíciles para seguir viviendo en España. “De los presidentes que hemos visto que hay por aquí, Sánchez promete a los pobres. Y a quienes somos inmigrantes que no nos echará”, cuenta. Esta mujer, que ahora se encuentra en paro como el 15% de sus vecinos en 2018, espera que el gobierno socialista “cambie las cosa y genere empleo”.
“Hay muchos latinos, que son mis vecinos, a quienes les asusta mucho Vox y dicen que Podemos no es garantía de nada”, comenta Ángeles Sainz, de 62 años. “Y las personas mayores que vivimos aquí preferimos al PP antes que a Ciudadanos”, dice mientras espera el bus agarrada de su bastón. El partido que lidera Albert Rivera cosechó el peor resultado en esta zona de Madrid, con el 11% de los votos. Los populares se hicieron con el 12,3% de los apoyos, Unidas Podemos con el 19,8% y Vox pescó el 8% de los sufragios.
Ana, quien tiene 54 años y trabaja en una compañía de seguros, se reconoce abiertamente “de derechas”. “Los inmigrantes son los que votan al PSOE, porque son los que tienen subvenciones. Yo trabajo 12 horas al día y ellos viven a mi costa. Si gobernara la derecha, no habría ayudas”, dice.
El alto número de extranjeros lleva a algunos vecinos autóctonos a pedir que se relacionen más. “Tienen que salir a votar, porque así se pueden integrar mejor”, dice José Luis, de 65 años mientras se toma una copa de vino en una terraza de la calle de Beniferri, donde se puede leer en el suelo “Ni una menos”. En este lugar, junto a la puerta de una peluquería, murió asesinada hace ocho meses Jhoesther López, de 40 años por su exmarido. Ambos eran dominicanos.
El grito de unos chicos jugando al fútbol en el campo del barrio, frente a la sede de la Asociación de vecinos, devuelve a estos a la cotidianidad de la vida. De San Cristóbal salieron estrellas como Raúl González, cuya historia enseña a los jóvenes mirar alto, por encima de las cigüeñas que se han apropiado de la chimenea.
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