El independentismo aparca sus tensiones y da todo el protagonismo a los presos
Junts per Catalunya y ERC celebran mítines en Barcelona y Badalona con la presencia a través de vídeos de los líderes encarcelados
Junts per Catalunya y ERC mantienen serias diferencias y tienen asumido que habrá elecciones en Cataluña después de que el Tribunal Supremo dicte la sentencia del juicio del procés. Sin embargo, los dos socios de Govern han aparcado sus encontronazos en esta campaña electoral y han dibujado un perfil bajo. ERC ignoró desde el primer día las críticas de la lista de Carles Puigdemont por la falta de unidad. Los dos partidos han optado por dar todo el protagonismo a los presos, especialmente en el cierre de ayer en dos actos con fuerte carga emocional.
Junts per Catalunya ha celebrado su mitin final en el Born, en Barcelona, en una especie de Zona Cero del independentismo por las ruinas recuperadas de la Guerra de Sucesión de 1714. ERC ha huido de la épica y ha optado por una plaza en Badalona. En ambos casos, las dos formaciones han apostado por la intervención en directo de sus políticos encarcelados en Soto del Real y los que están en el extranjero. Todos pudieron dialogar por primera vez entre sí: Oriol Junqueras y Raül Romeva y Marta Rovira, huida a Suiza. Y por parte de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull y el expresidente Carles Puigdemont desde Bruselas.
Ante un auditorio de más de 3.000 personas, el líder republicano ha advertido a los suyos de que el PSOE “no es de fiar” al recordar que pactó el 155 “con el PP” —de hecho, Pedro Sánchez se jactó de ello en Barcelona— y ha alardeado de que el suyo es “el partido más independentista que ha existido nunca”. ERC ha hecho bandera esta campaña de su petición de un referéndum, esta vez pactado, y no de la vía unilateral que derivó en la intervención de la autonomía en 2017. Los neoconvergentes se han acercado parcialmente a esta tesis, pero mantienen un discurso más inflexible con Puigdemont en cabeza.
El acto de Junts per Catalunya ha reunido por videoconferencia a los presos con Puigdemont, con quien no hablaban directamente desde octubre de 2017. Ante un millar de personas, el mitin ha desbordado de emotividad en el Born donde un millar de seguidores han lanzado gritos de “libertad” al ver la pantalla partida entre Bruselas y de Soto del Real. “Estamos dispuestos a ofrecer parte de nuestra vida para que nadie nunca más tenga que sufrir prisión y exilio por defender la democracia”, ha dicho Sànchez, cabeza de lista por Barcelona. Turull ha afirmado: “No busquéis un voto sofisticado, si queréis ayudarnos, votadnos”. Puigdemont concluyó el diálogo asegurando que son “un símbolo de la democracia europea”. El acto también ha incluido una intervención del expresidente Artur Mas, que ha participado activamente en esta campaña pese a que, según fuentes del PDeCAT, no descarta volver a primera línea de la política liderando un partido independentista más pragmático.
La presencia de los presos ha revolucionado la campaña del independentismo desde que la Junta Electoral autorizó el Jueves Santo a Sànchez a ofrecer una rueda de prensa de la Agencia EFE. Fue el primer permiso de una cadena que ya no cesó. El impacto de sus intervenciones ha contribuido a que el independentismo haya firmado una campaña de guante blanco. Ni a unos ni a otros tampoco les interesaba airear sus tensiones. Consciente de que por primera puede ganar unas generales en Cataluña, ERC ha ido con pies de plomo y ha ninguneado los reproches que parte de su socio de Govern les ha lanzado por rechazar una lista única del independentismo. No fue el caso de Laura Borràs, la nueva cara del espacio, conciliadora con sus socios: “Queríamos unidad, pero somos compañeros de viaje”,
La influencia del independentismo en la campaña ha sido inversamente proporcional a su veto a los Presupuestos que forzó las elecciones. ERC se sacudió esa responsabilidad y acusado al PSOE de “falta de valentía” ante la derecha además de que si puede pactará con Ciudadanos. Pedro Sánchez reitera que no habrá referéndum con la misma firmeza que los independentistas lo reivindican. Otra cosa es dónde pondrán el listón para la investidura: ERC no habla de ni de líneas rojas ni de cheques en blanco -no beneficiará en modo alguno la llegada al poder de la derecha- y Junts per Catalunya que el cheque ya lo dio con la moción de censura y que el problema lo tiene ahora Sánchez por levantarse de la mesa.
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