Los lazos siguen colgados tras asegurar Torra que acataba la orden de retirarlos
La Junta Electoral se reúne hoy para analizar el cumplimiento de su orden y decidir si toma medidas contra el president
Después de casi 10 días de pulso, el presidente catalán, Quim Torra, accedió anoche a retirar los lazos amarillos y la simbología independentista de las sedes de la Generalitat como le había ordenado la Junta Electoral Central (JEC). Torra cumplirá así el requerimiento de la JEC, aunque de un modo peculiar: un día después de finalizado el plazo que le habían dado y amparándose en un informe que él mismo encargó al Síndic de Greuges, el defensor del pueblo de Cataluña, un órgano sin ninguna competencia en este caso. Algunos lazos amarillos, banderas independentistas y otros símbolos fueron retirados ayer de algunos edificios del Gobierno catalán, pero no de manera generalizada. El embrollo puede aún prolongarse ya que la Generalitat se propone buscar otro símbolo para sustituir a los lazos y las pancartas, que siguen a primera hora de este jueves ondeando en el Palau de la Generalitat. En Presidencia insisten en el comunicado de anoche y dicen que Torra tiene "diferentes opciones" para sustituir los lazos por otro símbolo. La Junta se reúne hoy para certificar el grado de cumplimiento de su orden.
La decisión de Torra estuvo envuelta en una gran maniobra de confusión que buscaba enviar un mensaje de resistencia a las bases independentistas al tiempo que acataba la decisión del máximo órgano electoral. Torra no decidió retirar los lazos hasta que se publicó el contenido de un informe del Síndic de Greu ges, que instaba a descolgarlos. Este informe obraba en manos de Torra desde el viernes, pero decidió mantenerlo en secreto para sostener el pulso en plena precampaña electoral. Esta maniobra ha causado malestar incluso en el seno del Gobierno catalán. En un comunicado, el presidente dijo a última hora de la tarde del miércoles que se iban a seguir las recomendaciones del Síndic pero que no da ni dará ninguna orden para que se retiren.
Dos empleados municipales de limpieza han quitado de madrugada los lazos atados a las vallas que protegen la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, en la plaza Sant Jaume. Las vallas son de titularidad municipal. Han empezado a las 3.15 y han acabado en 10 minutos, tras lo cual han borrado los lazos dibujados con pintura sobre el suelo de la plaza. Una patrulla de la Guardia Urbana estaba junto a ellos en la plaza, donde apenas pasaban personas a esa hora. Cerca, había de otra de Mossos, la que está toda la noche en la puerta de la Generalitat.
Sin embargo, sobre las cuatro de la madrugada un activista ha vuelto a colocar lazos amarillos en la plaza Sant Jaume de Barcelona. El individuo ha puesto siete lazos atados a las vallas que protegen el Ayuntamiento y uno ante las que protegen la Generalitat. De momento, siguen en el balcón de la Generalitat la pancarta y el lazo amarillo que la Junta Electoral Central ha ordenado retirar.
El PSC pide al president que acate el informe del Síndic
Eva Granados, portavoz del PSC, ha reclamado esta tarde a Torra que cumpla la resolución del Síndic y, con cierta ironía, ha deslizado que no acate solo la de los lazos amarillos sino todas las referentes a las que afectan a derechos vulnerados de los ciudadanos. "Este es un Govern que no gobierna, que pide un informe a quien no tiene competencias para acabar haciendo lo que tendría que haber hecho desde el primer momento", ha dicho la parlamentaria es alusión a que debe ser un "proceso electoral limpio y que las instituciones sean neutrales". Granados no ha querido ahondar en la posibilidad de que la pancarta sea sustitutiva por otra alternativa: "Estamos todos muy cansados. Este es un Gobierno del todo inoperante. Recomendaría al president que se deje de simbolismos y declaraciones, que gobierne ara todo el mundo y que las instituciones sean de todos".
Con las recomendaciones hechas públicas por el Síndic, cuyas resoluciones no son vinculantes pero que Torra se había comprometido a acatar, el president ya no ha tenido más disculpas para prolongar el pulso. Aunque a última hora, la Presidencia de la Generalitat se planteaba sustituir los lazos y las banderas por un símbolo alternativo. El requerimiento de la Junta Electoral Central busca garantizar la neutralidad de los edificios públicos. El órgano electoral tiene previsto reunirse este jueves, con lo que habrá dado unas horas más de margen a Torra para hacer efectiva la retirada. La JEC había advertido al president que si no acataba su requerimiento podría incurrir en un delito de desobediencia.
La estrategia de Torra para no acatar directamente el requerimiento de la JEC puso en medio del debate al Síndic de Greuges. Torra usó esta institución para ganar tiempo cuando, el pasado martes, la portavoz del Govern, Elsa Artadi, explicó que se le pediría al Síndic un informe que el Ejecutivo consideraría vinculante. Lo que no dijo Artadi es que Torra ya conocía, desde el pasado viernes, cuál iba a ser la posición de ese organismo. Por iniciativa propia, el Síndic le había instado a retirar los lazos amarillos y a cumplir las órdenes de la JEC. Esta maniobra de Torra ha provocado malestar entre varios consejeros por lo que consideran un exceso de gesticulación estéril.
“El informe que nos pidió Torra ya estaba hecho, lo que nos pidió fueron aclaraciones”, ha explicado el Síndic, Rafael Ribó, en una rueda de prensa en la que ha detallado estas aclaraciones. “Nos ratificamos en lo que ya le trasladamos el viernes: en periodo electoral, en los edificios institucionales, hay que mantener la neutralidad política y, por lo tanto, hay que retirar la simbología”, ha dicho.
El Síndic de Greuges depende del Parlament de Cataluña, y lo dirige desde hace 15 años Rafael Ribó, antiguo dirigente de Iniciativa per Catalunya. De hecho, su mandato está vencido desde principios de este mes y Ribó se encuentra en funciones. Entre ellas está la atención de las quejas de los ciudadanos de Cataluña, velar por el buen funcionamiento de las administraciones y supervisar las empresas que prestan servicios de interés público. El Síndic ha reivindicado que también tiene potestad para pronunciarse sobre asuntos electorales como el de los lazos amarillos.
En un comunicado, Torra ha asegurado por la noche que seguirá las recomendaciones del Síndic, pero que no dará “ninguna orden como le exigió la Junta Electoral Central”. A última hora, algunos edificios ya habían descolgado las pancartas, por ejemplo, los que dependen del departamento de Empresa.
Los partidos de la oposición han recriminado a Torra su demora en retirar los símbolos. Ciudadanos, el partido que elevó a la JEC la petición de que se quitaran estos símbolos, recordó al president que tiene que descolgarlos “porque lo marca la ley, no porque lo diga el Síndic”. La portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, ha subrayado que el Gobierno catalán debería haber acatado la orden de la JEC desde el principio.
La polémica por los lazos amarillos y demás símbolos independentistas ya ha sido la protagonista en la sesión de control al Govern que se ha hecho por la mañana en el Parlament. La líder de la oposición, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, ha elevado el tono y ha alardeado de que la JEC hubiese asumido la petición de su partido. “¿Qué parte de ‘retire la propaganda separatista’ no ha entendido? ¿pensaba que podían hacer lo que les diese la gana?”, le ha espetado al president. Torra ha replicado entonces que él no prohibiría nada y ha zanjado: “Si ustedes consideran que los lazos amarillos son símbolos políticos, entonces acepten que tenemos presos políticos”.
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