Se vende arte contemporáneo, razón aquí
‘Performances’, charlas, instalaciones, exposiciones y, sobre todo, ferias amplían la oferta cultural que surge en torno a Arco
Final de febrero en Madrid: el arte contemporáneo toma la ciudad. Hoteles, edificios históricos, centros comerciales, las calles de la capital y hasta el Palacio de Telecomunicaciones -la sede del Ayuntamiento- se visten de feria. Las galerías preparan sus mejores galas para hacer su agosto en febrero.
La fecha la marca Arco, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo que del 27 de febrero al 3 de marzo celebrará su 38º edición. Aprovechando el ambiente que generan sus programas paralelos, las 203 galerías de 30 países que participan, los 300 coleccionistas que llegan a la ciudad y la gran cantidad de profesionales que atrae la feria de arte más importante del país han ido surgiendo distintas posibilidades en la capital al abrigo de Arco.
La mayoría de las propuestas tienen un común denominador: el arte emergente. Intentan diferenciarse unas de otras pero esas dos palabras surgen en las distintas conversaciones que este periódico ha mantenido con los responsables de Hybrid, JustMad, Art Madrid, Urvanity, Flecha…
Una se ha diferenciado: SAM, Salón de Arte Moderno, la novata, que abre el martes su primera edición. Según su director, Jorge Alcolea, la creación de este salón -como prefiere llamarlo por su “carácter reducido [10 expositores] y cercano”- responde a una demanda de galeristas y marchantes de arte moderno no representados en otra feria en Madrid. Su seña: las obras de maestros de las vanguardias históricas, de consagrados como Dalí, Picasso, Chagall, Tàpies, Saura, De Lempicka. Alcolea defiende “artistas que están en los museos”.
Aunque una feria tiene un claro propósito: la venta, como decía Vicente Todolí, exdirector de la Tate Modern, en una entrevista publicada en EL PAÍS la semana pasada: “su objetivo es solo comercial”, se visten de museos. El director de Urvanity, Sergio Sancho, tiene claro que “una feria que no vende es una feria muerta”, pero justifica este afán por exponer y mostrar más allá de pensar solamente en el mercado. Lo hace casi como marca de identidad, lo que le diferencia de las demás propuestas a pesar de que sabe que juntas hacen más ruido por el ambiente y momento cultural que se genera en la ciudad, que predispone a los visitantes y que beneficia a todos.
Urvanity se centra en los artistas urbanos, interviene el espacio público. Más allá de su sede en el COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) que abrirá el jueves con 24 galerías, obra de Okuda San Miguel –uno de los artistas urbanos nacionales más reconocidos- creada ex profeso para este momento. Esta feria hace hincapié en las cinco instalaciones que ha sacado al aire libre (Alonso Martínez, Callao, Hortaleza, Augusto Figueroa, Fuencarral), quiere hacer de Madrid esta semana un museo callejero. Okuda dice que quiere que pase en su ciudad lo que ocurre en otras como Miami alrededor de las grandes ferias de arte: “Nos juntamos amigos, artistas, se habla de arte, se ve”. El artista está presente.
De los artistas tampoco se olvida Semíramis González, codirectora de JustMad junto a Daniel Silvo, que presume del compromiso de la feria con la creación y la producción de obras. El programa Just Residence, en esta edición dirigido por Eugenio Ampudia, se dedica precisamente a acompañar y a dar un espacio a los creadores durante su proceso de trabajo.
Otro importantísimo agente del mercado del arte es el coleccionismo, ámbito en el que España no se caracteriza por ser boyante. Así, estas ferias lo intentan incentivar preparando programas y visitas específicas para los coleccionistas que llegan a Madrid esta semana, muchos de ellos atraídos por Arco. JustMad, además, lo fomenta con el Premio Pilar Citoler, que otorga 1.800 euros a quien haya comprado obra en la feria para que adquiera otra obra y así reforzar la continuidad de las colecciones incipientes.
La 10º edición de JustMad, que comienza el martes en el Palacio de Neptuno, es una prueba de la consolidación de algunas de estas propuestas satélites de Arco, como la de Art Madrid que el miércoles abrirá las puertas de su 14º edición. Ambas están muy cerca, en la milla de oro de los museos de la capital, esta última en el corazón de la ciudad en la Galería de Cristal de CentroCentro Cibeles. Marta Suárez-Mansilla, su subdirectora, apunta como uno de sus puntos fuertes su magnífica ubicación: “Esta semana de eventos tiene que intentar que se venza esa barrera psicológica que mucha gente tiene ante el arte contemporáneo y ante las galerías. No pensamos solo en profesionales, ni en posibles compradores y este es un lugar de paso para todo el mundo”.
Otro punto de ebullición es el que van a formar al final de la calle de Hortaleza y en la Plaza de Santa Bárbara, Drawing Room e Hybrid, a un minuto de distancia la una de la otra y muy cerca de Urvanity. Cuando cualquiera se acerque a las propuestas de Hybrid le puede surgir la pregunta: ¿feria o festival?, ya que esta feria que tiene como espacio expositivo el Hotel Petit Palace Santa Bárbara es totalmente multidisciplinar con performances y conciertos al final de la jornada como apuestas fuertes. Incluso, como si de un festival se tratara, da la opción de comprar entradas para cada día o una válida del viernes 1 de marzo, que comienza, al domingo.
Drawing Room, que con la que inaugura el miércoles llevará cuatro ediciones subiéndose a este tren de ferias, pone su nota diferente dedicándose a un campo concreto: el dibujo. Aunque paradójicamente, ahora, es un ámbito muy extenso ya que como explica su directora, Mónica Álvarez Careaga incluye “obra sobre papel, escultura sobre papel, performances cuyo resultado es una obra gráfica como la del artista alemán John Franzen, al que presenta la galería belga YokoOhuda”. Otra baza que juega en cuanto a la venta es que la obra gráfica, más barata que otras técnicas, históricamente ha sido la puerta de entrada al coleccionismo.
Y si de ventas se habla, hay que mencionar la que se ubica desde hace 28 años en el centro comercial Arturo Soria. Un claro lugar de intercambio comercial. Flecha no trabaja con galerías, la organización elige directamente a los artistas que intentan hacerse un hueco entre grandes y no tan grandes marcas de decoración, de ropa y de restauración.
Una semana en la que además de Retiro, Casa de Campo, Ateneo y mil museos, hay otras tantas ofertas artísticas para quedarse en Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.