Los peritos confirman una prueba clave en el caso del espionaje del PP

Tras tres días convulsos, llega la calma al juicio del caso espías. La sesión de este jueves se ha convertido en una jornada de resaca y transición después de que un comisario de la Policía Nacional revolucionase la causa el miércoles al decir que le impidieron investigar al PP cuando trataba de averiguar quién daba las órdenes a los supuestos espías para seguir a adversarios de Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. Un día después de pronunciar esas palabras en la sala, un abogado de la defensa ha anunciado que solicitará el sobreseimiento del proceso y la disolución del jurado al considerar que las pruebas utilizadas pudieron obtenerse ilegalmente.

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De hecho, sobre una de ellas, ha versado la vista este jueves. Los peritos caligráficos de la Policía Nacional y la Guardia Civil han ratificado que la letra manuscrita que aparece sobre los informes de seguimiento —elaborados presuntamente por el grupo de asesores contratados por el Gobierno regional y desvelados por EL PAÍS en 2009— se corresponde con la de José Manuel Pinto, funcionario de la Comunidad y acusado en la causa. "Puedo afirmar sin ningún género de dudas de que esas anotaciones son de Pinto", ha dicho uno de los agentes. "Se puede entender esta conclusión de forma categórica", ha añadido.

Desde la pasada semana, seis personas se sientan en el banquillo de los acusados del juicio por el caso espías, que afronta su recta final. Además de Pinto, los tribunales procesaron a tres guardias civiles (José Oreja, Antonio Coronado y José Luis Caro Vinagre); al ex director de Seguridad del Ejecutivo autonómico, Sergio Gamón; y a su número dos, Miguel Castaño. Dos de ellos, Oreja y Coronado, ya afirmaron durante su declaración que Gamón les dio "órdenes ilegales" para seguir a políticos del PP por "especial interés" de Ignacio González —aunque ambos repiten que nunca lo hicieron—. Una aseveración que se contradice con lo expuesto por el exdirector de Seguridad, que siempre ha negado que diera esas instrucciones.

Aun así, dos comisarios han recalcado que esos seguimientos se hicieron, en base a un informe policial sobre el posicionamiento de los móviles de varios de los acusados, que los sitúan junto a las víctimas. Pero los dos agentes han subrayado que ellos solo seguían órdenes. ¿De quién? Ninguno resolvió la incógnita.