Los supuestos espías del PP se contradicen entre ellos en el juicio
Los presuntos líderes de la trama niegan que dieran órdenes de seguir a políticos, como declararon el miércoles sus colaboradores
Hora de las contradicciones en el juicio del caso espías. Después de que dos de los acusados aseguraran el miércoles que el jefe de Seguridad de la Comunidad, Sergio Gamón, les dio "órdenes ilegales" para seguir a políticos, este lo ha negado este jueves durante su declaración en la sala de la Audiencia Provincial de Madrid. Según ha repetido insistentemente, nunca instruyó a sus colaboradores para que espiaran a cargos públicos "por especial interés de Ignacio González", como ellos admitieron después de que el posicionamiento de sus móviles los situara cerca de los puntos donde se encontraban las víctimas de la trama.
"Nunca di órdenes ilegales", ha recalcado Gamón ante los nueve miembros del jurado que siguen, desde el pasado lunes, el juicio al grupo de asesores contratados por el Gobierno de Esperanza Aguirre y que supuestamente siguieron a rivales políticos de la expresidenta del Ejecutivo regional. Entre otros, a Manuel Cobo, vicealcalde del Ayuntamiento de la capital y mano derecha de Alberto Ruiz-Gallardón; y a Alfredo Prada, consejero de la Comunidad, que denunció los hechos en 2009 y que declara este viernes como testigo en la causa.
"Las pruebas son muy contundentes, me espiaron asesores nombrados a dedo, que actuaban a las órdenes de un director general, un alto cargo del Gobierno", afirmó Prada hace una década, cuando estalló el escándalo después de que EL PAÍS desvelase los partes de seguimiento y después de que un informe policial, basado en la posición de los teléfonos móviles de los acusados, apuntase a que fue seguido a todas horas, incluso a la una de la madrugada, cuando salía de cenar con su mujer y su hija en un restaurante.
Pero Gamón, acusado como presunto líder de la trama —ningún político se sienta en el banquillo—, ha negado este jueves la veracidad de los documentos. "Son panfletos". Además, ha asegurado que sus colaboradores, José Oreja y Antonio Coronado, no le informaban por escrito: "Nunca tuve ningún documento redactado por ellos". "Yo mantenía un contacto estrechísimo con ellos. Escrito, nunca. Siempre de palabra".
Esta versión contrasta radicalmente con la de Oreja y Coronado, guardias civiles en excedencia, que relataron el miércoles que elaboraban notas que pasaban a sus superiores. "Pero no tenían contenido incriminatorio alguno", remarcó uno de ellos, antes de negar que cumplieran las órdenes de Gamón y siguieran a los políticos. Según ambos, sus móviles se encontraban cerca de las víctimas porque sus jefes los "mandaban a sitios públicos para hacer coincidir el teléfono con el posicionamiento que [Gamón] quería".
Tras haber declarado ya los seis acusados, los interrogatorios a los testigos arrancan este viernes, con Prada y Francisco Granados como plato fuerte. El próximo lunes le toca el turno a Esperanza Aguirre e Ignacio González.
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