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Iconos inequívocos

Coco Dávez expone en un hotel mientras María Hesse y Gonzalo Muiño muestran sus ilustraciones en un café

Coco Dávez, con una de sus ilustraciones.
Coco Dávez, con una de sus ilustraciones.CARLOS PINA

Sus coloridos retratos sin rostro no pasan desapercibidos en plena Gran Vía. Los enormes lienzos de Coco Dávez se asoman desde los ventanales del Hotel Emperador. “Me parece genial exponer aquí, en un sitio por el que pasa tanta gente”, dice entusiasmada. En Faceless rinde homenaje a sus ídolos. De Pablo Picasso a Yayoi Kusama, pasando por Grace Jones, David Lynch o Iris Apfel. “A través del color intento mostrar el carácter de cada personaje”. Patti Smith fue la primera a la que pintó. Acababa de leer Éramos unos niños. “Estaba conmovida con el libro y fascinada con ella. Quise hacerle un homenaje, pero llevaba años sin pintar con pincel y el resultado me pareció tan desastroso que le di un brochazo en la cara”. Así empezó todo. Ahora tiene más de 130.000 seguidores en Instagram.

“Cada día hay un montón de gente que viene a la exposición y me etiqueta en fotos y stories. Me hace muchísima ilusión”. Los circulitos rojos evidencian que se han vendido muchas obras. Algunas son las mismas de su libro Faceless. O lo que terminó convirtiéndose en un descarado homenaje a mis ídolos. “Se fotografiaron los lienzos a alta resolución para el libro. De algunos personajes he hecho versiones nuevas, en otros colores”. Tras exponer en París, Bruselas, Santiago de Chile o Lisboa, ha vuelto a hacerlo en Madrid. “Cuando me lo propuso Hugo, de Nagare Art Projects, ni me lo pensé”. Este domingo 20 de enero es el último día para poder visitar la muestra en el Lobby Bar del hotel.

Nacida en Madrid en 1989, Coco Dávez se fue en 2010 a Londres. “Madrid era hostil y gris, todo eran malas noticias, no había trabajo. Al año siguiente volví y todo era peor que cuando me había ido. Me quedé y no tenía ganas de pintar”. Se puso a trabajar en el Mercado de San Miguel haciendo cócteles. “Recuperé la felicidad. Me divertía, conocía a gente y ganaba dinero. Cuando tuve cierto colchón, volví a pintar”. Entonces ocurrió lo de Patti Smith.

En abril expondrá sus rostros sin rostro en Londres. “La colección empezó siendo muy masculina, pero cada vez he ido pintando más mujeres”. Entre pincelada y pincelada se ha ido reconciliando con su ciudad. “Me he ido enamorando tremendamente de Madrid. Cuando viajo me doy cuenta de lo que me gusta y las ganas que tengo de volver”.

Cada vez hay más exposiciones en sitios inesperados. En el Café Miau (c/ Acuerdo, 39) está Pasen y vean, en la que participa María Hesse. “A una galería tienes que ir de manera concienzuda, pero aquí llegas de repente”, comparte la artista.

María Hesse.
María Hesse.C. PINA

Desde que publicó Frida hace dos años, no han dejado de salir libros con sus dibujos. Lo mismo ha ilustrado novelas (Orgullo y prejuicio, Mujercitas), que ha participado en libros colectivos (El futuro es femenino, Versos de buenas noches). Tras el éxito de la biografía de Frida Kahlo, que va por la 18 edición en España y se ha editado en otros 12 países, se inspiró en otro personaje para su último libro, Bowie. Una biografía. “El siguiente libro será un proyecto con Elena Medel: La pequeña princesa”, adelanta. “Si El Principito hubiera sido una niña esa sería su historia”. En Pasen y vean tiene dos piezas que dibujó para Rita bonita, gato gordo y el fin del mundo, un cuento infantil.

“Son reproducciones en muy buena calidad”. Se venden a 30 euros. “Siempre he pensado que el arte era muy elitista. Las impresiones son una buena forma de llegar a gente que no puede permitirse un original, aunque mis originales no son tan caros porque llevo años sin querer subir el precio”.

Esta semana se ha viralizado un dibujo suyo convocando a la manifestación feminista que abarrotó el martes la Puerta del Sol. Ella, por supuesto, no faltó. Recién llegada de Sevilla, lleva dos meses y medio en Madrid: “La ciudad me ha recibido muy bien. El primer mes fue una locura. Tuve que bajar el ritmo”. Tiene buenas amigas en el gremio, como Moderna de Pueblo (Raquel Córcoles), Laura Agustí o Esther Gili. “Tenemos grupos de WhattsApp y nos ayudamos mucho". Ya ha expuesto en Ciudad de México y en Belgrado. Su próxima cita será en Varsovia. Tiene un montón de tatuajes, pero ninguno es un dibujo suyo. “Me canso de mi misma”.

Todo vendido

Gonzalo Muiño.
Gonzalo Muiño.C. PINA

Al llegar Gonzalo Muiño, que también participa en la exposición, descubre que se han vendido todas las reproducciones disponibles de sus piezas. 25 unidades firmadas y numeradas con Andy Warhol como protagonista y otras tantas de James Bond en Goldfinger. "Me alucina que se hayan agotado. En todo esto hay algo de inseguridad. Mandas tus hijos al vacío y pueden ser acogidos o no. En este caso todos han encontrado un hogar".

La muestra está organizada por 180 hilos, que hace ediciones en serie limitada. "Marco, su impulsor, cuida mucho todos los detalles: el papel, el packaging o los lugares que elige para exposiciones como ésta y como puntos de venta. Estar en el Caixaforum o en el Pompidou de Málaga es un sueño". Él también ha ilustrado distintos libros. El primero fue De qué hablamos cuando hablamos de estilo, de Lorenzo Caprile. "Le tengo especial cariño porque fue el libro que me puso en pista y porque él fue supergeneroso conmigo".

Madrileño del 88, dibuja a diario. "Todo a mano, luego lo escaneo y ensamblo digitalmente". Hace piña con otros ilustradores. Incluso se pasan encargos. "Sigo un consejo que me dio Caprile: si eres amigo de alguien que hace lo mismo que tú os podéis ayudar para haceros más fuertes". Entre sus más cercanos están Abe The Ape, Jorge Arévalo y Simmon Said. También le compran fuera de España. "Creo que he cubierto todo el globo con mis envíos. Hay láminas mías en Taiwán o en Hawai". Jordi Labanda le felicitó por su trabajo en una fiesta. "Le di las gracias tanto que creo que le abrumé. Debió pensar que era un physco. Estoy deseando encontrármelo otra vez para que sepa que no lo voy a matar, que solamente le admiro mucho. Me abrió todo un mundo siendo un crío".

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