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“Madrid Central es buena opción, pero no haciéndolo así”

Paco Carmona es presidente de Asociación de Comerciantes del Barrio de las Letras y propietario del ultramarinos Casa González

Paco Carmona, en Ultramarinos González, en el barrio de las Letras de Madrid.
Paco Carmona, en Ultramarinos González, en el barrio de las Letras de Madrid.ANDREA COMAS

Paco Carmona (Madrid, 59 años) es la tercera generación que regenta Casa González. Un ultramarinos de 1931 que vende quesos, vinos, conservas o fiambres y donde se puede tapear en el Barrio de Las Letras. Una zona asolada por los pisos turísticos, incluida dentro de Madrid Central y que desde hace años ya era área de prioridad residencial, con las consiguientes restricciones al tráfico.

¿Cómo ha cambiado el barrio?

Hace 20 o 30 años existían pescaderías, pollerías, fruterías… tiendas típicas del mercado de proximidad. Hubo un tiempo complicado, con muchos edificios en obra y gente muy mayor que se tuvo que ir. A finales de los años noventa vendíamos packs de la tercera edad con jamón, yogures y queso de Burgos para llevárselos a casa. Cuando terminaron las rehabilitaciones empezó a venir gente bohemia, mucho extranjero, la comunidad gay… Subió mucho el nivel de clientes que teníamos.

La zona tiene reputación de turística.

De primavera a otoño es un turismo de chancleta, de bajo presupuesto. Y de otoño a primavera, del que le gusta la cultura y busca gastronomía, arte, música...

En Airbnb ayer salían 300 apartamentos turísticos en Cortes, que abarca este barrio.

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El perfil de turista low cost es el que se aloja en estos pisos y consume en grandes cadenas. La velocidad a la que progresan los apartamentos ilegales es mucho mayor que la velocidad a la que el Ayuntamiento es capaz de regularlo.

La Administración prepara una ordenanza que exige acceso directo a la calle, como en hoteles.

Con eso empezó un movimiento de empresas que buscan comprar locales comerciales donde montar el apartamento turístico. Un fondo de inversión me hizo una oferta por el mío.

¿Cuál es la solución?

Ayuntamiento y Comunidad tienen que negociar, aunque no se gusten. Tendría que haber una inspección y establecer una normativa clara. Nosotros identificamos los apartamentos ilegales y entregamos un informe al concejal de distrito. Eran más de 40, hace casi dos años. No hemos tenido ningún tipo de respuesta.

¿Qué opina de Madrid Central?

Se ha implantado sin previsión. En Londres y París empezaron diez años antes invirtiendo en infraestructuras que afectaban a la convivencia, como poner enchufes de carga eléctrica en los garajes o habilitar zonas de descarga en el río Sena, en el caso de París. Y se habló con todos los colectivos.

Aquí ha habido reuniones.

No sirven si no escuchan. Sugerimos cosas sencillas y lógicas.

Como por ejemplo...

Habilitar centros logísticos para llevar la mercancía al pequeño comercio. En Méndez Álvaro o en Moncloa hay espacio para que los camiones descarguen y que una flota de coches eléctricos haga los repartos. Solucionas dos problemas: contaminación y pavimento.

Descongestionar el centro de coches va a reducir la emisión de gases contaminantes en un 40%, según el Ayuntamiento.

La Castellana no es un muro que divida la contaminación. No es un tema de salud como nos lo quieren vender: vamos a cambiar la contaminación de sitio.

¿Cómo se verán afectados los pequeños comercios?

Restricción en accesos, suministros y servicios técnicos. El panadero al que le tienen que traer sacos de harina, el cristalero… Es la tipología de comerciante más extendida en el centro.

¿Qué otros aspectos no se han tenido en cuenta?

El transporte público, que tiene que estar dimensionado para esto. No han contemplado que los búhos solo salen desde Cibeles.

¿Ha faltado previsión?

Madrid Central es imparable y es una buena opción de ciudad, pero se ha impuesto por ir contra reloj y sin escuchar; así no. Estamos de acuerdo con la mayor, pero no cómo se quiere llegar a ella.

Sobreviviendo a las grandes empresas

La Asociación de Comerciantes del Barrio de las Letras está integrada por más de 230 asociados, entre los que “no suele haber nunca” grandes cadenas, dice Paco Carmona. “Los barrios los hacen los comercios y los vecinos. Con los pisos turísticos ilegales y las grandes cadenas se están “despersonalizando”.

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