Paro mayoritario de los médicos de familia
Los facultativos se quejan de la falta de recursos y del incremento de presión asistencial
Los médicos de atención primaria de Cataluña arrancaron ayer con fuerza el primero de los cinco días de huelga convocados esta semana para denunciar la presión asistencial y la falta de recursos en el sector. En total, dos tercios de los facultativos en el turno de la mañana y el 76% en el de la tarde secundaron la primera jornada de paros. La última reunión entre el Instituto Catalán de la Salud (ICS) y el sindicato Metges de Catalunya, que se prolongó durante más de nueve horas hasta la madrugada, terminó sin acuerdo entre las partes. La central sindical ha convocado hoy una concentración en el Departamento de Salud.
La huelga comenzó ayer con una manifestación por el centro de Barcelona. Centenares de médicos se apostaron a media mañana a las puertas del Instituto Catalán de la Salud (ICS), la gran empresa pública que gestiona ocho grandes hospitales y el 80% de la atención primaria, para reclamar, a voz en grito, más recursos para la atención primaria. Los paraguas se movían entre las pancartas que miraban al ICS, reclamando “más recursos y menos discursos”, y de las que se quejaban: “La Sanidad nos maltrata”.
Los centros de salud catalanes llegaron a perder casi un millar de facultativos en los peores años de los recortes del gobierno de Artur Mas (entre 2010 y 2015) y, según Metges de Catalunya (MC), sindicato convocante de los paros, el poder adquisitivo de los profesionales se redujo hasta un 30%. Los manifestantes cortaron durante varios minutos el tráfico de la Gran Via de Barcelona, una de las principales arterias de la ciudad, y terminaron entrando en el ICS para protestar de forma pacífica con cánticos contra su director gerente, Josep Maria Argimon.
Los motivos de la huelga responden al hartazgo de los profesionales, cansados de ser, en sus propias palabras, “la hermanita pobre del sistema”. El hastío de los profesionales ha sido tal que incluso la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria, un ente de carácter científico, se ha posicionado reclamando 300 médicos más en el territorio, un 50% más de plazas de residentes y cubrir las sustituciones.
Las otras huelgas sanitarias
De forma simultánea a la huelga de médicos de atención primaria del ICS se han convocado otros paros que han tenido un seguimiento desigual. Metges de Catalunya también había llamado a la huelga a otros 10.000 médicos de la sanidad concertada (desde hospitales hasta atención primaria y centros sociosanitarios y de salud mental) par reclamar mejoras retributivas y laborales que, aseguran, el recién firmado convenio de la concertada no contempla (las patronales lo firmaron con CCOO, UGT y SATSE). En este caso, el paro ha tenido un seguimiento del 73%, según MC. El Govern, sin embargo, ha indicado que el paro en la sanidad concertada solo fue apoyado por el 30% de los facultativos de atención primaria, el 13,4% de los de hospitales concertados, el 7% de los médicos del sector sociosanitario y el 4% de los de salud mental.
En dos cartulinas blancas Antoni Vives y Marta Sarrós de 57 y 58 años respectivamente, reclamaban “más tiempo para los pacientes” y advertían de la situación del sistema sanitario: “La salud de todos está en juego”. Esta pareja son médicos de familia de Hospitalet de Llobregat desde hace 27 años, y focalizaban sus protestas en la falta de personal. “Es un asunto que se ha ido cronificando. Las jubilaciones no se cubrían y se han ido supliendo con nuestro sobreesfuerzo”, declara Vives. “No podemos más, acabamos el turno agotados”, añadía Sarrós, a la vez que advertía: “cuando dentro de cinco años se jubile nuestra generación, el problema va a ser mucho mayor”.
Los más veteranos también contaron con el apoyo de los que acaban de empezar. Elena Pérez, de 27 años, lleva un año como residente en el Área Básica de Salud de Martorell y secundó la protesta con un grupo de residentes de este centro. A las principales quejas suman las del empeoramiento en su formación. “Nuestros tutores deberían tener menos pacientes. Con el número actual es inviable que se detengan a explicarnos en los casos”, protestaba Pérez.
La jornada de huelga transcurrió sin incidencias en los centros. “Algún paciente que no sabía lo de la huelga, estaba molesto, pero ha sido un día tranquilo”, apuntaba a última hora de la tarde un administrativo del CAP Roger de Flor de Barcelona. Coincidían en el CAP Passeig Sant Joan: “Ha sido un día tranquilo porque la mayoría que tenía cita ya la había aplazado”, explicaba la doctora Encarnación Fernández. Solo un par de facultativos cubrían los servicios mínimos en su centro. El resto, secundó la huelga. “Lo que sí ha habido es muchas llamadas para comprobar si estaba su médico”, aclaraba otro trabajador. El teléfono 061 CatSalut Respon recibió 5.698 llamadas ayer, un 15% más que el lunes pasado. Cerca de un millar de ellas eran, precisamente, consultas administrativas, un 39% más de lo habitual. La actividad también se redujo, según la Generalitat, un 55% (hubo un 55% menos de visitas a medicina general y un 50% menos en pediatría).
Según MC, el seguimiento fue del 77%. El Departamento de Trabajo de la Generalitat apuntó que, hasta las 10.30 de la mañana, 1.103 facultativos habían hecho huelga, 817 estaban ejerciendo servicios mínimos y 585 no habían participado en los paros. Esto supone un seguimiento del 66%. Por la tarde, el apoyo ascendió al 76%: 825 facultativos secundaron la huelga, 626 estaban haciendo servicios mínimos y 253 fueron a trabajar.
Negociaciones estancadas
A cambio de desconvocar la huelga, el ICS ha ofrecido a MC la incorporación inmediata de 200 facultativos para atender a las necesidades urgentes de la plantilla y la recuperación del 100% de las bonificaciones vinculadas al logro de objetivos (las conocidas como DPO en el argot médico).
Sin embargo, el punto de conflicto con MC y de desacuerdo en todas las mesas de negociación es la dedicación a los pacientes en las consultas. El ICS ha ofrecido que los médicos tengan una media de 12 minutos por paciente, pero MC reclama que esos 12 minutos no sean una media, sino que se establezcan como un mínimo imprescindible, de forma que las visitas también se limiten a 28 diarias.
Protestas en más comunidades
El sistema sanitario español empieza a recuperarse del real decreto de abril de 2012, pero aún arrastra las consecuencias de aquellos recortes en financiación —llegaron a 7.000 millones de euros— y personal. Y no solo en Cataluña.
Andalucía. La semilla de las movilizaciones de la sanidad andaluza la plantaron los médicos de familia y pediatras de Málaga a comienzos de año, realizando distintas protestas. Pero fue a partir de julio cuando decidieron concentrarse periódicamente frente a los centros de salud y, desde el 15 de octubre, realizar también paros parciales. La protesta se extendió a la provincia Huelva y, después, a Granada. Finalmente, el Sindicato Médico Andaluz llamó a 24 horas de huelga a los profesionales de Atención Primaria en toda la comunidad para el 27 de noviembre, convocatoria a la que se han sumado plataformas como Basta Ya. El objetivo es "recuperar la dignidad", según explica Antonio Martín, presidente del Sindicato Médico de Málaga. Según relata, la inestabilidad laboral, la escasez de recursos humanos, la mejora de la gestión de los centros de salud o un mínimo de 10 minutos para atender a cada paciente son algunas de sus principales reivindicaciones.
La principal concentración se realizará en Sevilla a las 12 del mediodía a las puertas del Servicio Andaluz de Salud, donde se espera a "centenares de profesionales", según Martín.
A lo largo de la campaña, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha aludido directamente al malestar de los médicos de atención primaria y ha reconocido el problema. "Cuando te reducen el salario, no puedes gastar lo mismo que cuando tenías más", señala en alusión a los recortes en servicios públicos de la época de Mariano Rajoy. "Pero ahora que tenemos oxígeno vamos a reforzar la atención primaria para garantizar el buen funcionamiento de un servicio que contribuye a reducir las listas de espera, a poder realizar pruebas diagnósticas sin derivar al especialista y a descongestionar las urgencias hospitalarias".
Galicia. "Lo de los 12 minutos en Galicia sería utópico, porque aquí tenemos consultas que no llegan ni a los tres y a veces hasta tenemos a dos o tres pacientes citados a la misma hora", apunta Antonio Otero, médico de familia y secretario general del sindicato CESM Galicia. Los representantes del personal sanitario aseguran que en los ambulatorios gallegos la sobrecarga de trabajo es "continua" porque desde 2010 la Xunta dejó de cubrir bajas y jubilaciones. Ahora que se empiezan a convocar plazas, añade Otero, la Administración autonómica se encuentra con que hay déficit de facultativos porque "los que había se han tenido que buscar otra salida", emigrando o formándose en otra especialidad. En el área de Ferrol donde él trabaja y que atiende a más de 200.000 pacientes, ahora mismo hay solo cuatro médicos disponibles para cubrir las posibles incidencias.
El portavoz de la asociación gallega en defensa de la sanidad pública, Manuel Martín, también médico de familia, coincide con este "dramático" diagnóstico de la atención primaria en Galicia. Según él, los recortes presupuestarios “se han cebado” con esta área de la sanidad, que ha perdido desde 2010 más de 400 millones de euros, y, además, el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo ha reorganizado el sistema para que los centros de salud dependan orgánicamente de los gestores hospitalarios. "Estamos en la indigencia y ni siquiera tenemos capacidad para negociar o presionar; estamos sometidos a los hospitales", critica.
Martín cita datos del Servicio de Información de Atención Primaria del Servicio Nacional de Salud para asegurar que actualmente trabajan en los ambulatorios gallegos 38 médicos de familia menos que en 2009 (1.858 en 2017 frente a los 1.896 de entonces) y casi un 20% de estos profesionales atiende un cupo de más de 1.500 pacientes, muy por encima de los 1.275 que se fijó como máximo antes de que llegaran los recortes. Sin embargo, desde el Servicio Gallego de Salud (Sergas) de la Xunta evitan valorar si los médicos de familia están sobrecargados de trabajo y sostienen que la plantilla se ha incrementado un 6,6% desde 2008, pasando de 2.402 a 2.560 facultativos. El Gobierno gallego asegura que las consultas han disminuido gracias a la implantación de la historia clínica y la receta electrónica y se han agilizado con la extensión de la atención telefónica a los enfermos.
País Vasco. Los médicos de familia del País Vasco vienen reclamando desde hace más de un año mejoras en el servicio público de atención primaria, aunque no se han planteado adoptar medidas de presión. "La situación ha empeorado desde hace tres años y no vemos una reacción" de las autoridades sanitarias, explica Mónica García Asensio, vicepresidenta de Osatzen, la Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria. "Nuestras agendas están saturadas, hay falta de personal para sustituciones, no hay relevo generacional para una plantilla muy envejecida…", se queja Mikel Herrero, del Sindicato de Médicos de Bizkaia.
En los 134 centros de salud y 196 consultorios existentes en el País Vasco, Osakidetza cuenta con 1.585 médicos de familia que atienden a 1.450 personas, además de otros 307 pediatras que promedian 890 consultas y un total de 1.855 enfermeras, según datos de la consejería de Salud. Los tiempos de atención son de unos 10 minutos por paciente. Pero la realidad que describen los médicos de atención primaria es otra: "Yo no bajo de 200 actos médicos a la semana. No damos abasto", asegura Herrero. A las consultas presenciales (unas 24 diarias), se suman otras cinco administrativas, diez telefónicas y una media de dos avisos domiciliarios, además de los pacientes “indemorables” que solicitan ser vistos sin cita previa: "Terminamos la jornada con unas 50 consultas. La carga asistencial va en aumento a causa del envejecimiento de la población, la pluripatología de los pacientes y la falta de personal", señala este médico con plaza en Leioa (Bizkaia).
García Asensio lamenta que "la Administración no reacciona". "Las cargas de trabajo van en aumento y la organización en la atención primaria es cada día peor. Nos gustaría que la sociedad sea consciente de que ya no podemos seguir así", añade.
El Gobierno vasco, que destina el 15,5% del gasto total de Osakidetza a la atención primaria, ha abierto un debate con los profesionales para fijar un plan estratégico que pretende "fortalecer2 este servicio en la sanidad pública, en palabras del consejero del ramo, Jon Darpón, quien recientemente destacó que Osakidetza es "el servicio público mejor valorado por la sociedad vasca". Rafa Rotaeche, médico de familia en San Sebastián, critica que Darpón “no pasa de las palabras a los hechos". "Los médicos están muy cabreados, cada vez hay más bajas por estrés, muchos compañeros están yendo a la [sanidad] privada", agrega.
Comunidad Valenciana. La Consejería de Sanidad asegura que está realizando mejoras en la Atención Primaria, donde la ratio media es de 1.423 pacientes adultos por cada facultativo. En esta legislatura se ha incrementado el número de médicos de familia, y la previsión es continuar con el aumento en función de la disponibilidad de presupuesto, y no solo el personal facultativo, sino también el de enfermería. Además, según Sanidad, el 77% de los usuarios de atención primaria esperan menos de dos días para una visita. En los centros de salud de la Comunidad Valenciana trabajan cerca de 3.600 médicos, unos 2.800 de medicina familiar y 803 pediatras, así como 2.950 enfermeros, según datos oficiales.
La Federación de Sanidad de CC OO (la mayoritaria en el sector público) considera que la atención primaria está falta de medios, dice la portavoz del sindicato, María Ángeles Gómez. Este servicio, "que debería ser la puerta de entrada de los pacientes en atención, formación y prevención de las enfermedades", tiene pocos minutos para atender al paciente: unos tres cada 15 minutos. Y es que la sanidad valenciana ha perdido en los últimos 10 años 8.000 puestos de trabajo en todas las áreas. A la falta de facultativos y de minutos de atención a los pacientes se une otro elemento "más sangrante", apunta Gómez, y es la demora en dar las citas. "Los médicos siempre hacen horas de más porque ante la demora los pacientes acuden a última hora a la consulta porque no pueden esperar tres, cuatro días e incluso una semana", concluye Gómez.
Con información de Nacho Sánchez, Sonia Vizoso, Mikel Ormazábal y Cristina Vázquez.
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