Cae una organización en Móstoles que captaba mujeres para hurtar ropa de marca y enviarla a Rumanía
Las víctimas, jóvenes de nacionalidad venezolana y de pocos recursos, eran convencidas por el método del 'lover boy' en Instagram. La Policía Nacional ha detenido a cinco personas
La Policía Nacional ha desmantelado en la localidad madrileña de Móstoles una organización que se dedicaba a captar mujeres jóvenes de nacionalidad venezolana en la red social Instagram mediante el método lover boy. Una vez que estaban en España, las víctimas eran obligadas a hurtar ropa de marca en diversas tiendas para su envío a Rumanía, donde las prendas se vendían en una tienda de outlet de la propia red.
En la operación se ha detenido a un total de cinco personas, cuatro ciudadanos rumanos y uno procedente de Venezuela, según ha informado la Dirección General de la Policía. Dos jóvenes han sido liberadas. Todas ellas contaban con muy pocos recursos económicos, lo que las convertía en altamente vulnerables.
Los miembros de la organización se ganaba la confianza de sus víctimas mediante el citado método, por el que las enamoraban y las convencían para que viajaran hasta España. Las prometían un supuesto compromiso amoroso y una vida en pareja. Tras esto, el cabecilla de la red seguía las instrucciones de otro miembro para que el acceso a España de las mujeres se produjera de forma regular.
Las víctimas llegaban a nuestro país como turistas, recibiendo un billete de ida y vuelta y una reserva de hotel. Una vez en Madrid, las mujeres eran alojadas en un domicilio de otro integrante de la organización donde eran controladas y se les indicaban la deuda contraída por el viaje y la forma de saldarla, que consistía en cometer diversos hurtos siempre en locales de un mismo grupo empresarial y bajo instrucciones claras.
Las mujeres también eran aleccionadas sobre el número de prendas a sustraer a diario, sin que la suma debiera sobrepasar la cantidad para que a efectos legales fuera considerado un delito leve. A la hora de cometer los hurtos, debían vestir una ropa determinada para pasar desapercibidas y usar bolsos forrados de aluminio y ganzúas para poder quitar con facilidad las alarmas que protegían las prendas.
Los agentes han constatado que las prendas aprehendidas eran enviadas por paquetería hasta la ciudad rumana de Ploiesti, donde la propia organización tenía una gran tienda de ropa tipo outlet. Allí etiquetaban de nuevo todo el género y se ponía a la venta, con lo que los beneficios íntegros iban a parar al grupo delictivo. Además, eran anunciadas en su página web, copiando también los modelos de los portales de Internet de un famoso grupo textil.
Durante las pesquisas, los investigadores llevaron a cabo un registro domiciliario donde hallaron placas de alarma y prendas de ropa valoradas en más de 30.000 euros.
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