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El Macba expone sus obras maestras

El centro expone, de forma permanente, 194 de las más de 5.200 obras de su colección para convertirse en museo de referencia del arte contemporáneo

José Ángel Montañés
La obra de Juan Muñoz, 'The Nature of Visual Illusion' (1994-1997), que vuelve a las salas de exposición del Macba.
La obra de Juan Muñoz, 'The Nature of Visual Illusion' (1994-1997), que vuelve a las salas de exposición del Macba.Carles Ribas

A lo largo de sus casi 23 años, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), ha realizado 33 exposiciones en la que ha presentado, de forma parcial y temporal, su enorme colección de arte contemporáneo formada por 5.248 obras. Desde este jueves, el museo del Raval muestra las obras maestras de estas piezas adquiridas a lo largo de todos estos años, sobre todo por la Fundación Macba, el organismo que ha nutrido de 2.700 obras al museo. Las últimas 37, de 18 artistas, desde 2016.

Se trata de la exposición Un siglo breve: colección Macba —expresión que propuso el británico Eric Hobsbawm por la velocidad de los cambios y su intensidad entre 1914 y 1991— que repasa todo el siglo XX y comienzos del siglo XXI colocando las obras en orden cronológico, por décadas, desde 1929 hasta la actualidad, con la idea de convertir el museo en un centro de referencia del arte contemporáneo.

“La nueva presentación de la colección servirá para pasar del Macba hace al Macba es”, según explica su director Ferran Barenblit, que ha conseguido con ella uno de los objetivos que se marcó tras ser nombrado en 2015. El problema es que el edificio Meier cuenta con 4.000 metros cuadrados de los que no todos son para exposiciones y de ahí la reivindicación de crecimiento de los responsables del museo que pasa, según el Plan Estratégico aprobado hace un año, por crecer en la Capella de la Misericòrdia. La necesaria selección de esta presentación que se ha visto reducida a solo 194 obras y 165 documentos, algo que pone en valor el también importante centro de documentación con que cuenta el museo desde 2007.

'Sterno' (1985) y 'Self-Portrait' (1986), dos de las tres obras de Basquiat que se exponen en el Macba.
'Sterno' (1985) y 'Self-Portrait' (1986), dos de las tres obras de Basquiat que se exponen en el Macba.Carles Ribas

Las piezas ocupan toda la primera planta del edificio de la Plaça dels Àngels y se exponen con un gran sentido didáctico. “Cada ámbito es una microexposición, una estructura que se mantendrá en el tiempo aunque se renovarán las obras. La idea es que no sean presentaciones plácidas y esperables y que generen una reacción emocional al visitante”, insiste Barenblit, que se ha fijado la meta de que su museo “llegue a nuevos públicos y sea más accesible”. En 2017 visitaron el centro 258.202 personas, un 20% menos que el año anterior y 43% menos que hace 10 años.

Nunca expuestas

Según la conservadora y jefa de la colección del Macba, Antònia Maria Perelló, en la nueva presentación pueden verse nueve nuevas adquisiciones, como las serigrafías de Anni Albers de su etapa de la Bauhaus o los carteles de la guerra civil; obras de la colección que no se había podido mostrar nunca, como las tres impresionantes pinturas de Basquiat, los preciosistas cuadros ricamente enmarcados de George Condo, la media docena de dibujos de Manolo Quejido de los años setenta y las serigrafías políticas de Werker Collective.

También se incluyen piezas, que pese a las 33 presentaciones anteriores, no se habían visto casi nunca. Entre ellas la impresionante pieza de Christian Boltanski, La Réserve des Suisses Morts, de 1991; un muro laberíntico creado con más de 2.300 cajas de metal en la que aparece la fotografía de una persona muerta, que sería difícil de atravesar si los fallecidos fueran españoles. No se había podido ver desde 1999, según Perelló.

La pieza de Christian Boltanski 'La Réserve des Suisses Morts', de 1991.
La pieza de Christian Boltanski 'La Réserve des Suisses Morts', de 1991.Carles Ribas

El recorrido arranca con la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 con imágenes del pabellón diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich; el grupo GATCPAC fundado por Josep Lluís Sert y por obras de Joaquín Torres-García, Alexander Calder, Joan Miró (magníficos yesos) o Brassaï, entre otros. Sigue la guerra civil, de tiros y de imágenes, como el espléndido cartel de Pere Català Pic pisando una gamada, y la posguerra; las protestas y el contexto político de mayo de 1968 y 1975, con la muerte de Franco “dos de las fechas significativas que aparecen reflejadas en las piezas de la colección”, según Tania Barson, conservadora jefe del museo. Un momento en el que los artistas empezaron a experimentar con nuevos lenguajes visuales para abordar temas políticos candentes o reclamar libertad.

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A finales de los sesenta la ciudad y sus conflictos, como la especulación y la gentrificación, pasan a ser tema artístico de interés, como delatan las obras de Matta-Clark. El feminismo radical, con la cosificación, los estereotipos y los roles subalternos están presentes en el arte que de finales de los setenta, como puede verse en las piezas de Eulàlia Grau, Eugènia Balcells, Marta Rosler y el colectivo Guerrilla Girls. Y el grafiti, el cómic, los carteles y lo videoclips que cortocircuitaron la cultura establecida para siempre en los noventa, momento en el que los artistas comenzaron también a trabajar con escenografías e instalaciones a gran escala. Como la de Juan Muñoz, The Nature of Visual Illusion, que vuelve a las salas del Macba.

El recorrido termina con las críticas del arte a las relaciones económicas surgidas del neoliberalismo y la globalización y sus desigualdades. Nada como el drama de la migración, un tema que abordan artistas como Allan Sekula y Carlos Aires, que ha creado Mar Negro, un enorme mosaico de ocho por cuatro creado a partir de madera reciclada de barcos ilegales provenientes de África encontradas en las costas de Cádiz. Tan bello como trágico.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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