Historias personales contra la “batalla por el relato”

“En la vida, las historias personales son las más convincentes”. Por eso, el historiador Raúl López Romo (Bilbao, 1982) ha reunido 65 testimonios de víctimas de las diferentes organizaciones armadas que han actuado en España “para evitar su olvido y encontrar, en su recuerdo, una señal de reparación social”. Bajo el título Memorias del terrorismo en España (editorial Catarata) ha presentado en Bilbao su trabajo en forma de libro rodeado de gran parte de sus protagonistas.

Media hora antes de la cita, la sala del Hotel Abando de Bilbao ya estaba completa. “ETA se ha disuelto pero el terrorismo no forma todavía parte del pasado”, señaló López Romo para justificar el interés despertado por su obra, presentada con el apoyo de la Fundación para la Libertad y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Y fue justo el interés despertado en su trabajo divulgativo, a través de un blog, lo que le llevó a editar en primera persona el testimonio de las víctimas tanto de ETA como de la extrema derecha, GRAPO, el yihadismo o el batallón vasco español. “Existe una tendencia a su olvido y a la tergiversación del pasado. He querido dar voz a todas ellas para construir un relato plural, de quiénes, cómo y en qué contexto sufrieron el terror”.

Junto a los testimonios aparecen también textos de historiadores, activistas y periodistas. Entre ellos destaca el periodista Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, presente en el acto, quien explicó el valor del libro por documentar “el grado de crueldad social que se ha sufrido”. “Conocemos las cifras pero descocemos su dolor”. Y recordó, las dos décadas que necesitó el director de El Diario de Navarra, José Javier Uranga, para relatar cómo sobrevivió a un atentado, a pesar de contar con un diario a su disposición. “Ha llegado la hora de los relatos y aquí aparecen 65 personas dispuestas a contar el suyo”.

Teo Uriarte, miembro de la Fundación para La Libertad, también intervino en el acto como autor de uno de los testimonios recogidos en el libro. “Me invitan a muchos actos en calidad de exetarra. Y muchos me dicen que durante el franquismo, ETA fue diferente. Pues no, nada justifica la violencia y son demasiados los atropellos realizados en este país para resolver el pasado”, señaló. Coincidió en destacar el valor del libro como antídoto a esa “propaganda que busca blanquear la historia”.

En ETA se centró también el historiador Gaizka Fernández Soldevilla, invitado a participar en la presentación. “ETA ha terminado, pero queda un legado envenenado entre nosotros que busca maquillar su actividad”. Por eso, consideró necesaria la labor divulgativa de los historiadores en busca de una mayor difusión de los hechos, como la que alcanzó el blog de López Romo, germen del libro, con más de 50.000 visitas en un año.

No fue hasta el final, cuando aparecieron las otras víctimas. “No las dejéis nunca olvidadas porque si no las mataremos dos veces: en vida y en memoria. Pero tampoco os olvidéis de las 4.100 víctimas de tortura que hubo en Euskadi desde los años 60, de los desplazados y los asesinados injustamente”, cerró un asistente al acto.