Un refuerzo policial intenta disuadir a los ‘manteros’ de vender en Gran Vía
El Ayuntamiento quiere "garantizar que haya una buena movilidad en la coincidencia con las obras"
El Ayuntamiento ha reforzado la presencia de patrullas de policías municipales en la Gran Vía de Madrid como medida disuasoria contra la venta ambulante. Fuentes del área de Gobierno de Salud, Seguridad y Emergencias del Consistorio aseguran que no hay ningún dispositivo especial pero sí más policías, desde este verano, “para garantizar que haya una buena movilidad en la coincidencia con las obras”. Las acciones de “carácter preventivo y disuasorio tienen una eficacia mucho mayor que las de carácter reactivo”, defiende el concejal Javier Barbero.
El Consistorio rechaza, “por cuestiones de seguridad”, dar detalles sobre los refuerzos que han enviado a Gran Vía para evitar que los vendedores ambulantes, conocidos como manteros, vendan sus mercancías piratas. “Se trata de refuerzos de patrullaje a horas en las que está identificado un mayor flujo de personas paseando y comprando”, añaden. Fuentes policiales detallan que hay dos patrullas de cuatro policías a pie y de uniforme en la zona norte del tramo de Callao a la Red de San Luis y otros cuatro en el sur. Dos motos apoyan por toda la calle y un grupo de la Unidad de Apoyo a la Seguridad (UAS) hacen de soporte entre Callao y San Bernardo.
La medida forma parte de la Instrucción 2/2018 del 10 de agosto de la Policía Municipal. Como explicó este miércoles Barbero en la Comisión de Salud, Seguridad y Emergencias, en respuesta a preguntas del PP y Ciudadanos, el Ayuntamiento quiere evitar actuaciones que causen “lesiones en viandantes, manteros y policías”.
Con ese fin, en las intervenciones contra los manteros se evitará la circulación de vehículos oficiales por las aceras y los espacios habitualmente reservados a los peatones. La Policía municipal tiene también orden de no actuar “hasta que no se pueda garantizar la seguridad” tanto de la policía como de los ciudadanos. La instrucción contempla también que se determinen “unos espacios de actuación preferente que, por su singularidad e importancia, requieren de una presencia intensiva para favorecer un mejor control de la venta ambulante”. Como la Gran Vía.
“Dejen de considerar a los manteros el principal problema de seguridad de la ciudad”, pidió Barbero al PP y a Ciudadanos. El concejal defendió que se trata de “una cuestión compleja” que no se limita a la intervención policial y recordó que la venta ambulante ya existía en las legislaturas anteriores. El concejal de Seguridad tachó de “pura demagogia” y de “campaña de criminalización” las afirmaciones que apuntan a una intensificación de esta actividad.
“Convertir la actividad de un colectivo de unas 200 ó 250 personas vulnerables en el mayor problema de la seguridad de la ciudad tiene un nombre; se llama xenofobia”, zanjó Barbero. Inmaculada Sanz Otero, concejala del PP, rechazó molesta que la acusaran de xenófoba y pidió al edil de Ahora Madrid que lo retirara. No lo hizo y remitió a la literalidad de su frase.
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