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Los veraneantes culturales

'Veranos de la Villa' se despidió ayer tras 44 días de programación que ha atraído a 110.000 personas, casi un 30% más de público que en su edición anterior

Espectáculo pirotécnico con el que se despidió Veranos de la Villa.
Espectáculo pirotécnico con el que se despidió Veranos de la Villa.Santi Burgos
Pablo León

“Nómada y mutante”. Con estas dos palabras define Maral Kekejian, directora artística de Veranos de la Villa, el alma de esta cita que ayer -tras 75 citas distribuidas en 44 días de programación- cerró su 33 edición desde el Parque de Enrique Tierno Galván. Se trataba de una despedida, pero que dejaba un buen sabor de boca: 110.000 espectadores han acudido a la llamada de sus propuestas, casi un 30% más de público que en la anterior edición. “Es una despedida dulce y alegre”, resume Kekejian. También fue espectacular: Anochecer en el parque, nombre de la última velada de Veranos, consistió en un espectáculo de pirotecnia maridada con música clásica. Si el año pasado los fuegos artificiales brillaron al ritmo del impactante Romeo y Julieta de Prokoviev (tema que narra la muerte de los amantes), en esta ocasión lo hicieron al son de la chisposa, urbana y jazzera Un americano en París, compuesta en 1928 por George Gershwin.

Un grupo de personas ve los fuegos artificiales de Veranos de la Villa en el parque de Enrique Tierno Galván.
Un grupo de personas ve los fuegos artificiales de Veranos de la Villa en el parque de Enrique Tierno Galván. Santi Burgos

Veranos se podría describir como un festival urbano itinerante: “Los que participamos somos feriantes que vamos recorriendo la capital: todos y cada uno de los 21 distritos”. La descentralización ha sido una de las señas de identidad de Veranos desde que Kekejian se hizo cargo de la cita, en 2016. El acceso libre, otra: “Esto es un servicio público: no buscamos clientes sino espectadores o ciudadanos”, apunta la directora que ha contado con el mismo presupuesto que en 2017 para programar: medio millón de euros. La mayoría de las convocatorias (casi nueve de cada diez) han sido de acceso libre. “Que no es lo mismo que gratuito”, agrega la directora, “no queremos fomentar la cultura de lo gratis, queremos dar acceso a la cultura contemporánea”. En aquellas que había que pagar entrada, el precio oscilaba entre los 3 y los 15 euros.

Aunque todas las ediciones de Veranos son genuinas, este año tenía un carácter especial pues se celebra el centenario del nacimiento de Tierno Galván, creador del concepto un año antes de morir con la finalidad de amenizar el estío a aquellos madrileños que no podían irse de vacaciones. “Desde entonces Veranos no ha dejado de ser Veranos”, remarca Kekejian, que desde que se puso al frente del festival se propuso darle un (necesario) giro: “Había que hacer algo con Veranos porque no te puedes quedar haciendo lo mismo año tras año, hay que evolucionar. La espectacular acogida por parte del público creo que habla por sí sola. A lo mejor dentro de una década esta idea no tiene validez por eso no podemos dejar de hacernos preguntas”.

Música, artes escénicas, circo, danza, performance, astronomía o deportes se han ido sucediendo durante más de dos meses: la cita arrancó el 29 de junio, con un concierto del reconocido músico británico Mathew Herbert junto a su Brexit Big Band, y culminó ayer con los fuegos artificiales-musicales, que se han convertido en otra de las señas de identidad de la cita y que fueron ideados de nuevo por la coreógrafa madrileña Cuqui Jerez y los maestros de Pirotecnia Vulcano. Durante julio y agosto, por Madrid han pasado el bailarín Akram Khan, Martirio, Ólafur Arnalds, Gisèle Viene, Cuarteto Casals o Vetusta Morla. Estos últimos lo hicieron de incógnito pues el público fue convocado a un concierto en la Quinta de los Molinos sin saber a qué artista iban a ver. “Eso es justo lo que pretendemos”, apunta Kekejian, “que el público vaya a la convocatoria dispuesto a dejarse sorprender. Queremos que vayan pensando: ‘No sé lo que voy a ver, pero me fío porque seguro que es algo interesante”.

Los números de 'Veranos'

  • Veranos de la Villa se ha celebrado entre el 29 de junio y el 2 de septiembre, programando 75 citas; entre ellas, 16 producciones propias.
  • Un total de 110.000 personas han acudido a sus propuestas, casi un 30% más que el año pasado.
  • Ha habido actividades durante 44 días, con espectáculos en 36 escenarios y llegando a los 21 distritos de la capital
  • Nueve de cada diez propuestas de Veranos han sido de acceso libre; el resto costaba entre 3 y 15 euros
  • El presupuesto artístico del evento ha sido el mismo que el año pasado: 500.000 euros

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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