Un preso condenado por matar a su mujer y a sus hijos huye en un permiso
Fernando Iglesias cumplía su pena en Ourense por asesinar a su familia en Las Palmas en 1996. No ha regresado a la prisión de Pereiro de Aguiar desde el 11 de agosto
Uno de los principales protagonistas de la crónica negra de las Islas Canarias, Fernando Iglesias, condenado a 54 años por asesinar a su esposa y sus hijos en 1996, está en busca y captura después de no haberse presentado, en la segunda semana de agosto, en la cárcel ourensana de Pereiro de Aguiar tras un permiso penitenciario. La orden de búsqueda del recluso de 63 años de edad, natural de Pontevedra y taxista de profesión, fue dictada por la Audiencia de Las Palmas porque es en esta capital donde fue juzgado y donde cometió los asesinatos que en aquel momento fueron definidos por el fiscal del caso como "los hechos más graves" que se habían "visto" en la comunidad autónoma. Iglesias Espiño marchó de la cárcel donde actualmente cumplía condena para un permiso de fin de semana el pasado día 11. Debía haber vuelto el 13 a las cinco de la tarde, pero no ha regresado. Según ha informado la Subdelegación del Gobierno en Ourense, su conducta "siempre fue correcta hasta el momento". La Guardia Civil y a la Policía Nacional lo buscan desde entonces y hoy ha trascendido su fuga.
Iglesias reconoció haber golpeado y degollado a su esposa, su hija mayor y su hijo menor durante el juicio: "Los maté porque me pusieron de muy mala leche y me cegué". A pesar de que fue condenado a un total de 54 años de prisión, 18 por cada una de las víctimas, el tiempo efectivo de cárcel quedó finalmente reducido a 25 años. Fue detenido el 19 de octubre de 1996, y en 2015 ya había cumplido tres cuartas partes. Su salida en libertad estaba prevista para el 9 de octubre de 2021. Actualmente disfrutaba ya del tercer grado, en régimen abierto, y podía salir todos los fines de semana, según la Subdelegación del Gobierno.
Fernando Iglesias tenía 41 años cuando cometió el crimen en su domicilio familiar del barrio de Jinámar, el 15 de octubre de 1996. Su pareja, de 39 años, le había anunciado que quería poner fin al matrimonio y esa noche, tras una discusión, la mató a golpes en la cocina con una herramienta. Después, asesinó a su hija de 18 años, que estaba viento la televisión, y al pequeño, de 12, que ya se había acostado. Golpeó a todos y después remató a las dos mujeres con un cutter. Aquella noche había bebido mucho, antes y después de los hechos, y se quedó dormido hasta el día siguiente, cuando él mismo llamó a la policía.
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