Salud eleva a 23 los fallecidos a causa de la ola de calor en Cataluña
Los fallecidos fueron 13 hombres y diez mujeres con patologías previas, según la Generalitat
Las altas temperaturas han dejado este verano 23 víctimas mortales en Cataluña, 21 de ellas durante la ola de calor que afectó Cataluña entre el 2 y el 7 de agosto, según la conclusión de este jueves del departamento de Salud de la Generalitat en el balance de los efectos que tuvo el último episodio de temperaturas elevadas en la comunidad. Los fallecidos, 13 hombres y 10 mujeres de entre 41 y 100 años de edad, presentaban patologías previas y sufrieron un golpe de calor. La cifra de víctimas es la más alta desde que hay registros, hace 14 años.
La ola de calor duró oficialmente poco menos de una semana, pero fue la más mortífera desde que se recaban datos sobre los afectados por el cuadro clínico que corresponde al golpe de calor. Entre el 24 de julio y el 13 de agosto, época de altas temperaturas —que superaron los 40 grados en muchos puntos del territorio—, el servicio de emergencias notificó a la red de vigilancia epidemiológica un total de 67 casos de personas afectadas por golpes de calor en Cataluña. De estas, dos personas murieron antes de que se declarara oficialmente la ola de calor, y 21 fallecieron durante el periodo de temperaturas excepcionalmente altas. Entre el 2 y el 8 de agosto, un día después del final de la ola de calor, el teléfono de atención sanitaria recibió 453 llamadas relacionadas con las temperaturas elevadas.
Todas las víctimas presentaban factores de riesgo previos, según el departamento: ya sea porque sufrían patologías de base que les predisponían a ser afectados por las altas temperaturas, o porque estaban haciendo ejercicio al aire libre con temperaturas elevadas. Diez de los fallecidos sufrieron el golpe de calor en casa, y 13 lo hicieron en la calle, seis durante el ejercicio de actividades laborales o deportivas.
Según la Agencia de Salud Pública de Cataluña, un golpe de calor se da “cuando una persona produce una cantidad de calor que no puede eliminar mediante el sudor o la dilatación de los vasos sanguíneos”. Esta circunstancia aparece, según la agencia, cuando se llega a temperaturas extremas. “Es una enfermedad grave, caracterizada por una temperatura corporal igual o superior a los 40 grados centígrados y alteraciones del sistema nervioso central, que pueden provocar delirio, convulsiones o el coma, como consecuencia del calor ambiental o del ejercicio físico extremo”, abunda la definición que aporta el ente público. Para evitar este cuadro clínico, el Departamento de Salud recomienda hidratarse, especialmente a las personas mayores, y evitar salir y hacer ejercicio en las horas de más calor.
Si no se cumplen estas recomendaciones, nadie está exento de sufrir un golpe de calor, aunque los servicios de emergencia tienen identificados colectivos de más riesgo, sobre todo los indigentes, que por la falta de espacio climatizado y por su exposición al consumo de alcohol tienen más riesgo de que su temperatura corporal se desregule. Este verano, entidades como Arrels han recordado que los sin techo no sufren solo en invierno, sino que también en verano pueden ser víctimas de la intemperie. Varios de los fallecidos pertenecen a este colectivo. Ciudades como Tarragona han creado a raíz de estas muertes un protocolo específico para atender a indigentes durante episodios de calor. El otro grupo de riesgo es el de las personas mayores, más vulnerables, o personas que están bajo tratamiento médico, ya que algunos medicamentos pueden alterar la termorregulación.
De los 23 fallecidos, 11 murieron en la ciudad de Barcelona, seis en el resto de su provincia, uno en Girona, uno en Lleida y cuatro en Tarragona. Al declararse la ola de calor, la Agencia de Salud Pública activó la fase 2 del plan de actuación para prevenir los efectos de este episodio sobre la salud de las personas y Protección Civil activó la alerta del Plan de Protección Civil de Cataluña. En el plan de salud, que se ideó en 2004, participan los departamentos de Salud, Interior y Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, además de entidades municipalistas y otros organismos.
1,55 grados más desde 1950
Con el paso de los años, los discursos más alarmistas sobre el cambio climático cogen forma, y con razón. El Tercer Informe Sobre Cambio Climático en Cataluña publicado en diciembre de 2017 ya alarmó del aumento progresivo de muertes por olas de calor. Según ese documento, en Cataluña la temperatura media ha aumentado en 1,55 grados desde 1950. Un escenario que empeorará las próximas décadas, cuando se espera que suba al menos 1,4 grados más de aquí a 2050. Las temperaturas, recoge el informe, pueden disparar las muertes por olas de calor anuales: de las 300 actuales, se pasaría a 2.500 en 2050 en Cataluña. Los ancianos y las personas con patologías crónicas previas son las personas sobre las que pesa mayor riesgo.
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