Trabajar al abrigo de la ola de calor
Los sindicatos denuncian que las mayoría de las empresas no aplican el protocolo de prevención ante altas temperaturas como deberían
Víctor Tambo se quita la gorra y seca el sudor de su frente con la manga derecha de su mono. Las agujas del reloj señalan la una de la tarde y el termómetro digital marca los 39 grados centígrados. Trabaja en la construcción arreglando las calles de Madrid y este año le ha pillado de lleno la ola de calor. “Cimentamos de ocho de la mañana a seis de la tarde. A las 12 se hace insoportable”, explica mientras vuelve a encajarse la gorra en la cabeza. Ante los posibles riesgos de trabajar bajo las altas temperaturas, Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT) ha exigido a las empresas que incluyan la ola de calor de este verano en sus planes de prevención laboral.
Según el sindicato, la mayoría de las empresas de la Comunidad Madrid no hacen lo suficiente para cumplir el protocolo de seguridad ante el posible estrés térmico que pueden sufrir los trabajadores, especialmente durante estos días. Por otro lado, UGT señala que las administraciones públicas deben vigilar el cumplimiento de la normativa y los convenios colectivos para prevenir “estos riesgos laborales”. Las temperaturas en la capital alcanzaron este lunes 39 grados centígrados de máxima y los 23 de mínima y la semana pasada se registraron mínimas de 25,9 grados, la mínima más alta registrada desde 1920 en Madrid, según la Agencia Estatal de Meteorología. “No se puede generalizar, pero siempre hay que estar encima de ellas para que ejecuten las medidas necesarias”, cuenta una portavoz de Comisiones.
El sindicato especifica que, aunque hay un protocolo general por ley, cada empresa, normalmente, tiene el suyo propio, que satisface las necesidades según el trabajo que en ella se realiza. “No es lo mismo una constructora que una empresa de limpieza. A las obras y empresas de seguridad donde los trabajadores pasan todo el día bajo el sol, tenemos que pedir que den protección solar a los empleados”, asegura la portavoz. Tambo cuenta que cada mañana se echa crema en casa —su empresa no se la facilita— y se viste con la ropa reglamentaria para la construcción: botas con protección de chapa, mono de manga larga, guantes de goma y chaleco reflectante, lo que, según dice, le hace pasar más calor.
CC OO sugiere, entre otras cosas, que las empresas empleen más recursos en determinados servicios para que la duración del trabajo disminuya y los empleados pasen menos tiempo bajo el sol. “Hay determinados trabajos que hay que realizar a cualquier hora. Por ejemplo, si se cae un árbol en la M-30 a las cuatro de la tarde. Pero, si lo realizan más trabajadores que en condiciones normales y la tarea, en lugar de durar media hora, dura 10 minutos, haya menos riesgo de estrés térmico”, dice Comisiones.
Pese a que los empleados que trabajan al aire libre, como obreros, jardineros y mantenimiento de carreteras, son los que más posibilidades tienen de padecer un golpe de calor, el sindicato recuerda que el estrés térmico también puede darse en lugares cerrados, como espacios sin climatización, industriales, con procesos que aplican o generan calor y que sus condiciones ambientales empeoran en momentos de altas temperaturas externas.
El protocolo difundido por CC OO aconseja a los asalariados beber grandes cantidades de agua, alimentarse en pocas cantidades, estar a la sombra, usar protección solar, no usar mucha ropa y acudir al médico cuando haya síntomas prolongados de un golpe de calor. Desde el sindicato piden a los afectados que denuncien o avisen a los sindicatos si ven que las empresas donde trabajan no cumplen con las directrices del protocolo. No obstante, según apunta Comisiones, en verano las empresas contratan a más trabajadores temporales, que sufren las inclemencias del clima, no se quejan de su situación laboral por miedo a perder el empleo”.
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