Las tiendas pierden un 25% de clientes durante la huelga de los taxistas
Comerciantes, hoteleros y restauradores están preocupados por la imagen de la ciudad
Arrecian las alarmas sobre la mala imagen y la afectación, sobre el turismo y el comercio, del bloqueo de la Gran Via de Barcelona por parte de los taxistas en huelga. Las tiendas de la zona han perdido un 25% de la clientela desde el viernes, informó ayer RetailCat, la patronal del comercio. Barcelona Oberta, la asociación de comerciantes de las calles más turísticas, cifró la caída de ventas durante el fin de semana en hasta un 20% y pidió “que se respete el orden público”.
Restauradores y hoteleros también han sufrido el impacto de la huelga —aunque no dan cifras— que desde el viernes mantiene inutilizados los carriles centrales de dos kilómetros de la Gran Via. Señalan, sobre todo, que la situación afecta a la ciudad y su imagen en plena temporada alta turística. El director general del gremio de Restauradores, Roger Pallarols, llamó a autoridades y taxistas a la “responsabilidad y a pensar en la ciudad para volver a la responsabilidad de manera inmediata”. Desde ayer, la protesta ha subido también por el paseo de Gràcia, la principal calle que cruza la Gran Via.
Críticas a la alcaldesa Colau
El Ayuntamiento no respondió ayer a la petición de hacer frente a la preocupación por las consecuencias de la huelga de los taxistas. Por la mañana, la alcaldesa Ada Colau afirmó que si el corte de la Gran Via se alarga, interpelará "a todas las administraciones para garantizar la movilidad". Fuentes municipales aseguraron que el concejal de Turismo, Agustí Colom, está "fuera de Barcelona, pero "siguiendo el tema".
Desde ERC, Alfred Bosch pidió a Colau “que se arremangue y lidere las negociaciones” en un conflicto que tiene origen en el reglamento de la AMB, que preside. Por parte de Ciutadans, Santiago Alonso responsabilizó del bloqueo a Colau: “Vendió humo con el reglamento y sume a la ciudad en el caos”.
RetailCat alertó de las “consecuencias negativas sobre la actividad comercial y la imagen de la ciudad”. “La gente quiere pasear y comprar con calma, evitando los conflictos, por eso muchos han optado por otras zonas de la ciudad”, afirmó el vicepresidente de la entidad y presidente de la Fundación Barcelona Comerç, Salva Vendrell. Los comerciantes aseguran además que también los empleados de las tiendas se han visto afectados y que uno de cada tres ha tenido dificultades para llegar al trabajo. “Todos están preocupados por la sensación de inseguridad y de tensión cerca de las tiendas”, señalan.
Por parte de los ejes comerciales turísticos, el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, asegura que en el “entorno del epicentro de la protesta la facturación ha caído hasta un 20% durante el fin de semana”. Jené lamentó que las autoridades se estén centrando más “en la perspectiva de la reivindicación y el conflicto” que en la afectación ciudadana. “Pedimos respetar el orden público, ¿dónde está la administración?”, se preguntó y añadió que “colonizar el centro con una protesta, por legítima que sea, no es de recibo, hay que respetar el orden público”, zanjó.
Quien también se mostró muy crítico fue el Gremio de Restauradores, donde aseguran que la huelga “está afectando mucho al consumo y a la imagen de la ciudad”. “Podemos entender todas las reivindicaciones, pero la ciudad no puede continuar paralizada más tiempo y menos en temporada alta. No nos lo podemos permitir”, afirmó el director general, Roger Pallarols. El bloqueo, sin embargo, si ha hecho trabajar a destajo a los bares de la Gran Via, en el tramo cortado. Pallarols, en cualquier caso, instó “a la responsabilidad de los gobiernos y del sector del taxi para poner fin a la crisis y volver a la normalidad”.
“Pedimos serenidad”
Por parte de los hoteleros, el gerente del Gremio, Manel Casals, asegura que entiende la reivindicación de los taxistas: “Tienen una competencia desleal por parte de un negocio desregulado que ha irrumpido con la nueva economía, como nos ocurre a nosotros con Airbnb”. “Pero pedimos serenidad a las dos partes en un conflicto que afecta a los vecinos y también a los visitantes”, apuntó y explicó los problemas que están teniendo los turistas, “no tanto para llegar al hotel, porque no tienen prisa, como para estar a tiempo para coger el avión de vuelta, porque los aviones no esperan”.
Casals explicó que desde las recepciones de los hoteles están acostumbrados a recomendar el uso del transporte público, por huelgas anteriores de los taxistas. Y que para grupos o familias muy numerosas o casos de clientes con movilidad reducida o personas mayores, utilizan shuttles [furgonetas lanzadera] para hacer el transporte, “como hacemos habitualmente”. En cualquier caso, asegura que no ha habido cancelaciones.
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