Una ‘rave’ del siglo XXI con mucho arte
La francesa Giséle Vienne presenta en Matadero ‘Crowd’, un baile colectivo para entender las emociones humanas
Giséle Vienne nació en la tranquila localidad francesa de Charleville-Mézières, pero pasó parte de su juventud en la frenética Berlín de la década de los noventa, cuando la capital alemana se convirtió también en la capital del techno.
La coreógrafa poliédrica (también es marionetista) asistió a muchas fiestas de desparrame electrónico improvisadas en construcciones fabriles abandonadas, y tomó nota de su fuerza antropológica. Ahora traslada esta experiencia a Matadero con su obra Crowd, capaz de desentrañar el comportamiento humano con un guion sin palabras: una serie de actores bailan a placer en una fiesta rave frente a un público contagiado del éxtasis. Será hoy y mañana a las 20.30, en una coproducción de Los Veranos de la Villa y Naves Matadero.
La artista de 42 años estudió filosofía, pero la carrera se le quedó corta en su objetivo de entender de una vez por todas el porqué de nuestras emociones y sus consiguientes reacciones. De modo que se zambulló en la dramaturgia y la dirección artística para encontrarse con el lado más emocional del ser humano. Sus obras mezclan teatro y danza contemporánea y surrealismo, ha utilizado sus propios títeres en representaciones como The Ventriloquists Convention (una disparatada convención de ventrílocuos), a veces aplica un enfoque circense, otras se reduce al minimalismo de los diálogos.
En Crowd, tira, una vez más, del escritor norteamericano Dennis Cooper para el guion y del músico británico Peter Rehberg para la selección sonora, que incluye los trallazos techno de Jeff Mills. Los protagonistas son un grupo de jóvenes en una rave en la Europa del siglo XXI. “La intensidad de la música y la emoción que une a estas personas en este lugar crean una situación propicia para una especie de montaña rusa emocional, o más específicamente, un gran número de trastornos interrelacionados”, explica Vienne. “Los placeres, los deseos y las tensiones eróticas generadas por este tipo de situaciones son los elementos centrales de esta pieza”.
La artista aclara: “Hasta ahora he mostrado el comportamiento humano desde un punto individualista, pero en este caso es de una forma colectiva”. Y zanja: “Una rave es mucho más que una fiesta frívola. Es un ritual, un encuentro en el que se desatan muchas historias humanas, que se perciben ya desde la manera en que baila cada persona. Un simple gesto, un espasmo premeditado expresa a veces mucho más que las palabras”.
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