Un escarabajo asiático ‘mata moreras’ desembarca en Cataluña
La UAB alerta de la extensión del insecto en la provincia de Barcelona y de posibles graves efectos en la agricultura
Como ya va siendo costumbre en los últimos años, otra plaga invasora asiática ha desembarco en Cataluña. Así lo ha hecho público este miércoles el Instituto de Ciencia y Tecnológica Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB). El llamado “escarabajo-barrenador de moreras”, tal y como lo ha bautizado el autor del estudio e investigador del ICTA-UAB, Víctor Sarto, lleva desde 2014 extendiéndose en los municipios barceloneses de Barberà del Vallès, Badia del Vallès, Cerdanyola del Vallès y Ripollet. La especie (Xylotrechus chinensis), reza el informe publicado en la revista Insects, amenaza con provocar daños importantes en las moreras de espacios públicos y privados. Hasta hoy su presencia ya afecta a nada menos que a una superficie de 44 kilómetros cuadrados.
La voz de alarma la dio un jardinero de Ripollet en 2014. El trabajador detectó en una morera los restos de un insecto hasta entonces nunca visto y envió una muestra al Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat. Tras cuatro años de indagaciones, los resultados del estudio son alarmantes: El escarabajo provoca “un efecto devastador para las moreras hasta matarlas", según el estudio. Y lo que es todavía más alarmante: “Puede extenderse a manzanares, perales y viñas, lo que podría suponer un importante impacto económico para el sector frutícola y vinícola de Cataluña”, explica el investigador Victor Sarto.
Tras la llegada del mosquito tigre en 2004, el escarabajo picudo rojo en 2005 y la avispa asiática en 2012, ya son cuatro las especies invasoras asiáticas llegadas a Cataluña en los últimos años. El escarabajo-barrenador de moreras, al igual que sus antecesores, encontró en el tráfico de mercaderías el medio perfecto para cruzar el continente. “Creemos que llegó en 2012 a través un palé llegado por mar o aire desde el noreste asiático (China, Corea, Japón y Taiwán)”, cuenta Sarto. Cataluña, de hecho, se ha convertido en la puerta de entrada de Europa de este insecto. Según explica Sarto, en 2008 Alemania ya detectó esta especie en un control fronterizo de mercancías. Pero logró frenarlo. “Aquí, sin embargo, ha logrado extenderse”, añade el investigador.
El insecto, que mide entre 15 y 25 milímetros de longitud, se alimenta del floema (la parte externa del tronco y las ramas), lo que interrumpe el flujo de savia de la morera hasta provocar su muerte. Es muy difícil detectarlo, ya que los árboles afectados aparentemente muestran un aspecto saludable pese a estar infectados. No es hasta un año después de infectarse, momento en que las larvas emergen del árbol y dejan marcas en el tronco, cuando se puede identificar su presencia. Para más inri, el escarabajo es amarillo y negro, y el ruido que emite cuando se siente amenazado lo hacen confundir con una simple avispa. Los municipios afectados ya han empezado a aplicar medidas para evitar su expansión como la tala de árboles o la aplicación de insecticidas en el tronco.
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