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Los paradistas de Sant Antoni vuelven a casa

Los 235 establecimientos del mercado se mudan de las carpas provisionales en las que llevan casi nueve años

Alfonso L. Congostrina
Preparativos para la inauguracion del nuevo Mercado de Sant Antoni
Preparativos para la inauguracion del nuevo Mercado de Sant AntoniMassimiliano Minocri (EL PAÍS)

La ilusión de quien estrena se apoderó ayer del barrio barcelonés de Sant Antoni. Tras ocho años y siete meses sumergidos en la provisionalidad de dos carpas en la Ronda de Sant Antoni los paradistas realizaban ayer la mudanza definitiva. Hoy 235 establecimientos —52 de producto fresco, 105 de encantes y 78 del mercado dominical— volverán al mercado que abandonaron el 10 de octubre de 2009.

Ayer todo eran prisas, sonrisas, ilusión y ganas de inauguración. En las, poco a poco, vacías carpas dos vigilantes impedían el acceso a todo aquel que no fuera “de la casa”. En una puerta de las estructuras provisionales una vendedora, furtiva, de cabezas de ajos gritaba mientras señalaba a la calle Manso: “Creo que me pondré en la puerta de allí y a ver cómo se da el primer día de mercado”.

Las dependientas de una carnicería abandonan la carpa y entre conversaciones triviales una, con pinta de ser la jefa, adoctrina:“A mí, mañana si las clientas son pesadas me da igual mientras hagan gasto”. La que tiene aspecto de asalariada corta la conversación en seco: “Me acaba de llegar un whatsapp mira: me desean un buen traslado”.

Camiones, carros, turistas y prostitutas —la mayoría en la plaza Pes de la Palla— son testigos mudos de una mudanza peculiar. Decenas de operarios repintan los carriles bici y bus de la calle Comte d‘Urgell. La cuenta atrás está a punto de acabar y todo está por terminar. Incluso el CDR del barrio quiere aprovechar la inauguración y ha pedido a los vecinos que siembren de lazos amarillos los balcones con vistas al mercado.

“Tenemos nervios y muchísima emoción. Estamos con los últimos retoques porque las medidas no coinciden a las que teníamos en las carpas. Nos han dado muy poco tiempo para hacer el traslado. Acabo de comprar un aspirador para dejar la parada impecable para mañana”, destaca Eliseo Ferrer el propietario de Hules Ferrer. Eliseo tiene 69 años y lleva 48 vendiendo manteles en Sant Antoni. “Mañana vendré con la guitarra, es un día especial y las clientas lo que quieren es que haya alegría”, asegura Ferrer. El tendero tiene la capacidad de acabar cada frase con un pareado: “Ya sabe: Bon gènere i a bon preu a Sant Antoni ho trobareu”.

Para Dolors, de Confecciones Prats, también será un día “importante”. Esta histórica de Sant Antoni tiene 84 años y lleva toda su vida en el mercado. “Mis padres me ponían a dormir en las cajas de género”, recuerda. “El mercado estaba muy viejo, cuando fuimos a las carpas mejoró, ahora es una maravilla”, concluye.

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Los comercios que rodean el mercado también esperan que la reapertura genere el movimiento que necesitan sus negocios. Rosa María es una de las cuatro generaciones de dependientas de ropa de Casa Gallofré: “Han sido ocho años muy duros. El cierre del mercado coincidió con la crisis. Ahora ya se nota más alegría”.

Dentro siguen los últimos retoques. Enric de Confecciones Bernaus está eufórico: “Al fin, después de casi nueve años, volvemos a casa”.

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