Esquerra rechaza el adelanto electoral que sopesa el ‘expresident’

Si en el entorno más próximo al expresidente Carles Puigdemont existe la tentación de recurrir a unas nuevas elecciones para desbloquear la situación en Cataluña, ayer Esquerra se encargó de enterrarla. Los republicanos, que celebraron el 87º aniversario del partido en Barcelona, rechazaron de plano esa opción. Desde prisión, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, advirtió en una carta que no formar Govern ahora es “convertir la victoria del 21-D en un regalo al 155”.

“Para avanzar tenemos que seguir sumando. Cada paso que nos desconecta de la centralidad es un paso atrás y lo es impedir la formación de Govern. La recuperación de las instituciones es una necesidad. Es cierto que no es suficiente, pero es un paso imprescindible para avanzar”, aseguró en su misiva Junqueras, en prisión preventiva desde hace 163 días por un supuesto delito de rebelión.

Más información

La Mesa del Parlament acuerda una querella contra el juez Pablo Llarena

El Supremo niega a Jordi Sànchez el permiso para acudir al pleno de investidura

La Mesa del Parlament apura la reforma para permitir un Govern fuera de Cataluña

No fue la única voz que se mostró contraria a repetir las elecciones. El nuevo hombre fuerte de los republicanos, el secretario de Economía de la Generalitat Pere Aragonès, también defendió elegir con urgencia un presidente de la Generalitat para “expulsar el 155 de una vez y recuperar la capacidad de hacer leyes y Presupuesto al servicio del pueblo de Cataluña”. Aragonès es uno de los principales negociadores con Junts per Catalunya. El diputado en el Congreso de los Diputados Joan Tardà fue más prosaico: “No queremos nuevas elecciones”.

Junqueras también insistió en su misiva en la idea de “superar la política de bloques [independentistas o constitucionalistas]”, una idea que sin embargo no termina de cuajar pese a los ofrecimientos de Catalunya-En Comú Podem. El mensaje del no al adelanto electoral, que se producirá de manera automática si no hay un Govern antes del próximo 22 de mayo, llega justamente cuando el entorno más próximo a Puigdemont contempla esta posibilidad como una manera de seguir desafiando al Ejecutivo central.

ERC compartía el plan de presentar al exlíder de la ANC, Jordi Sànchez, quien está en prisión, a la investidura como una manera de que la justicia española tuviera que tomar una decisión comprometida, en un contexto de gran atención internacional. Así quedaría retratado, a su parecer, el autoritarismo del Estado español. Pero una vez que el Tribunal Supremo impidiera la investidura, consideraban que se tenía que investir a un candidato viable.

La decisión judicial en Alemania que ha rechazado extraditar a Puigdemont por un delito de rebelión ha dado sin embargo aire a la figura del expresident. Incluso, según adelantó ayer El Confidencial, Puigdemont le comunicó esa posibilidad al expresidente Artur Mas en su encuentro la semana pasada. Los verdaderos planes del expresidente quedarán claros después de que esta semana se reúna su grupo parlamentario en Berlín. Junts per Catalunya nunca ha dejado de repetir que él es el legítimo candidato a la investidura y, como asegura el ideólogo de cabecera de la confluencia independentista, Agustí Colomines, cualquier otro que llegara al Palau de la Generalitat sería “el president 130 bis”.

Los seguidores de Puigdemont son muy optimistas con el recorrido de la euroorden de detención de su líder y hasta ponen en duda que se le extradite por un delito de malversación. Esto mantiene, creen, la viabilidad de su candidatura. Ahí se inscribe el cambio en la Ley de Presidencia, para permitir la investidura telemática y que pueda haber consejeros que ejerzan sus funciones fuera de España. En los próximos días, el consejo de garantías estatutarias tiene que pronunciarse sobre la legalidad de la iniciativa, pero su informe no es vinculante.