_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Carta abierta a la hija de Enric Marco

Estimada señorita: usted tiene 21 años. Yo tengo 57. Usted es hija de Enric Marco Batlle, inventor de una deportación a Flossenburg. Yo soy el hijo de Joan Tarragó Balcells, deportado a Mauthausen. La he visto defender a su padre en el programa Els matins a TV-3, presentado por Josep Cuní y Pilar Rahola, del 12 de mayo. Su situación no debe de ser cómoda y, llevada por los lazos que la unen a él, intenta protegerle en la prueba que está atravesando debido a su propia impostura.

Para serle sincero, esta actitud, que me impresionaría en otra circunstancia, no me conmueve esta vez.

Que su padre haya montado un espectáculo personal y público en torno a la deportación es una cosa, y que su padre tenga la desfachatez de presentarse hoy como víctima es otra muy distinta. Pero lo que está en juego es la impostura de su padre contra la memoria de mi padre y la de sus compañeras y compañeros.

Más información
Enric Marco, el fraude

La impostura de su padre me afecta profundamente, incluso me duele. Me remite al sufrimiento de nuestras familias, que sigue oculto en lo más profundo de mí mismo, muy lejos de la sociedad del espectáculo.

Le deseo que conserve a su padre durante mucho tiempo. Yo no tuve esa suerte. El mío murió en Francia en 1979, a los 65 años, debido a las secuelas de su deportación. Su carnet de inválido, que conservo, contiene una lista muy larga de enfermedades. Él escribió en sus memorias que durante 24 años, ni un año más ni uno menos, tuvo pesadillas absolutamente todas las noches. Viví a su lado hasta que tuve la edad que tiene usted ahora. Él se consideraba un resucitado gracias a la solidaridad entre los republicanos españoles, los Triángulo azul de Mauthausen, gracias a la lucha que llevaba a cabo en la organización de la Resistencia, de la que fue uno de los responsables. Nosotros sabíamos que era imposible que fuera libremente feliz. Al despertar, su rostro era siempre el de un hombre ligeramente embrutecido. Ese rostro ha marcado a sus hijos para siempre. Él hablaba de esa mujer dando a luz delante de un SS, del SS que desenfunda, el SS que mata al niño, el SS que mata a la madre. Él hablaba, pero su voz no era para el público.

Si su padre, con su falsa cara de deportado más real que la auténtica, hubiera leído las notas que tengo a la vista, probablemente habría obtenido muy buen provecho en sus atronadoras tertulias. Mi padre no se prodigaba como un desesperado como hace el suyo. Nunca pudo. El perro de un SS imprimió sus colmillos en el muslo de su pierna derecha.

Por haberme criado entre deportados, mujeres e hijos de deportados, puedo asegurarle que la moral de este grupo nunca ha sido la mentira. No creo que su padre merezca la impunidad que usted y él mismo reclaman.

Con mis más respetuosos saludos.

Llibert Tarragó. Hijo de Joan Tarragó Balcells (número 4.355, deportado en Mauthausen de febrero de 1941 a mayo de 1945).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_