_
_
_
_

Cataluña levanta la alerta por sequía gracias a la lluvia invernal

Los embalses de Sau, Baells y la Llosa del Cavall se han recuperado vigorosamente

Marc Rovira
Estado del pantano de Sau el pasado diciembre de 2017, donde se aprecia el campanario
Estado del pantano de Sau el pasado diciembre de 2017, donde se aprecia el campanarioALBERT ALEMANY

Las precipitaciones acumuladas durante febrero y marzo han beneficiado los embalses de la mayor parte de Cataluña y han sosegado la alarma por la sequía. La Agencia Catalana del Agua (ACA) pone de relieve que en apenas ocho semanas la situación ha dado un giro portentoso pero advierte que aun es pronto para lanzar las campanas al vuelo. La lluvia no ha beneficiado a todos y la prealerta se mantiene activada. En el Empordà y en Tarragona, la escasez de agua se cronifica.

Si el sistema Ter-Llobregat está suficientemente empapado, se esfuman buena parte de los quebraderos de cabeza de los gestores que se encargan de velar por el suministro de agua a la población. El Ter-Llobregat bombea agua a más de un centenar de municipios de la Cataluña más poblada. Esto es, Barcelona y su área metropolitana, el Baix Llobregat, los dos Vallès, el Maresme, la Selva, el Anoia, el Garraf y el Alt Penedès. Aproximadamente, cinco millones de personas.

En dos meses, las reservas del sistema Ter-Llobregat han crecido catorce puntos. El embalse de Sau (Osona) se ha llenado hasta casi tres cuartas partes de su capacidad, cuando estaba al 40%, y también la Baells (Berguedà) y la Llosa del Cavall (Solsonès) se han recuperado vigorosamente. El pantano de Susqueda (Selva) es el de mayor capacidad y sus reservas se mantienen estables.

El ACA pone de relieve que en este ramal hídrico la situación de prealerta por sequía ya ha pasado. Un alivio porque el temporal de mar de hace dos semanas estropeó uno de los principales recursos que se habían activado para paliar la sequía: la desalinizadora del Llobregat. El fuerte oleaje rompió el sistema de captación de agua salada de la planta que está situada en el Prat del Llobregat y obligó a poner a toda marcha, 100% de su capacidad, la desalinizadora de Tordera.

Problemas en Tarragona

Sin embargo, las luces de aviso no se han apagado del todo. En el norte y en el sur, la sombra de la sequía es alargada. La escasez de lluvias ha sido una constante en los dos últimos años y las reservas sufren. El embalse de Boadella-Darnius (Alt Empordà) está por debajo del 40% y la deshidratación es más acuciante en las comarcas de Tarragona. El embalse de Siurana está al 14% y el de Riudecanyes al 21%. Un agrio debate enfrenta a los regantes del Priorat, que beben de Siurana, con los beneficiarios del agua de Riudecanyes. En las Terres de l'Ebre, el pantano de Ulldecona está al 2,2% de su capacidad, prácticamente agotado y con partes de su lecho al descubierto. La dualidad de realidades provoca que el nivel medio de reservas de agua en Cataluña sea del 57%, veinte puntos menos que el año pasado a estas alturas. La ACA sostiene que las demandas domésticas están “garantizadas” pero que el riego veraniego dependerá de que la primavera sea lo suficientemente lluviosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_