El alcalde de Alicante solo dimitirá si le sustituye su número dos
El socialista Echávarri, procesado por fraccionar supuestamente facturas, exige 15 votos “sin condiciones” para Eva Montesinos o seguirá en el cargo
El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, ha anunciado este lunes una dimisión en diferido, a futuro, y condicionada. Únicamente abandonará el cargo si su número dos, Eva Montesinos, reúne los apoyos necesarios -y en ese caso sí, “sin condiciones”- para sucederle. El primer edil ha comparecido ante la prensa sin aceptar preguntas. En su primera aparición pública desde el pasado viernes, cuando un tribunal de la Audiencia Provincial le bnotificó un auto que le aboca a juicio junto a dos de sus asesores por supuesta prevaricación.
Echávarri está procesado por fraccionar presuntamente 14 facturas por trabajos y servicios de la Concejalía de Comercio que costaron en su conjunto 144.160 euros. Además, está siendo investigado, también como sospechoso de prevaricación, en otro procedimiento por despedir a una funcionaria interina que es cuñada del portavoz local del PP, Luis Barcala.
En el primer caso, la magistrada María Luisa Carrascosa dictará previsiblemente en breve el auto de apertura de juicio oral. Tardará “un mes o un mes y medio”, según los cálculos del propio alcalde, que pretende en ese plazo recabar para Montesinos, primera teniente de alcalde, concejal de Urbanismo y portavoz municipal, los 15 votos que le darían la mayoría absoluta, en una corporación de 29 regidores.
Echávarri ya ha comunicado esta “decisión personal” tanto al secretario de Organización del PSPV-PSOE, José Muñoz, como al secretario general de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Puig, que estaba precisamente esta mañana en Alicante, donde ha presentado un plan para captar fondos europeos, ha confirmado que el alcalde no optará a la reelección como secretario local del partido. El presidente valenciano ha reconocido la existencia de una “crisis” institucional en la corporación alicantina que “hay que abordar” para darle una “solución política”, pues los ciudadanos tienen derecho a un “gobierno estable y de progreso”.
Unas horas después, sobre la una de la tarde, el alcalde se ha presentado ante los periodistas para comunicar que seguirá al frente del Consistorio a menos que se garantice la “continuidad del proyecto socialista” bajo el liderazgo de Montesinos. Tal y como él mismo ha reconocido, los estatutos del PSOE obligan a sus cargos públicos a “dar un paso atrás” cuando se les comunique la apertura de un juicio oral. Él no quiere ser “un obstáculo para la ciudad de Alicante” y dará ese paso. Pero solo cuando llegue “ese día”, y siempre y cuando se cumplan sus condiciones.
Echávarri se dispone por tanto a participar activamente desde este momento en la “búsqueda de apoyos” para su posible sucesora con una ronda de contactos con los grupos de la oposición (PP, Guanyar Alacant, Ciudadanos y Compromís). Pero ha insinuado que él mismo tutelará dicha negociación -“se hará desde Alicante”, ha precisado- y ésta no comportará en ningún caso contraprestaciones políticas para quienes respalden a Montesinos.
Esos quince votos deberán carecer de “condiciones previas”, pues no se van a “reeditar tripartitos ni fracasos”, ha señalado. De lo contrario, si esas condiciones no se dan, él continuará al frente de la Alcaldía. Digan lo que digan los estatutos socialistas y aunque se le haya abierto juicio oral, intentará agotar la legislatura. “En ningún caso vamos a entregar el gobierno de la ciudad a un partido podrido y corrupto como el Partido Popular”, ha dicho.
La oposición, sin embargo, ha vuelto a reclamar en bloque, como ya hizo el pasado viernes, su inmediata dimisión. El portavoz del PP, Luis Barcala, que representa a la lista más votada en las últimas elecciones municipales (ocho ediles), ha criticado a Echávarri por “anteponer sus intereses personales y partidistas por encima de los de Alicante”. Para el líder popular, “su situación es insostenible” y “la ciudad está paralizada” porque el alcalde ha hecho un “ejercicio de soberbia” y “no hay más línea roja que la que él pueda pintar a su conveniencia en cualquier momento”. Barcala cree que el primer edil “no está en condiciones” de poner ningún condicionante a su dimisión. “No queda otra alternativa que recoger los bártulos, pedir perdón e irse”.
Desde Ciudadanos (Cs), su portavoz, Yaneth Giraldo, le ha criticado por continuar lastrando el “futuro de la ciudad” y ha antepuesto cualquier negociación y gobierno alternativo al actual, “de izquierdas o de derechas” o incluso uno liderado por su propio partido, al cese de Echávarri.
Los partidos de izquierda -Guanyar Alacant (EU-IU, Podemos e independientes) y Compromís-, antiguos socios de gobierno del PSPV-PSOE, han insistido también en la exigencia de una dimisión inmediata. Especialmente duro se ha mostrado el portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, que ha calificado a Echávarri de “cadáver político” y le ha negado cualquier “legitimidad” para liderar una negociación que desemboque en su relevo. En su opinión, el primer edil “está cayendo en las mismas prácticas y errores” que Sonia Castedo, la que fuera alcaldesa del PP, quien dimitió en diciembre de 2014 por su presunta implicación en una trama de corrupción vinculada al urbanismo de Alicante, por la que ahora espera juicio.
Pavón cree que Montesinos no es una “persona de consenso” para mantener un gobierno de izquierdas en la ciudad, ya que está “un poquito quemada” debido a la gestión informativa que ha hecho del hallazgo de un dispositivo de grabación oculto su despacho y ha “apartado y desterrado a técnicos porque le molestan”.
En cambio, el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, ve en la comparecencia de Echávarri una “luz al final del túnel” y una señal de “esperanza”. En esa línea, se ha ofrecido para “trabajar en la búsqueda de soluciones” que permitan a la ciudad seguir teniendo un “gobierno progresista”. Aunque el primer edil “no puede seguir ni un minuto más” en el cargo, pues su situación es “irreversible” y se ha topado con un “callejón sin salida”.
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