Los empresarios, indignados por la “desidia” de Fomento tras el último accidente en la A-55

El último accidente de tráfico ocurrido este jueves en la autovía A-55 que causó un caos circulatorio en las comunicaciones en el sur de Pontevedra tras volcar un camión de chatarra en plena vía, ha indignado al sector empresarial al haberse colapsado los accesos a Vigo y toda su área metropolitana. La Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) y la Cámara de Comercio han criticado la “desidia” del Ministerio de Fomento ante las cifras de siniestralidad de este vial y han exigido el cumplimiento de los plazos para ejecutar las obras, tanto en la A-55 como en la AP-9, en Rande, todavía inacabadas pese a su inauguración oficial el pasado 30 de diciembre.

“Creo que ya hemos tenido mucha paciencia” ha lamentado el presidente de la Cámara de Comercio, José García Costas. “Es parte de nuestro cometido poner el foco en aquellas situaciones que perjudican la actividad de nuestras empresas porque queremos ser competitivos y productivos, pero lo que no está en nuestras manos es corregir estos problemas”.

También el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, ha incidido en que “no es de recibo que año tras año las estadísticas conviertan ese tramo como uno de los puntos negros con mayor número de accidentes, incluso con víctimas mortales, sin que las administraciones competentes tomen cartas en el asunto”.

Ambos dirigentes empresariales han criticado los incumplimientos de los plazos de las obras “porque están perjudicando la actividad económica en la provincia. En el caso de la A-55, las obras arrancaron en octubre de 2015 y se preveía su finalización en marzo del 2017. Sin embargo, Fomento justificó la ampliación de las obras hasta septiembre del 2018 con una modificación del proyecto original en diciembre de 2016. “Es un caso claro de falta de previsión”, ha afirmado García Costas.

Cebreiros ha subrayado que además del límite de velocidad a 60 Kms/h en este tramo, se financian las obras con las multas que ponen los radares instalados a lo largo del trazado. “En el caso del Puente de Rande, pese a que se hizo una inauguración oficial, los operarios siguen trabajando en la vía, se cerraron los carriles centrales originales para su reasfaltado, mientras las retenciones son kilométricas porque la carretera nacional no tiene capacidad para absorber todo el tráfico”, ha denunciado el responsable de la CEP.

“Ninguna de las dos arterias principales de comunicación por carretera desde el área metropolitana de Vigo está en servicio al cien y sin que por ello se haya dejado de cobrar, todo lo contrario, porque el coste del peaje se ha incrementado pero no se han dado alternativas para beneficiar a los usuarios”, lamentan ambos dirigentes empresariales en un comunicado.

“Estos tramos son auténticas trampas de tráfico y un freno para la actividad empresarial, por cuanto ralentizan y encarecen los desplazamientos, mientras el perjuicio es directo para las empresas, porque repercute en los desplazamientos de mercancías, productos finales y personas”, exponen García Costas y Cebreiros. “Sabemos que si queremos mejoras hay que hacer obras, y los empresarios aceptamos y asumimos el coste temporal que conllevan. Pero es inconcebible que se encadenen unas acometidas con otras sin alternativas que palien los efectos adversos”, añaden.