Reclaman el uso de la policía para recuperar 20 obras de Muñoz Ramonet
La fundación municipal pide también multar a las cuatro hijas con 2.000 euros semanales hasta que entreguen 20 cuadros que están en Sant Andreu de Llavaneres
Conociendo el historial de este largo pleito era previsible. Las 20 obras que las cuatro hijas de Julio Muñoz Ramonet tenían que entregar a la fundación barcelonesa que lleva el nombre de su padre antes de día 12 de febrero por orden del juez, no han llegado y siguen en paradero desconocido aunque se cree que están en Ca l'Isar (Los Cedros), una finca familiar de Sant Andreu de Llavaneres. Por eso, y siguiendo lo que establecía la diligencia judicial: “una vez transcurrida el plazo de un mes... sin que se hayan entregado los cuadros, podrá ejecutarse la entrada autorizada en la presente resolución por vía judicial, en el inmueble indicado”, Eudald Vendrell, el abogado de la Fundación Julio Muñoz Ramonet, ha pedido al juez que autorice “con carácter de urgencia, la entrada en el domicilio donde se hallan los cuadros… con auxilio de la fuerza pública, para que la Comisión, acompañada de la Policía Judicial y de los técnicos necesarios”.
El abogado también reclamada que se “proceda a la apertura” de la vivienda y se “acceda al interior y tome posesión material e inmediata entrega a los legales representantes de la fundación”. Como tercera medida pide que se establezcan penas coercitivas “de 2.000 euros semanales hasta que los cuadros estén a disposición del juzgado” y que “se aperciba a las partes ejecutadas de incurrir en delito de desobediencia “en caso de dificultar o imposibilitar la entrega de los cuadros”.
Lo que sí han hecho las hermanas Muñoz Vilallonga, tras recibir el pasado 12 de enero la diligencia judicial, fue formular un recurso de reposición que se ha resuelto de forma provisional "y sin perjuicio de lo que resuelva el magistrado titular" consiguiendo excluir dos de los cuadros que se reclaman.
Julio Muñoz falleció en 1991 pero el Ayuntamiento de Barcelona no se enteró de que le había dejado en herencia su palacete de la calle Muntaner y la rica colección de arte que había en su interior hasta 1995 cuando comenzó un largo pleito que todavía continúa. Hasta la fecha, lo único que la ciudad ha conseguido son las llaves (en agosto de 2013) del palacete y los restos de la colección que las cuatro hermanas descartaron tras llevarse, sobre todo a Madrid el mismo años 1991, las mejores obras. También dos cuadros destacados, uno de El Greco y otro de Goya que permanecen en depósito judicial en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) desde hace unos meses.
Las 20 obras que se reclaman ahora siempre han sido consideradas del grupo de las piezas menores. Sin embargo, fuentes de la fundación aseguran que la mayoría ya formaban parte de la antigua colección Bosch i Catarineu que Muñoz Ramonet compró en 1950, y entre ellas una pieza atribuida a Berruguete (una atribución que tendrán que analizar los especialistas de la Fundación), cuatro o cinco tablas góticas de los siglos XV y XVI, una obra de Antonio Caba y otra de Ernest Santasusagna, uno de los artistas preferidos de Muñoz Ramonet.
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