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La UE da un ultimátum a España para que Iberpotash deje de contaminar el Llobregat

El Estado tiene dos mesos para responder al dictamen de la Comisión Europea, que podría llevar caso de los residuos salinos al Tribunal de Justicia de la UE

Josep Catà
La mina de Iberpotash, en una imagen de archivo.
La mina de Iberpotash, en una imagen de archivo.Albert Garcia

La Comisión Europea ha decidido este jueves enviar un dictamen a España en relación con los residuos salinos que la empresa Iberpotash vierte en Súria y Sallent (Bages), en la cuenca del río Llobregat. El ejecutivo europeo considera que los Estados deben velar por que las instalaciones de residuos de la industria extractiva cumplan las directrices europeas sobre residuos de industrias extractivas. España tiene ahora dos meses para responder al Dictamen Motivado, que es la segunda etapa de un procedimiento de infracción. De no hacerlo, la Comisión Europea puede trasladar el asunto al Tribunal de Justicia Europeo.

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El TSJC decidió hace más de cuatro años que Iberpotash tenía que dejar, el pasado junio, de verter residuos en el depósito del Cogulló de Sallent por su impacto ambiental, una decisión que fue respaldada por el Tribunal Supremo en 2015. Sin embargo, ante la petición de una moratoria y la presión de los sindicatos para conservar la mina, el TSJC decidió precisamente el pasado junio autorizar a la empresa a seguir vertiendo sal un año más, con opción de una ampliación de otros doce meses.

La actuación de la Unión Europea empezó con una Carta de Emplazamiento, una acusación que es la primera parte del procedimiento de infracción. La Generalitat tuvo más de dos años para responder y desvirtuar los cargos presentados, pero la Comisión Europea, con el Dictamen Motivado de hoy, expresa que no ve justificación posible por el incumplimiento de las normas de gestión de residuos mineros.

La montaña del Cogulló sirve de dipósito para que Iberpotash vierta la sal residual que sale de las minas de extracción de potasa. La empresa se comprometió, si conseguía la moratoria, a hacer más inversiones y a conservar los 1.200 puestos de trabajo directos que genera la mina. Entre las inversiones comprometidas están las medidas para aprovechar la sal residual y poderla explotar. El objetivo de la empresa no necesitar una montaña de residuos en 2021, ya que se vendería la sal a la indústria química.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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