Barcelona abre un centro para alojar a jóvenes sin hogar
El Ayuntamiento alerta de un incremento de los chavales que viven en la calle
El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha un nuevo centro para acoger temporalmente a jóvenes de 18 a 25 años que no tienen hogar. Se trata del primer equipamiento municipal diseñado para chavales mayores de edad que viven en la calle, un perfil que, según la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, “está creciendo”. Según los datos recogidos por el Ayuntamiento, el número de jóvenes sin hogar que han solicitado acceder a sus centros de primera acogida ha aumentado un 30% en el último año, pasando de 133 a 174 chavales.
El centro, gestionado por la Fundación APIP-ACAM, dispone de 21 plazas para estancias temporales no superiores a un año, aunque los términos máximos son ampliables según los casos. Los jóvenes susceptibles de entrar a estos centros son chavales en situación de exclusión social, extutelados, que no tienen familia o vínculos de apoyos cerca. Un grupo de educadores e integradores sociales se encargan de hacerles un seguimiento socioeducativo y darles recursos para que puedan desarrollar una vida autónoma.
Rachid y Omar son los primeros inquilinos de ese apartamento que se cobija en una callejuela a tiro de piedra de la Estación de França. Parco en palabras, Rachid, de 20 años y natural de Marruecos, cuenta que llegó hace uno a Barcelona después de pasar un tiempo en Melilla. Ahora, está en pleno proceso de regularizar su situación administrativa para buscar un trabajo. “Estar aquí me va mejor”, zanja.
Cada uno tiene su habitación y de ellos depende la limpieza de su cuarto y las zonas comunes, por ejemplo. Cuando entran en el centro, los chavales firman un compromiso de que cumplirán las normas de convivencia y seguirán el plan de de atención individualizado que diseña para cada uno de ellos el educador social y director del centro, David Vázquez. “Queremos hacer un proceso de inserción, vincular a la persona a la red, que tenga sus necesidades básicas cubiertas y que esté activa, por eso le hacemos un plan de trabajo”, explica Vázquez. Los integradores sociales les ayudan a buscar un oficio o un curso para poder insertarse en el mercado laboral, les dan pautas de conducta y consejos de hábitos de vida saludable.
Omar acaba de cumplir 18 años. Salió de su Argelia natal hace apenas un año “para encontrar un futuro”. Pasó por Francia y luego recaló en Barcelona, donde ingresó en un centro de menores hasta que cumplió la mayoría de edad. “En el centro de menores me echaron en la calle, sin mis papeles ni nada. Estaba solo y en la calle hay ladrones, gente borracha... Tienes que estar muy pendiente de tus cosas. Es muy difícil vivir en la calle”, admite el joven. Ya ha regularizado su situación, está haciendo un curso de mecánica y duerme “contento” en su nuevo hogar. “Espero que hagfan otros centros como estos para que los chicos no tengan que pasar lo que he pasado”, pide.
Por su parte, la teniente de alcalde celebró ayer la apertura del centro pero reclamó más inversión de las administraciones para abordar el problema de fondo de la gente que vive en la calle. “No se trata solo de abrir plazas. Hay que ver las causas más profundas. No puede ser que la Dirección de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA) no haga un seguimiento de los jóvenes extutelados porque entonces son las instituciones las que están abolcando a los jóvenes a la calle. Tampoco puede ser que la ley de extranjería genere tantos obstáculos legales para regularizar su situación”, criticó Ortiz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.