El PP abandona la comisión de la corrupción de la Asamblea de Madrid
Considera que la oposición insulta a los comparecientes y que se está utilizando como arma electoral contra el PP
El PP ha anunciado hoy que abandona la comisión de investigación de la corrupción política de la Asamblea de Madrid, creada en octubre de 2015 y que ahora mismo se encuentra en pleno estudio de la expansión del Canal de Isabel II en Latinoamérica, rodeada de escándalos de corrupción. El portavoz del grupo parlamentario popular en el Parlamento regional, Enrique Ossorio, ha manifestado en rueda de prensa que su decisión se debe a que se ha faltado al respeto a la comisión y al resto de los portavoces con intervenciones en las que incluso se han proferido "insultos".
Los populares sostienen, al mismo tiempo, que "el tripartido de oposición (como el PP denomina al resto de fuerzas políticas) la está usando únicamente para "hacer caja" ante las nuevas elecciones. Aunque el PP critica la actitud de toda la oposición, indican que "este comportamiento está protagonizado especialmente por Podemos", que ha contado con "la permisividad de la presidenta de la Comisión [la diputada de Ciudadanos Dolores González Pastor] y el beneplácito del resto de los grupos por puro ventajismo político".
Los parlamentarios han analizado durante este tiempo casos que se encuentran judicializados como Gürtel o Lezo, y por sus sesiones han pasado cuatro de los últimos cinco presidentes de la Comunidad de Madrid: Cristina Cifuentes, Alberto Ruiz-Gallardón, Ignacio González y Esperanza Aguirre. Todos del PP.
Cifuentes se vio obligada a acudir el pasado junio para explicar las supuestas adjudicaciones irregulares de la cafetería de la Asamblea de Madrid entre 2009 y 2011, que aparecieron en dos informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. También han asistido a las sesiones el exconsejero Francisco Granados, imputado en la trama Púnica, por videoconferencia desde la cárcel de Estremera, y su socio en la Púnica David Marjaliza. Junto a los dirigentes políticos, se ha llamado a numerosos técnicos, cargos intermedios de la Administración y miembros de empresas privadas.
En diciembre, la Mesa de la Asamblea aprobó una prórroga de las sesiones hasta diciembre de 2018 (siete meses más de lo previsto), con el apoyo de los grupos políticos de la oposición (PSOE, Podemos y Ciudadanos) y el enfado y el voto en contra del PP. Cifuentes criticó esa ampliación de plazos y la calificó de "hecho insólito”: la presidente regional considera que la ampliación solo busca que la comisión de investigación prolongue sus trabajos “para que lleguemos a las elecciones de 2019 hablando de lo único que le interesa hablar a la oposición, que es de la corrupción [del PP]”. En ese momento, los populares ya amenazaron con abandonar la comisión, porque "el único interés de la oposición es proceder al linchamiento político del adversario”. En su opinión, se ha convertido en una "suerte de comisión de inquisición".
El PP se muestra especialmente incómodo con la comisión desde que Ciudadanos pidió la comparecencia de Cristina Cifuentes. La presidenta mantuvo una agria discusión con el diputado de Ciudadanos César Zafra. "No nos gustó la forma en la que se hicieron las preguntas a la presidenta", ha puntualizado el portavoz del PP en la Asamblea Enrique Ossorio. Pero, a pesar de ello, no se han opuesto nunca a ninguna de las comparecencias pedidas.
Zafra ha indicado, tras conocerse el abandono de la comisión por el PP, que él no piensa cambiar: "No me voy a replantear mi forma de ser", ha explicado al mismo tiempo que ha reconocido que se enfada "mucho". "Sobre todo cuando creo que me están tomando el pelo", ha añadido. A la pregunta de si considera que Cifuentes le tomó el pelo, ha respondido que "lo intentó". Zafra ha comentado también que no le ha sorprendido la decisión. "No me esperaba menos de ellos: siempre han puesto trabas y no han dado información".
Ángel Gabilondo, portavoz del grupo socialista, ha declarado que les parece "un error, porque no es la comisión la que está faltando a las instituciones, sino el PP al abandonarla”. En cuanto a los insultos, ha manifestado que sus diputados nunca "han insultado ni faltado al respeto a los comparecientes". Además, si ese es el argumento, se podría abandonar el pleno o cualquier otra institución. "Lo que hay que hacer es reclamar que no se ofenda a nadie, pero no marcharse de los espacios".
Podemos "no necesita recurrir a insultos", ha puntualizado su portavoz Lorena Ruiz-Huerta. El abandono del PP es una muestra del "compromiso de Cifuentes con la regeneración democrática, que lo único que trata es de obstruir los trabajos", ha añadido. Ruiz-Huerta está convencida de que no va a conseguirlo: "Vamos a seguir adelante y a poner sobre la mesa el modo de gobernar de un partido que ha hecho de la corrupción su modo de vida".
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