La oficina a la que llegan 8.000 cartas para los Reyes Magos al día
El Centro de Correos de Vallecas es el punto más importante al que llegan las misivas en estas fechas
Las ilusiones y los buenos deseos de cientos de miles de niños de toda España confluyen aquí. En la calle de Hormigueras, situado en el polígono de la Villa de Vallecas, unas 8.000 cartas dirigidas a los Reyes Magos de Oriente llegan cada día al Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Correos, el complejo más grande en su clase de España, con 32.000 metros cuadrados de superficie. Allí, los empleados trabajan en tres turnos para mantener el complejo en funcionamiento las 24 horas del día y que las misivas pasen un meticuloso proceso de selección y clasificación antes de ser enviadas a Sus Majestades.
"Los niños más precoces han empezado a enviar las cartas a los reyes en octubre", resalta Mayte Fernández, directora del centro desde 2011. Diciembre y enero son los meses más atareados, tanto por el volumen de paquetes como de cartas y postales. "Estas fechas son, con diferencia, cuando vemos más este tipo de correspondencia escrita", explica junto a una treintena de cajas llenas de cartas a los Reyes Magos del día anterior, listas para ser enviadas a Oriente Próximo.
Pero, para que las cartas lleguen satisfactoriamente a su destino, primero tienen que pasar por una serie de procesos. Después de que hayan sido introducidas en el buzón de correos, los carteros las recogen por la tarde y las llevan en un furgón hasta el área logística, una de las naves que compone el CTA. Hasta allí llega todo el correo de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, si bien por la noche recibe furgones cargados con correo de otros puntos de España, y parten hacia su destino. Tras pasar por un escáner de seguridad, las cartas son transportadas dentro de cajas y amontonadas en unos carros hacia otra nave, el área de producción, donde se encuentra toda la maquinaria que, mediante un proceso automático, selecciona y clasifica los paquetes y cartas en función de su tamaño, peso y destino.
Para separar las cartas normales de las dirigidas a un sitio tan particular como el domicilio de los Reyes Magos, una máquina se encarga de leer a gran velocidad (unas 40.000 cartas a la hora) el dorso de los sobres y discrimina aquellos que no tienen sello o que no tienen una dirección concreta. Salvo que alguna persona se haya equivocado a la hora de enviar su carta, las que cumplen con estas características corresponden a las que están dirigidas a Sus Majestades. Una vez reunidas todas en cajas, son transportadas de vuelta al área logística, donde serán cargadas en un camión especial dirigido hacia Oriente Próximo.
Jacinta Carbajo, una trabajadora de 64 años, muestra el contenido de una de esas cajas. En su mayoría son cartas comerciales de grandes superficies o jugueterías, aunque también hay sobres tradicionales con su sello con un "para los Reyes Magos de Oriente" escrito en el dorso. Algunos niños son más creativos y deciden dibujar lo que quieren, o pegan en el papel recortes del catálogo de juguetes.
Desde que Carbajo comenzó a trabajar en el complejo en 2003, han pasado por sus manos todas las misivas imaginables. "El año pasado leí una carta de una niña que pedía a los Reyes Magos un novio. Estos niños están cada vez más adelantados", relata. Aunque la mayoría de las cartas hablan de los juguetes que los niños quieren, señala que a menudo lee alguna que busca la paz en el mundo, el final del hambre o regalos para sus familiares. “Recuerdo haber visto una carta en la que el niño tan solo pedía regalos para su madre”, declara.
Por su parte, Leila Mimbrela lleva 10 años trabajando en el CTA y tiene tres hijos, así que puede observar todo el proceso de comienzo a fin, desde que los pequeños escriben sus deseos para el 6 de enero hasta que las cartas parten hacia la morada de los Reyes Magos. "Yo les hablo mucho de que trabajo aquí, así que me dan las cartas para que les lleguen a los reyes lo antes posible", explica. Mimbrela explica, mientras coloca paquetes en una cinta transportadora, que esta temporada está siendo especialmente complicada. "Hemos estado muy ocupados porque este año ha habido muchos niños que se han portado bien. Los reyes necesitan que les echemos una mano para enviar juguetes", afirma.
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