_
_
_
_

De cine X a espacio cultural

Un nuevo local mezcla proyecciones, coctelería y gastronomía

El nuevo espacio cultural y gastronómico Sala Equis, ubicado en el local del último cine porno de la capital.
El nuevo espacio cultural y gastronómico Sala Equis, ubicado en el local del último cine porno de la capital.CARLOS ROSILLO

Los que pasaran hace unos años por el número 4 de la calle del Duque de Alba quizá recuerden el penetrante olor a lejía que emanaba de esa pasarela que daba acceso a la que fuera la última sala X de Madrid. Ese cine de sesión continua —cuyo espíritu reflejó el documental Paradiso, rodado antes de su cierre en 2015—, reabre ahora convertido en un espacio cultural, de la mano del equipo del local vecino, El Imparcial. Rebautizado como Sala Equis, el cine sigue formando parte de su programación, aunque, eso sí, dejando de lado las películas X y apostando por proyecciones de todo tipo, desde cine independiente a matinales infantiles.

Más información
Historias de una sala X con caldera de carbón
Los cines Alphaville cambian de cara

“Este proyecto surgió como un sueño”, explica Nacho Rodríguez, uno de los cinco socios de Sala Equis. “En El Imparcial tenemos una parte cultural muy activa, pero queríamos que creciese en el edificio que ocupaba el cine”. Tras su cierre y después de casi un año de obras, Sala Equis abrió el 24 de noviembre. Estructuralmente, sus responsables han tratado de ser conservacionistas, recuperando elementos que no estaban a la vista, como las paredes y los suelos originales. En un espacio semejante, la historia ha ido apareciendo mientras llevaban a cabo las obras: desde los indicadores de edad recomendada de las películas —que muestran cómo la sala fue evolucionando del cine convencional al del destape, hasta llegar al porno— hasta alguno de los célebres carteles que Rafael, el antiguo proyeccionista, realizaba a mano para cada uno de los pases.

“Es llamativo cómo este cine forma parte de la memoria de todo el mundo sin haber entrado en él”, cuenta Rodríguez, que dice que cada día reciben a un buen número de curiosos, que se quedan fascinados con el espacio. También han pasado por allí varios antiguos clientes habituales del cine; entre ellos ha habido reacciones de todo tipo. “Algunos nos han dicho que les encanta cómo ha quedado; otros nos han recriminado que las películas de ahora no enseñen lo suficiente”.

Las butacas de la planta baja han desaparecido para convertir esa zona en una especie de plaza central donde la gente puede tomar algo, comer o sentarse en una de las tumbonas a ver la proyección que haya en cada momento, habitualmente cine mudo, ya que en este espacio el bullicio es constante. Allí también tienen lugar conciertos acústicos durante los fines de semana. La idea es crear un espacio distendido, donde la gente pueda ir desde el desayuno hasta la madrugada y donde siempre haya algo que ver.

En la planta superior han dejado intacta la barra del antiguo Ambigú, donde se ha instalado la coctelería de Sala Equis. Allí está ahora la sala de cine, recubierta de terciopelo rojo y para 55 espectadores. Hay al menos dos proyecciones diarias, con sonido e imagen de alta calidad y en versión original. La programación corre a cargo de Jesús Mateos, de Sunset Cinema, y cambia cada mes. “Queremos programar pensando mucho en los amantes del cine, pero también con un punto de vista muy lúdico”.

Durante este primer mes, han apostado por tres ciclos: uno dedicado a óperas primas —donde se puede ver desde La noche del cazador a Estiu 1993—, otro sobre las nuevas visiones de cine en Madrid —proyectan Diamond Flash, de Carlos Vermut, y Los Ilusos, de Jonás Trueba— y un ciclo de cine y erotismo, un guiño a la historia de Sala Equis. En cuanto a la oferta gastronómica, casi toda la carta se puede comer con las manos: baos, hamburguesas, croquetas, perritos, quiches...

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_