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Dos cargos del ‘CNI catalán’, a juicio por espiar correos de un empleado

Un director general respondió a un correo electrónico que solo iba dirigido al consejero de Interior

Edificio de Reus que alberga las oficinas del Cesicat.
Edificio de Reus que alberga las oficinas del Cesicat.josep lluís sellart

Dos excargos del Cesicat, un organismo público conocido como el CNI catalán, irán a juicio por espiar correos electrónicos de un empleado. Cuatro años después, el juez ha dado por finalizada la instrucción y ve indicios de un delito de revelación de secretos. Los cargos activaron un filtro sobre los e-mailsremitidos por Albert G., de forma que pudieron leer al menos un mensaje que el empleado había dirigido al entonces consejero de Interior, Ramon Espadaler. Albert G. les denunció y pide para ellos cinco años de cárcel.

El Cesicat fue creado en 2010 para velar por la seguridad de las telecomunicaciones de la Generalitat. Con el tiempo, derivó hacia funciones a medio camino entre las policiales y las propias de los servicios de inteligencia. A finales de 2013, se filtraron documentos que demostraban que el Cesicat había inspeccionado en las redes a activistas sociales y periodistas de izquierdas. El Cesicat, además, es considerado como una de las “estructuras de Estado” de una hipotética Cataluña independiente.

En 2012, un año antes de la filtración, Albet G. trabajaba como informático para el Cesicat. Y advirtió de la existencia de un agujero de seguridad en el sistema informático de la Generalitat. Alertó por correo al entonces consejero de Empresa, Felip Puig, con quien también se reunió en persona, tal como éste reconoció ante el juez.

Los responsables del Cesicat activaron un “filtro” sobre los correos de Albert G.. Según el informe pericial encargado por el juez, ha quedado probado que los correos del empleado se recibían “en cuentas distintas a las que [GABÀS] puso como destinatarios”. Uno de esos correos lo envió Albert G. a la 1.21 horas del 14 de mayo de 2013 a Ramon Espadaler. Cuatro minutos después, sin embargo, la persona que lo leyó y lo respondió fue Carles F., entonces director general de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información.

Carles F. declaró que Espadaler le había reenviado el correo. Pero el consejero de Interior lo negó: dijo que ni lo reenvió ni autorizó a nadie para que lo reenviara, según recoge el juez en el auto. El ex alto cargo se sentará en el banquillo de los acusados junto al director de seguridad del Cesicat, Xavier P. por revelación de secretos. El juez había archivado inicialmente la causa, pero la Audiencia de Barcelona le obligó a reabrirla.

Puig, en cambio, sabía que se había aplicado “un protocolo de seguridad” sobre los correos de Albert G. Y afirmó que reenviaba al director general los correos del empleado sobre “su visión del Cesicat”.

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