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El destino dispar de dos pinturas de Sijena

Una tabla del retablo mayor del monasterio está retenida por un juez en Barcelona mientras otra viaja a EEUU para su venta

José Ángel Montañés
Las tablas 'Adoración de los Reyes Magos' (izquierda) y 'Presentación del niño Jesús en el Templo'.
Las tablas 'Adoración de los Reyes Magos' (izquierda) y 'Presentación del niño Jesús en el Templo'.

Nacieron a la vez, su padre fue el mismo artista, ocuparon el mismo lugar en el monasterio de Sijena, pero el destino, siempre caprichoso, ha querido que tengan destinos diferentes. Dos tablas góticas del retablo mayor —una colosal obra del siglo XVI formada por 34 tablas que fue desmontada en el XVIII para ser sustituida por otro retablo barroco—, que fue vendido poco a poco por las monjas para poder subsistir, tardarán mucho tiempo en reencontrarse. Una de ellas, la tabla de la Presentación del Niño Jesús en el Templo permanece retenida por un juez en la sala de subastas Balclis de Barcelona, después de una denuncia de falsedad y venta ilegal. Otra, La adoración de los Reyes Magos, ha cruzado el Atlántico para participar en una feria de arte de Nueva York, donde se ha puesto a la venta. Dos obras hermanas afectadas por dos legalidades diferentes.

El monasterio de Sijena es rico en patrimonio. Y en pleitos sobre la propiedad y legalidad de sus obras. Después de los enfrentamientos por los objetos y las pinturas conservados en Cataluña que reclama Aragón, son dos enormes tablas las que protagonizan los últimos conflictos sobre los bienes de Sijena.

Reconstrucción hipotética del retablo mayor, según Carme Berlabé e Isidre Puig (2000). En naranja la tabla que ha viajado a Estados Unidos (arriba) y la retenida por el juez (abajo).
Reconstrucción hipotética del retablo mayor, según Carme Berlabé e Isidre Puig (2000). En naranja la tabla que ha viajado a Estados Unidos (arriba) y la retenida por el juez (abajo).

En mayo se puso a la venta la Presentación del Niño Jesús en el Templo, con un precio de salida de 85.000 euros, pero una denuncia presentada por el Ayuntamiento oscense hizo que se retirara de la subasta. El motivo: la obra era una falsificación y, por lo tanto, la venta era una estafa. Cuando este diario dio a conocer que la obra estaba repintada y que debajo se conservaba tuneada la primigenia del Maestro de Sijena, la denuncia mudó a una de venta ilegal, argumentando que la obra había salido durante la Guerra Civil y, por lo tanto, con posterioridad al reconocimiento como Bien Cultural de Interés Nacional del monasterio en 1923 que, según defienden desde Aragón, incluye a todos los bienes muebles del edificio. Si se tuneó en este periodo tan tardío, era, según el abogado del ayuntamiento de Sijena metido a historiador del arte, no por una cuestión de modas y precios, sino "para que la tabla no fuese identificada como de Sijena y se borrase así toda huella del delito", escribió en uno de sus habituales artículos en prensa.

400.000 euros para ‘calentar el pollo’

En julio de 2016, en la presentación de la exposición de las piezas entregadas por Cataluña en el monasterio de Sijena se mostró la restauración de la sala capitular. El gobierno de Aragón, con su presidente Javier Lambán a la cabeza, dijo que la sala estaba perfectamente preparada para recibir las pinturas murales, "mejor que la del MNAC" (que conserva la colección de pintura mural mejor del mundo). Pero no era verdad. Fernando López, arquitecto jefe del Servicio de Conservación de Aragón, declaró a EL PAÍS: "Para qué encender el horno, si no está el pollo dentro". En efecto, las medidas para aclimatar el espacio no eran otras que unas estufas provisionales de exposiciones temporales. Ahora, el Gobierno de Aragón ha licitado las obras de climatización por 400.000 euros (la reforma entera costó 252.700) para ejecutarlas en cinco meses.

La tabla sigue retenida en una de las dependencias de la casa de subastas Balclis. Según el abogado de Sijena no hay pruebas concluyentes de que la obra saliera antes de 1923, pese a que una de las etiquetas que se conserva en el reverso de la tabla que indica que viajó en tren lleva impresa la fecha de 1921 y que hay autores, como Ricardo del Arco, que explican que en ese año ya no quedaba nada del retablo ya que las monjas lo habían liquidado. Pese a que tampoco hay pruebas de que se vendiera después de 1923, el Gobierno de Aragón anunció recientemente que se personaría en la denuncia cuando el juez se lo permita para luego pedir, seguramente, el traslado de la pieza a su comunidad. La estrategia sería la misma que la realizada con la llamada Cuna de Sijena, otro bien en litigio: pactar con los propietarios que la sacaron a la venta una compensación económica "por el tiempo que la habían guardado", tal y como reconocieron los propietarios del objeto a la Generalitat.

A falta de pruebas concluyentes, el repinte que tuneó la pintura puede aclarar cuándo la tabla abandonó el monasterio. El próximo viernes se inaugura en el Museo Lázaro Galdiano una exposición sobre tablas flamencas. Didier Martens, profesor de la Universidad Libre de Bruselas y uno de los dos comisarios, asegura en el catálogo que el mismo "restaurador-falsificador" que repintó la tabla de Sijena para "conferirle aspecto flamenco, sin duda, para aumentar su valor" hizo lo mismo con una Circuncisión de la colección del museo madrileño ya que "todavía hoy, la cotización de las tablas flamencas del XV supera a la de pintura española contemporánea", y por lo tanto nada de "borrar huellas del delito", como se sugiere desde Sijena. Para Martens, estas falsificaciones parciales del que él llama "falsificador de la Profesita Ana" arrojan luz sobre una práctica en boga durante el primer tercio del XX, anteriores pues a la guerra civil

Mientras, la segunda tabla, la Adoración de los Reyes Magos, vive un momento de esplendor lejos de conflictos judiciales. Proveniente de una colección suiza, fue vendida en junio en una subasta en Ginebra como si fuese una tabla de la escuela italiana del XVI. Eso hizo que pasara (al parecer) desapercibida para los gobiernos de Aragón y Cataluña, pero no para los anticuarios madrileños de la casa Caylus, que se hizo con ella por un remate de 119.000 euros. Después de un proceso de restauración, la tabla viajó a comienzos de octubre a la Frieze Art Fair de Londres, donde no se vendió, y a finales de mes a Nueva York, para participar en la feria Tefaf. Tras intentarlo a lo largo de la semana, este diario no ha podido confirmar con Caylus su venta, pero conociendo el ávido mercado americano de piezas de esta categoría es muy probable que haya acabado en manos de un magnate coleccionista de este país.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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