Valencia completa la peatonalización y reducción del tráfico en el centro histórico

Valencia va a completar esta semana la peatonalización de su centro histórico y la limitación del tráfico de vehículos a motor que inició hace dos años. Los peatones tendrán prioridad para cruzar las calles, en cualquier tramo de las mismas. Y la dirección de ciertas vías cambiará de sentido, según ha anunciado la concejalía de Movilidad Sostenible. Entre los objetivos de la medida figura la reducción de la contaminación.

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El nuevo diseño impedirá los llamados trayectos "oportunistas", al crear una serie de bucles que harán que los coches que entren por uno de los cinco accesos a Ciutat Vella solo puedan realizar un corto recorrido que termina fuera del casco antiguo, sin poder cruzarlo por múltiples vías, como hasta ahora.

La velocidad de circulación permitida en todo el centro histórico será, como máximo, de 20 kilómetros por hora. Se garantizará, ha señalado el edil Giuseppe Grezzi, que los vecinos puedan acceder a sus casas, el trabajo de los comercios y locales de hostelería y el acceso de los vehículos de emergencias.

"Esta operación se produce aquí muchas décadas después de que otras ciudades tomaran medidas similares para proteger su patrimonio, y eso ha ocasionado un deterioro adicional al entorno, pero nunca es tarde para revertir esta situación y mejorar no solo nuestro entorno, sino también nuestra calidad de vida”, ha afirmado Grezzi, de Els Verds, uno de los tres partidos que forman Compromís, a través de un comunicado.

Con el cambio que entrará en vigor este jueves, el sentido de algunas calles cambiará. Es el caso de Quart. Su desembocadura en las Torres de Quart pasa a ser peatonal, al igual que el tramo de Guillem de Castro que pasa por el interior de las antiguas murallas de Valencia.

La plaza del Tossal también será peatonalizada en el tramo que la une a Cavallers y calle de Dalt. Y se reservará de igual manera a peatones el recorrido desde la plaza del Arbre hasta el antiguo cauce del Turia (calle Blanqueria), incluyendo el tramo que discurre junto a la plaza del Carme.

La calle de Dalt, una de las arterias del casco histórico, dejará de ser continua para el tráfico, al convertirse en peatonal el tramo que va desde la calle de Sant Tomàs a la plaza de Mossén Sorell (al final de la calle Corona).

Los cambios alcanzan a los barrios de El Carme, El Pilar y Mercat, entre Blanqueria (al norte), Guillem de Castro (oeste), Guillem Sorolla (sur) y Calatrava y Ercilla (este). Y se suman a los que ya se adoptaron en los entornos de la Lonja y de la calle Serranos.

La actuación se materializará mediante señalización vertical —como las señales de prohibido el paso— y en la calzada, pero no incluirá barreras físicas, lo que según el Consistorio garantiza el rápido paso de vehículos de emergencias en casos necesarios. Entre los objetivos, ha indicado la concejalía, se halla el de preservar el carácter residencial del casco antiguo, así como el de reducir la contaminación atmosférica y acústica.

Un reciente informe del Ministerio de Medio Ambiente revela que Valencia, como otras ciudades españoles, superó en 2016 los niveles máximos de dióxido de nitrógneo, un gas que provoca o agrava diversas enfermedades respiratorias y procede en gran medida del tráfico. La dispersión de la contaminación en el centro histórico de Valencia es más compleja que en otros barrios de la ciudad debido a su configuración, heredera en gran medida de la arquitectura árabe y medieval.

El Ayuntamiento repartirá 15.000 folletos entre los vecinos explicando los cambios, que han sido trasladados a los participantes a las reuniones de la sectorial de Ciutat Vella de la Mesa de la Movilidad.