Un colegio electoral en casa de una artista de l’Empordà
El censo del referéndum incluye puntos de votación en viviendas particulares como el del municipio de Riumors
Ella niega haber cedido su casa para convertirla en colegio electoral del referéndum ilegal que impulsa el Govern. Sílvia Martí, de 55 años, es una pintora y escultora barcelonesa que lleva más de dos décadas residiendo en Riumors (Girona), un pueblo de 255 vecinos de L'Empordà. El único punto de votación del municipio que consta en el censo se corresponde con su casa. Pese a que en una ocasión cedió su garaje para que se votara en unas elecciones porque el Ayuntamiento, un edificio nuevo, “no estaba montado”, niega rotundamente que el domingo repita experiencia.
“No tengo Internet y ningún vecino me ha dicho ni mu”, asegura la pintora
El listado de 2.315 colegios electorales del Govern incluye locales variopintos como escuelas, museos, teatros, locales parroquiales y CAP. Cinco de ellos —ubicados en Riumors, Pontons (Barcelona), Godall (Tarragona), Canejan y Bausen (Lleida)— tienen una descripción muy escueta: “Bajos”. En estos pueblos hay dos alcaldes del PSC, los dos únicos del PP en Cataluña y uno de la antigua Convergència.
El alcalde de Riumors, Josep Maria Padrosa, gobierna con Candidatura Popular, una marca blanca del PSC. Tiene cuatro ediles. El quinto es de CiU. No firmó el texto de apoyo al referéndum suscrito por más de 700 alcaldes. Padrosa respondió el requerimiento de Puigdemont informando de que el colegio electoral habitual es la biblioteca municipal. “No me he negado a dejar espacios municipales pero, una vez ilegalizado, nadie me ha preguntado nada más”, cuenta en una charla en plena calle, justo cuando le ha llegado una notificación del Gobierno central en la que se le informa de que debe impedir el referéndum, lo que le impide prestar una urna que tienen por estrenar.
El alcalde socialista no ha rechazado explícitamente la cesión de locales
El cartero apunta que la numeración de las calles del municipio destaca por ser problemática. En los bajos de su casa Martí guarda su coche, su triciclo con un remolque para sus dos perros y lucen sus cuadros en las paredes. Ella vive en el número 8 de la calle Plaça Vella. Su edificio colinda con el de la biblioteca y explica que anteriormente fueron una misma finca. Según los datos de la web de la Dirección General del Catastro, ambos edificios constan aún como uno solo y no recogen el uso público de la biblioteca, contigua por el otro lado con el Consistorio.
Un desayuno popular
La afable y anárquica artista asegura estar “absolutamente a favor de que tiene que haber referéndum”. No obstante, atribuye a un error la inclusión de su casa en la lista de colegios electorales. “No tengo ni Internet, ni ningún vecino me ha dicho ni mu”, asegura. Por su parte, el alcalde explica que los Mossos entraron esta semana a la biblioteca y levantaron acta.
Las maestras de la guardería y los albañiles que trabajan en el pueblo no saben nada del único colegio electoral de Riumors. No viven en el pueblo, que a primera hora de ayer tenía las calles casi desiertas. “No sé qué pasará, ni dónde están las papeletas ni quién formará parte de la mesa. Debería saberlo porque cuando hay elecciones el Ayuntamiento lo organiza todo”, asegura el acalde, que no expresa explícitamente un rechazo a la votación.
Martí tiene claro que en su casa —que tiene una peculiar puerta adornada con figuritas de bichos de toda clase— no se va a votar. El garaje, con un cartel de “precaución con el perro”, tampoco tiene aspecto de colegio electoral. La artista cree que la votación se hará en la plaza, al aire libre, porque unos papeles repartidos por el municipio (que no mencionan la consulta) emplazan a “un desayuno popular” a las nueve de la mañana. Ella el domingo va a asar unas costillas para su madre. “Si vienen a casa igual vendo algún cuadro”, celebra.
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