La batalla del referéndum se extiende a la Red
Doce personas comparecen ante la policía acusadas de replicar por su cuenta la web de la votación ilegal
El Gobierno catalán ha ido publicando en los últimos 10 días copias de la página web del referéndum ilegal a medida que la Guardia Civil las ha ido cerrando por orden judicial. La insistencia del Govern en sortear la suspensión del Tribunal Constitucional se ha transformado en una experiencia colaborativa. Hasta el punto de que una docena de personas tuvieron que comparecer ayer ante la Policía Nacional por impulsar, presuntamente por su cuenta, la réplica de los contenidos de la web original en dominios registrados por ellos mismos. Todos quedaron en libertad tras negarse a declarar y están a la espera de la citación judicial.
El jueves pasado corrió por las redes sociales la dirección marianorajoy.cat. Por el nombre todo hacía pensar que no se trataba de una iniciativa del Govern. Su creador fue Lluís Montabes, un estudiante de Ingeniería Informática. “Se nota cuál es el movimiento con buen corazón”, publicó ayer en Twitter tras su declaración en la comisaría de la Rambla de Guipúscoa de Barcelona. Era su mensaje de agradecimiento al centenar de personas que le arroparon a las puertas del edificio policial. En el grupo estaban las diputadas de la CUP Mireia Vehí y Eulàlia Reguant, así como el secretario de Igualdad del Govern, Oriol Amorós (ERC).
Montabes, que calificó su gesto como “una broma”, es uno de los investigados por un posible delito de desobediencia, igual que Oriol Ferrández, un diseñador gráfico de Barcelona que compartió la citación en las redes. También ayer la Policía Nacional registró el piso de un joven valenciano de Burjassot a raíz de una copia de la web del referéndum. Se llevaron de su casa discos duros y un móvil. A pesar de las actuaciones de estas personas anónimas, la web oficial con el censo para el referéndum —sección que no incluyen la mayoría de copias— continúa activa. El sitio está encubierto por la empresa Njalla, creada por el cofundador de Pirate Bay, uno de los mayores portales de piratería, Peter Sunde. Él mismo se ofreció en Twitter como colaborador para blindar la web de la votación catalana. Y el Gobierno catalán le tomó la palabra y, pese a que el dominio ha sido bloqueado por algunos operadores de telefonía españoles por orden judicial, su contenido es fácilmente accesible con unos trucos que el mismo Puigdemont ha compartido.
El responsable de ciberseguridad del laboratorio inLab.FIB-esCERT de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Manel Medina, considera que no se podrá vetar de forma total el acceso a la información para la votación del 1-O. El veto al acceso a determinados dominios por parte de los proveedores de Internet es la forma más rápida que las autoridades judiciales tienen para bloquear una página web alojada en el extranjero. Sin embargo, es una opción fácilmente vulnerable. La Internet Society, dedicada al desarrollo mundial de la Red, condenó este tipo de bloqueos. Los calificó de “acciones que impiden la habilidad de cualquier comunidad local a utilizar libremente Internet y que son inaceptables”. No obstante, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha ordenado el cierre de todos los clones que vayan apareciendo.
La tecnología ha sido la gran aliada del desafío de Puigdemont. Antes de la aparición de las redes sociales, difícilmente hubiera podido hacer público un censo digital. La impresión de las papeletas para el referéndum ilegal ha quedado presumiblemente también en manos de parte de la ciudadanía que está dispuesta a participar en la votación. Varios dirigentes políticos han invitado a imprimirlas en casa y, de hecho, circulan en formato PDF hasta por WhatsApp.
Información del censo
Los detractores de la votación también se han sumado a la proliferación de clones. Varios internautas anunciaron ayer la aparición de una copia de la web del referéndum que da información del censo distinta de la oficial, aleatoria. Por las redes también circulan recomendaciones como la de contrastar la información del censo con sus vecinos.
La campaña de 2008 de Barack Obama marcó un punto de inflexión en la comunicación política que se notó en España en las citas electorales que la siguieron, conviviendo con la tradicional campaña analógica. Esta tendencia ha llegado al extremo en esta particular campaña política para una votación ilegal. Casi no hay carteles en las calles que hablen directamente del 1 de octubre. Se ven más en los municipios pequeños pero, básicamente, el debate entre partidarios y detractores de la votación se cuece en la gran Red, con mucha más insistencia que el empapelado de las calles.
“La propia excepcionalidad de la convocatoria, intervenida y no homologable ha abierto una nueva dimensión”, reflexiona el asesor en comunicación política Antoni Gutiérrez-Rubí. Según él, se está produciendo un “choque” entre la “contundencia analógica de las incautaciones y detenciones” y la “respuesta digital”, también contundente pero de otra naturaleza. Gutiérrez Rubí contrapone la demostración de “fuerza física” tapando al Piolín del barco policial atracado en Barcelona con la consecución del efecto contrario, una “efervescencia digital” que ha suscitado multitud de críticas por parte de partidarios de la independencia.
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