El aeropuerto de Castellón lava su imagen con arte
La base abre una galería con obras de Tàpies, Heras y otros creadores
Incomparable en tamaño, pero no en aspiraciones artísticas. Dentro de la escalada reputacional que se ha marcado como reto su equipo directivo, el pequeño aeropuerto de Castellón acaba de sumarse a las iniciativas que, en cuestión de arte, ejecutan ya las bases aéreas de grandes ciudades del mundo como la de Heathrow en Londres; Schiphol, en Ámsterdam; el aeropuerto Harstfield-Jackson (Atlanta) o el mismo Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Ellas han integrado en sus espacios aeroportuarios manifestaciones culturales en forma de arte plástico. Y desde este verano, la base de Vilanova-Benlloch se ha estrenado en esta nueva vertiente con Sala 30.
Situada en el primer piso de la terminal, junto a la zona de embarque, esta galería artística echa a andar con su primera exposición: Cal·ligrafies convergents, abierta hasta el próximo enero, y a la que tomarán el relevo nuevas propuestas cada semestre. Reúne 12 obras de artistas emblemáticos: Aurora Valero, María José Ricós, Oswaldo Guayasamín, Antoni Tàpies, Néstor Basterretxea, Ramón de Soto, Ricardo Carpani, Beatriz Guttmann, Artur Heras, Carmen Grau, Cantalapiedra-Bellido y Pilar Carpio. Un diálogo de dos a dos enfrentando corrientes contemporáneas de la figuración y la abstracción que podrá visitarse, como cada muestra que albergue la terminal, en horarios adaptados a los vuelos.
La docena de obras han sido cedidas por el Macvac, el Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni de la vecina población de Vilafamés. Sala 30 se refuerza con la representación escultórica Al vuelo, de la artista valenciana Fanny Galera, instalada en el corredor del acceso principal al edificio.
El objetivo es seguir ampliando las propuestas artísticas por todo el recinto aeroportuario. De cara al futuro, aunque sin especificar plazos, se ubicarán en las zonas exteriores creaciones cerámicas, de escultura o cualquiera vinculada a la tridimensionalidad o a las intervenciones en el espacio, que compartirán escenario con la emblemática —y polémica— estatua de 20 metros del artista Ripollés que preside el acceso a la base desde 2012, tres años antes de que estuviera operativa.
“Que lo primero que vean los visitantes y turistas al aterrizar sean obras de este museo, o proyectos avalados por el mismo, es una de las mejores bienvenidas posibles. Referenciar de inmediato el territorio que acoge, su cultura, su patrimonio, su esencia. Un alegato en defensa de la autenticidad. Somos un destino turístico fértil en experiencias”, señaló en su inauguración el secretario autonómico de Turismo y presidente de Aerocas, Francesc Colomer. Colomer destacó que la puesta en marcha de esta sala “nace a partir de dos certezas: la extraordinaria calidad de la colección del Museu d’Art Contemporani de Vilafamés y la voluntad de construir un nuevo relato”. Un nuevo relato que olvide, usando el arte como plataforma, épocas pasadas de menor esplendor para la infraestructura.
El Macvac asume la dirección artística de Sala 30, que debe su nombre precisamente al museo de Vilafamés. El espacio dispone ya de 29 salas y la nueva galería del aeropuerto se concibe como una extensión. En la iniciativa colaboran la sociedad pública Aerocas, la empresa Edeis –gestora del aeropuerto-, el Macvac y la Agencia Valenciana del Turismo.
Para el director del aeropuerto, Alexander Schroll, Sala 30 implica dotar a la infraestructura “de un valor añadido para los usuarios”. Usuarios que ya han alcanzado la cifra de 200.000 pasajeros desde el inicio de las operaciones regulares, en septiembre de 2015.
Durante la primera mitad del año, el número de viajeros se ha incrementado en un 80 % respecto al mismo periodo de 2016. Según Schroll, de enero a junio han pasado por la base castellonense 72.990 usuarios, frente a los 40.393 de la primera mitad del pasado ejercicio.
Solo en junio se registraron 15.300 pasajeros, frente a los 9.719 de junio de 2016. Números en los que han influido los 24 vuelos chárter procedentes de Salzburgo que desde el pasado mayo y durante seis semanas consecutivas han trasladado hasta Peñíscola, vía aeropuerto castellonense, a 4.200 turistas austriacos.
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