La escultura de Ripollés se oxida

Carles Mulet, coordinador de Iniciativa en Castellón, ha denunciado hoy que a escasos dos meses de finalizada la instalación de la polémica estatua de Ripollés en la entrada del aeropuerto de Castellón, inspirada en Carlos Fabra, la escultura se encuentra completamente oxidada y en muy mal estado de conservación.

"La parte de la estatua marrón, de hierro", denuncia Mulet, "muestra grandes riachuelos de óxido que ensucian toda la pierna y un brazo de la escultura, afectando también a la parte brillante. Hay que recordar que el óxido se come y debilita el hierro, y que a la velocidad que está ocurriendo esto; antes de haber llegado ninguna lluvia, solo en época estival donde la humedad es muy inferior, puede ocasionar que en pocos meses, gracias a la acción del viento, de las nieblas y del sol, el monumento que ha costado dicen 300.000 euros de dinero público, queda literalmente para venderlo como chatarra".

Mónica Oltra, diputada de Compromís en las Cortes, registró a principios de agosto una pregunta escrita al Consell para saber si hay alguna garantía de la perdurabilidad de la obra pagada con dinero público, y si hay alguna partida prevista para su mantenimiento y conservación.

Mulet, a través de una nota, denuncia que "el deplorable estado que ya muestra la escultura, demuestra que los 300.000 euros del coste, seguramente no se invirtieron al adquirir el material idóneo y apropiado para tener este escultura al aire libre". "Por eso queremos ahora explicación, de todo el proceso, de cómo se eligió las características de una estatua que tiene que estar al aire libre, más allá del hecho que sea un evidente caso de malgasto de dinero público”.

Ripollés replicó que Mulet es un "inculto". El artista explicó que el material con el que está hecha la estatua se llama acero corten y tiene un efecto óxido que en ningún caso tiene que ver con la degradación del material.