“He llegado a oír que me han dado la ayuda por ser mujer”
Mercè Pacios ha vuelto tras haber sido investigadora en Oxford durante tres años
Mercè Pacios (Sabadell, 1983) trabaja en el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC). Tras tres años como investigadora en la Universidad de Oxford, en mayo de 2016 pudo volver a casa con una plaza de técnica del IREC. Pacios estuvo nueve meses desempleada después de doctorarse en 2011. Nunca había pensado en marchar al extranjero hasta que la falta de oportunidades en España la empujó a solicitar una beca Marie Curie de la UE para estudiar en Inglaterra el uso nanométrico del grafeno. Pacios ha conseguido una beca Beatriu Pinós de la Generalitat que le permitirá investigar en el IREC sobre eficiencia energética. Pacios tiene otra vertiente de éxito: es ciclista de competición, componente de la selección española. Pese a su consolidación profesional, Pacios continúa recordando el año parada: "No encontraba nada, pensaba que no lo hacía bien. Quizá apliqué a cien plazas; me dijeron que mi currículo no era suficientemente bueno, que no confiaban en mí". La opción para saltar a Inglaterra la consiguió gracias a la persistencia, investigando sin ser remunerada en el Instituto de Nanotecnología de Cataluña: "Necesitas contacto con la gente, no puedes aislarte".
Pregunta. ¿Ha podido volver porque hay una mejor situación para la investigación pública? El bioquímico Albert Quintana decía a EL PAÍS que estamos mejor porque por lo menos ya no se recorta.
Respuesta. El Estado español, el Gobierno catalán, recortaron un 40% los presupuestos en investigación. Tengo la suerte que el profesor con el que estoy ahora en el IREC consiguió una beca del Consejo de Investigación Europeo para el estudio de baterías. Tiene un presupuesto para cinco años y me podía incluir. Y yo he ganado una beca Beatriu Pinós para convertir mi posición de técnica en investigadora. Son becas para personas que vuelven a Cataluña. Mi foco de investigación son materiales termoeléctricos, la eficiencia energética es una prioridad de la UE.
P. Se ha centrado en encontrar plaza de investigadora en el sector público. ¿Falta iniciativa privada?
En mi entorno mucha gente se marchó. Los hay que han vuelto”
R. En mi entorno mucha gente se marchó. Los hay que han vuelto y otros que continúan en la aventura. Diría que solo uno de mis amigos de promoción intenta tirar adelante una start up. Quizá es un poco por la cultura; en Estados Unidos, por ejemplo, es muy diferente. Pero la situación está mejorando. Ahora cada vez se conceden más proyectos públicos con el objetivo de conseguir un producto de mercado y crear una start up.
P. En Oxford se buscó la vida como ciclista. ¿La universidad no le ofreció opciones para su carrera deportiva?
R. No lo pedí, son opciones más para estudiantes o doctorandos. Podría haber entrado en el equipo de Oxford, pero era más a nivel recreativo. Yo competía con un club de mujeres de una tienda de bicicletas. Y gracias a los buenos resultados que hice, he podido entrar en la selección española. En mi equipo de Oxford había una profesora de Económicas, una profesora de Físicas... El ambiente era muy elevado deportivamente pero también científicamente. No puedes mantener una profesión y ser deportista de élite al mismo tiempo. Y no puedes vivir del ciclismo, en mujeres todavía menos, igual que lo que pasa en ciencia.
P. ¿En el ámbito de la investigación existen estas desigualdades de género?
No puedes mantener una profesión y ser deportista de élite”
R. Sí. Por eso estas ayudas europeas quieren promover la contratación de mujeres. Si miras las estadísticas de las becas Pinós, de las últimas 60, el 38% eran para mujeres. Y yo he llegado a oír que me han dado la ayuda porque soy mujer.
P. ¿En Inglaterra era más fácil compaginar la vertiente científica y la deportiva?
R. En Oxford no planteé si podían darme facilidades para entrenar porque mi prioridad era trabajar. Aquí no lo he preguntado nunca, y ahora me lo planteo porque estoy teniendo buenos resultados. De hecho, cuando llegué, no dije que era ciclista. Ha habido entrevistas de trabajo que me decían que no me querían si me dedicaba al ciclismo.
P. ¿El Brexit fue un factor para marchar de Inglaterra?
R. Quería volver a Cataluña por motivos personales, porque tenía aquí a mi pareja. Pero todo el mundo estaba preocupado. 40.000 personas en Oxford y Cambridge no son del Reino Unido. En mi laboratorio había dos indios, un chino, un italiano... Nadie sabía qué podía pasar. Incluso habían iniciado un spin off nuevo, buscaban nuevos inversores y se encontraron que empresas europeas dieron un paso atrás por la incertidumbre.
P. En el aspecto ciclista, ¿conoce mujeres que hayan machado al extranjero para poder competir?
R. Una de las cosas bonitas de correr por España es conocer chicas que compiten al más alto nivel. No hay ninguna catalana, y todas lo hacen en equipos de fuera, americanos, franceses, también hay un buen equipo vasco. Es una cuestión cultural. En Oxford están un punto por encima. Allí ves chica que van a las carreras solas, sus parejas se quedan en casa. Aquí empieza a cambiar pero hasta ahora las chicas que corrían era porque si pareja corría.
“Me decían que no me querían si hacía ciclismo”
P. ¿En Inglaterra era más fácil compaginar la vertiente científica y la deportiva?
R. En Oxford no planteé si podían darme facilidades para entrenar porque mi prioridad era trabajar. Aquí no lo he preguntado nunca, y ahora me lo planteo porque estoy teniendo buenos resultados. De hecho, cuando llegué, no dije que era ciclista. Ha habido entrevistas de trabajo que me decían que no me querían si me dedicaba al ciclismo.
P. ¿El Brexit fue un factor para marchar de Inglaterra?
R. Quería volver a Cataluña por motivos personales, porque tenía aquí a mi pareja. Pero todo el mundo estaba preocupado. 40.000 personas en Oxford y Cambridge no son del Reino Unido.
P. En el aspecto ciclista, ¿conoce mujeres que hayan machado al extranjero para poder competir?
R. Una de las cosas bonitas de correr por España es conocer chicas que compiten al más alto nivel. Todas en equipos de fuera. Es una cuestión cultural. En Oxford están un punto por encima. Allí ves chicas que van a las carreras solas, sus parejas se quedan en casa.
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