Cambio de domicilio para evitar los focos
Los familiares de los terroristas deciden trasladarse a casas de amigos
Padres y hermanos de los jóvenes terroristas de Ripoll (Girona) han abandonado sus hogares. Tras dos días de persecución policial y mediática, se han refugiado en casa de sus familiares, la mayoría en la misma población. “Las mujeres solo lloran, no quieren ni hacer la comida”, explica un familiar, quien asegura que la situación se les está haciendo muy dura.
Los padres de Omar y Mohamed Hychami, dos de los integrantes de la célula, salieron ayer por la mañana de su casa arropados por una pareja de Mossos d’Esquadra de paisano. Se subieron en su Ford Maverick y condujeron hasta la otra punta de la población para recluirse en casa de unos familiares. Lentamente y con un profundo dolor en sus rostros, llegaron hasta el portal. La madre se sentó en el suelo y uno de los agentes la ayudó a ponerse en pie para subir donde ya les estaban esperando. Por la tarde, hizo una fugaz visita a su piso para recoger ropa y los enseres imprescindibles.
También abandonaron su hogar la madre y las hermanas de Driss y Moussa Oukabir. Su marido está de vacaciones en Marruecos, donde, según un familiar, también le interrogaron sobre sus hijos los servicios de inteligencia de ese país. La madre, muy afectada, tampoco quiso quedarse en su domicilio, precisamente en el mismo bloque que los Hychami, en el número 27 de la calle de Antoni Gaudí. Se refugió en casa de una de sus hijas, que está embarazada.
El resto de familias tomaron la misma decisión de abandonar temporalmente sus casas. Según sus familiares, ninguna quiere permanecer en sus viviendas por los comentarios de los vecinos, algunas veces despectivos y por el dolor que representa que sus hijos, que han participado en una matanza, hayan fallecido. También evitan así el trajín de decenas de periodistas de todo el mundo llamando a sus puertas.
Los padres del presunto conductor de la furgoneta que atropelló mortalmente a 13 personas en La Rambla de Barcelona, Younes Abouyaaqoub, y de Houssaine Abouyaaqoub también han dejado su piso en la calle de Santa Magdalena. A escasos metros está la plaza de la Sardana, que fue durante años el lugar donde la pandilla jugaba al fútbol y pasaba sus tardes.
Más muestras de cariño
En pleno centro de Ripoll, en el número 25 de la plaza Gran, estaban ayer los padres de Said Aallaa —abatido en Cambrils—, de su hermano Youssef, desaparecido y posiblemente una de las víctimas de Alcanar, y de Mohammed Aallaa, detenido. Solo tienen con ellos a su hijo de unos 10 años. Como no disponen de carné de conducir, esperaban a que unos familiares de Manresa les recogieran para salir de la localidad.
Según algunos familiares, a padres y hermanos de los jóvenes integrantes de la célula yihadista no se les hubieran pasado nunca por la cabeza los planes de sus hijos. Sí se habían percatado tras el atentado de un pequeño cambio en sus hijos: una de las familias detectó que en los últimos meses había aumentado la obediencia o sus muestras de cariño.
Algunos familiares se manifestaron la tarde del sábado en la plaza del Ayuntamiento para mostrar su rechazo a los atentados del jueves La madre de Younes Abouyaaqoub, uno de los fugitivos, le pidió a su hijo que se entregara a la policía. “Lo prefiero en la cárcel que muerto”, dijo.
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