Los yihadistas de Ripoll intentaron una masacre a cuchilladas en Cambrils
El juez Fernando Andreu interrogará previsiblemente a los cuatro detenidos de la célula yihadista el próximo martes
Los cinco miembros de la célula terrorista abatidos en Cambrils por los Mossos d'Esquadra se desplazaron en un Audi A3 a esta localidad no para atropellar a personas, sino con la intención de acuchillar a todos los viandantes del paseo marítimo que se encontraran a su paso. Así lo han indicado a EL PAÍS fuentes solventes de la investigación que dirige el magistrado Fernando Andreu, quien interrogará previsiblemente a los cuatro detenidos de la célula yihadista el próximo martes, en la Audiencia Nacional, adonde serán trasladados en furgones especiales desde la capital catalana. De los miembros de la célula de Ripoll (Girona), hay ocho muertos, cuatro detenidos y tres supuestamente huidos.
Los ocupantes del Audi A3 no pudieron cumplir su objetivo (los cinco iban dispuestos a sembrar el terror segando cuellos en un Cambrils atestado de veraneantes) porque se toparon en sus planes con varios controles de tráfico de los Mossos. Pero el plan era acuchillar de lado a lado del paseo Marítimo de Cambrils (Tarragona). Portaban numerosas armas blancas y eligieron la noche a sabiendas de que en ese momento habría muchos turistas, según la investigación, que básicamente desarrollan los Mossos pero con ayuda de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.
Los yihadistas eligieron la noche a sabiendas de que habría muchos turistas en el paseo Marítimo, según la investigación
Los terroristas se saltaron varios controles, inesperados, y los agentes fueron tras ellos. Lo que evitó la sangría que iban a perpetrar. Un mosso mató a cuatro de los cinco ocupantes del coche. El quinto, tal como grabó en su móvil un turista testigo, se resistió a los agentes y también fue abatido al grito de Alá es Grande. Exhibía un cinturón explosivo, que resultó ser falso, una imitación. Los demás también llevaban puestos los suyos. Llevarlos tenía su propósito, siempre según los citados medios, “amedrentar a los viandantes, dejarlos petrificados, mientras les asestaban cuchilladas”.
La casa de Alcanar (Tarragona) era para esta célula asesina lo que la casa de Morata de Tajuña fue para los terroristas de los trenes de la muerte de Atocha (el 11-M), en Madrid. El centro de operaciones. Allí se reunían con frecuencia desde hacía meses para rezar y planear el ataque a Barcelona. Estaba preparando una explosión de gran envergadura (no se sabe dónde) que pretendían agigantar con el estallido paralelo de las botellas de butano que habían logrado acumular en la casa. Buscaban efectos devastadores.
Con los falsos cinturones explosivos buscaban “amedrentar a los viandantes y dejarlos petrificados, mientras les asestaban cuchilladas”
Pero la impericia de los miembros de la célula de Ripoll (enclave denominador común de sus doce integrantes, todos vivían en este pequeño municipio de 10.000 habitantes o en sus alrededores) llevó al traste su primer gran objetivo. Estalló la bomba que preparaban y la casa de Alcanar se vino abajo, y mató a tres personas, supuestamente integrantes de la célula, e hirió levemente a uno. Los ilesos, o que no estaban allí la noche en que explotó la casa, la madrugada del jueves, la víspera de la carrera homicida de Las Ramblas, están huidos (3) o detenidos (4). Por eso, precipitaron el plan B, atropellar y acuchillar sin consideración alguna en Cambrils, siempre según los citados medios.
Los TEDAX, artificieros de la policía, están analizando los restos de la casa de Alcanar para determinar la cantidad de explosivos detonados y que los terroristas pretendían utilizar contra el objetivo inicial frustrado. Lo determinan en función del cráter ocasionado. La casa se vino abajo entera. Y debajo de los escombros, muertas, tres personas. Pero hubo un lesionado, que ya está dado de alta y detenido, el melillense Mohamed Houli, de 21 años. Él alquiló la furgoneta homicida de Las Ramblas.
Junto a Driss Oukabir, de 28 años (hermano Moussa, uno de los muertos de Cambrils, de 17); Mohammed Aallaa (el dueño del Audi 3 y hermano de otro fallecido en Cambrils), y Salh El Kari (dueño de un locutorio en Ripoll), Houli será trasladado a Madrid para ser interrogado por el juez Andreu y la fiscal Dolores Delgado, coordinadora de delitos contra el terrorismo yihadista de la Audiencia Nacional. Ha declarado ya ante los investigadores, ahora falta ante el juez. Su testimonio, muy valioso, se mantiene en estricto secreto para no entorpecer la investigación.
Siguen desaparecidos tres terroristas, entre ellos, dos de los principales cabecillas: Younes Abouyaaqoub, quien pagó el alquiler de las tres furgonetas empleadas que utilizó la célula y también el conductor de la furgoneta asesina de Las Ramblas (13 muertos y más de un centenar de heridos), y Abdelkabi Es Satty, el Iman de Ripoll, de 45 años y supuesto ideólogo de los crímenes de Barcelona y Cambrils. Este pudo haber fallecido en la explosión de Alcanar, un extremo todavía pendiente de confirmación. Para la célula, con al menos tres menores de edad, era el líder.
Huellas en el volante
Pero aun es pronto para determinar si también fue el ideólogo y el contacto de la célula de Ripoll con el ISIS, que en un comunicado emitido el mismo día de los ataques a Barcelona señaló que todos eran soldados suyos y asumió el salvaje atentado.
Aunque inicialmente se pensó que el asesino al volante de la furgoneta era Moussa Oukabir, posiblemente uno de los cinco abatidos en Cambrils, los investigadores ya tienen prácticamente identificado al volante del furgón a Younes Abouyaaqoub. Están a la espera de los resultados de una prueba para ratificarlo. Las grabaciones que ya forman parte del sumario que instruye el juez Andreu muestran claramente las manos asesinas. No llevaba guantes, lo que ha permitido extraer las huellas del conductor.
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